Fenacore rechaza la subida del precio del agua para garantizar un uso eficiente
La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) rechaza la subida del precio del agua como medida para alcanzar un uso eficiente de este recurso, tal y como plantea el Libro Verde de la Gobernanza del Agua en España (LVGA) impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica con el objetivo de abordar un cambio en la política hidrológica nacional en un contexto de cambio climático.
El presidente, Andrés Del Campo, mostró su oposición a la modificación del régimen económico-financiero del agua propuesta en el Libro Verde, argumentando que la legislación española ya está adaptada al principio de recuperación de costes que pide la normativa europea —la Directiva Marco de Agua (DMA)—, siendo necesario aplicarlo de forma correcta.
Según la documentación oficial aportada por Fenacore, en España se recuperan el 80% de los costes financieros relacionados con el agua y cerca del 70% de los costes totales, lo que demuestra que efectivamente se cumple con la normativa europea, máxime cuando la Directiva Marco de Agua no exige recuperar el montante total, sino “tener en cuenta el principio de recuperación de costes”.
Concretamente, habría que determinar qué precio deben pagar por el agua los usuarios y qué debe cargarse a los Presupuestos Generales del Estado, ya que los costes ambientales tienen que ser asumidos por la sociedad en su conjunto. En este sentido, si se incrementa la tributación del agua, se perjudicará todavía más la competitividad de un sector estratégico como es la agricultura, ya en clara desventaja por unos costes de producción desorbitados debido al fuerte encarecimiento de la factura eléctrica en los últimos años.
En opinión de los regantes, las modificiaciones planteadas en el Libro Verde son una muestra de que el equipo encargado de llevar a cabo su redacción desconoce por completo aspectos básicos como que la legislación actual promueve ya un uso eficiente del agua, a través de la modernización de regadíos, siendo necesario impulsar el Plan Director de Regadíos orientado a modernizar las 800.000 hectáreas todavía pendientes de acuerdo al doble objetivo de ahorrar agua y energía.