Seipasa refuerza su apuesta por la I+D+i con un nuevo Departamento de Microbiología
El nuevo Departamento de Microbiología de Seipasa se sitúa en l’Alcúdia (Valencia), en un espacio anexo a la planta de producción que, junto con el departamento de extractos botánicos, ocupa 150 metros cuadrados que permiten a la empresa especializada en el desarrollo y formulación de biopesticidas, bioestimulantes y fertilizantes para la agricultura, completar su laboratorio y avanzar en el conocimiento interno de sus productos.
Las obras de construcción se prolongaron 6 meses y las instalaciones se han equipado con la tecnología más avanzada. La Dra. Inmaculada del Castillo, experta en el uso de microorganismos en agricultura sostenible, se ha incorporado como nueva responsable de área. Es licenciada en biología y doctora en microbiología y genética por la Universidad de Sevilla. Se incorpora a la compañía tras una experiencia de 7 años en Reino Unido, primero como investigadora de la Universidad de Nottingham y luego como especialista dentro del sector de la biotecnología y el desarrollo de biofertilizantes.
"El nuevo Departamento de Microbiología nos ayuda generar un conocimiento interno muy valioso acerca de las bacterias que utilizamos para mejorar la calidad y la eficacia de nuestras soluciones. Nos permite dar un paso más en la exploración de la eficacia de los productos, es decir en el conocimiento de su comportamiento y rendimiento en todos los escenarios posibles", afirmó.
El nuevo Departamento de Microbiología cobra relevancia en un contexto como el actual, tras la reciente aprobación del nuevo Reglamento Europeo de Fertilizantes y ante su próxima entrada en vigor. "Nos encontramos ante un nuevo marco regulatorio que incluye a los productos de origen microbiano y que, de una forma clara, establece un conjunto de normas acerca del uso de microorganismos en el desarrollo de productos bioestimulantes", señala Francisco Espinosa.
Según el director de I+D+i de Seipasa, "estamos hablando de productos complejos donde la clave reside en el conocimiento interno de cada una de las cepas con las que trabajamos. Desarrollar una base sólida y profundizar en el conocimiento de los productos es fundamental para poder trasladar a la agricultura, es decir a las condiciones reales del campo, todo ese conocimiento".