El humato potásico, un mejorador de los suelos a nivel físico, químico y biológico
El humato potásico es un producto que se presenta en forma de polvo 100% soluble en agua, muy concentrado y que aporta materia orgánica y potasio, por lo que no sólo mejora los suelos a nivel físico, químico y biológico, sino que también proporciona uno de los tres elementos primarios que toda planta necesita. "Está recomendado para su disolución en el agua de preparación de caldos de fertilización y utilizarlo como los tradicionales ácidos húmicos líquidos, para aplicar al suelo a través del sistema de fertirrigación", afirma Claudia Bono Mestre, de Even Agro, empresa perteneciente a la Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes (AEFA) y que se dedica a la fabricación y venta de fertilizantes y bioestimulantes.
Con su utilización, “estamos aportando un elevado porcentaje de ácidos húmicos, y también una pequeña proporción de ácidos fúlvicos”, explica esta experta, que detalla el proceso de fabricación: "Partimos de la leonardita mineral, ya que tras el tratamiento adecuado, se obtienen extractos húmicos de mayor calidad y más aprovechables agronómicamente. La leonardita es una sustancia humificada (material vegetal que se encuentra en proceso de descomposición desde la antigüedad) de gran contenido en materia orgánica y que se encuentra en un punto intermedio en la transformación entre la turba y el lignito hacia su conversión total en carbón. El proceso de fabricación o extracción es complejo y se requieren utilizar las materias necesarias en su justa medida para obtener una extracción óptima, la cual se realiza con hidróxido potásico (para que el resultado final sea el óptimo), dando como resultado el producto en estado líquido que llevamos posteriormente a sequedad. El producto obtenido se comercializa entonces en sacos o bolsas de menor capacidad".
Según Bono, el humato potásico mejora el suelo a nivel físico, químico y biológico, con lo que consigue una estructura mejorada, mejora la capacidad de intercambio catiónico y favorece a los microorganismos del suelo. Como consecuencia, no sólo mejora la asimilación de nutrientes, el crecimiento y el desarrollo del cultivo, sino que también se obtiene una mejor calidad de los cultivos. "Al aplicar el producto, estamos aportando uno de los materiales bioquímicamente más activos que se pueden encontrar en los suelos. Actualmente, existe un reconocido y creciente uso debido a su impacto beneficioso en el crecimiento de todos los cultivos, siendo especialmente notable en los suelos pobres en materia orgánica", señala.
La experta de Even Agro añade que a nivel europeo, debemos fijarnos en el Reglamento (UE) 2019/1009 del Parlamento Europeo y del Consejo de 5 de junio de 2019 por el que se establecen disposiciones relativas a la puesta a disposición en el mercado de los productos fertilizantes UE y se modifican los Reglamentos (CE) n. o 1069/2009 y (CE) n. o 1107/2009 y se deroga el Reglamento (CE) n. o 2003/2003. Según este, quedaría encuadrado como bioestimulante, que no son más que productos que estimulan los procesos de nutrición de las plantas independientemente del contenido de nutrientes del producto, con el único objetivo de mejorar una o varias de las siguientes características de la planta o su rizosfera:
- Eficiencia en el uso de nutrientes.
- Tolerancia al estrés abiótico.
- Características de calidad.
- Disponibilidad de nutrientes inmovilizados en el suelo o la rizosfera.
Quedaría dentro del grupo 6 de bioestimulantes de plantas, especifícamente como bioestimulante no microbiano.