Zaragoza acoge la I Jornada Española del Cultivo de la Alfalfa
Zaragoza acogerá el próximo 11 de febrero la I Jornada Española del Cultivo de la Alfalfa, a la que asistirán más de 1.000 participantes entre agricultores, cooperativistas, productores, industriales y expertos del sector de la alfalfa deshidratada. El encuentro, organizado por la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA), se constituye como un foro profesional en el que intercambiar experiencias innovadoras, poner en común ensayos y trabajos de campo y abordar las oportunidades que ofrecen los mercados internacionales para un producto altamente competitivo. La alta calidad de la alfalfa española, las ventajas de su cultivo y las oportunidades que ofrecen los mercados internacionales serán las principales cuestiones que se abordarán en este foro profesional que tendrá lugar en el Palacio de Congresos de la capital aragonesa.
Además de tener múltiples ventajas desde el punto de vista medioambiental ya que contribuye a la mejora de la biodiversidad, más 117 especies de aves la utilizan para su alimentación, refugio o reproducción, sirve como cobijo a las abejas en la época estival lo que ayuda a su conservación, no necesita aporte de abonos nitrogenados, evita contaminación de las aguas por nitratos y reduce la erosión entre otros beneficios.
En los últimos años la alfalfa deshidratada se ha convertido en alimento fundamental para el ganado en más de 45 países, convirtiéndonos así en el segundo exportador de alfalfa del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos, y el primero europeo. En 2018, un tercio de la producción española se destinó al consumo nacional. El resto (1.280 millones de toneladas) se exportó, principalmente, a Emiratos Árabes y China.
La excelente calidad de la alfalfa española (cultivada principalmente en Aragón, Cataluña y Castilla y León), unido a la existencia de diversas plantas deshidratadoras, convierten a España en el único país del mundo que ofrece una alfalfa deshidratada de altísima calidad que asegura un elevado nivel de seguridad alimentaria además de unas óptimas condiciones de conservación. La ausencia de fermentaciones favorece, además, su transporte y almacenamiento. Aragón, con una superficie de 57.588 hectáreas cultivadas, seguida por Cataluña, con 23.205 hectáreas, y Castilla y León, con 23.035 hectáreas, son las comunidades más destacadas en el cultivo de alfalfa. Aproximadamente el 60% de la producción se deshidrata en las 74 plantas desecadoras repartidas por toda España. Por lo que respecta a su presentación, el 80% de la producción se comercializa en forma de pacas y el resto en formato pellet.