El proyecto Diverfarming apuesta por la feminización del sector agrícola
En su apuesta por la visibilización de la mujer, la feminización del sector agrícola y la igualdad de género, el proyecto europeo Diverfarming ha conseguido la equidad tanto en número de mujeres participantes como en posiciones de poder que ocupan.
Investigadoras, agricultoras, técnicas y empresarias agrícolas de toda Europa trabajan por la diversificación de cultivos dentro del proyecto Diverfarming.
La lista está liderada por Marina Giménez, directora de gestión del proyecto (Project Manager), quien desde la Oficina de Proyectos Internacionales de Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) controla pagos e ingresos a socios y cuadra la justificación del proyecto gracias a altas dosis de flexibilidad, polivalencia y creatividad necesarias para la resolución de problemas en un proyecto que incluye a 25 instituciones de 8 países europeos con idiosincrasias y lenguajes distintos.
Las mujeres encabezan mayoritariamente la coordinación territorial del proyecto, gestionando cuatro de las seis regiones en las que se divide el territorio de Diverfarming. Alessandra Trinchera, investigadora del Consejo de Investigación en Agricultura y Análisis de la Economía Agraria (CREA) de Italia lleva las riendas de una de estas regiones, la Mediterráneo Norte, donde ejerce de nexo entre la academia y las empresas italianas que forman el consorcio como Barilla y Casalasco.
Servir de puente e involucrar a agricultores y agricultoras en la adopción de la diversificación de cultivos como solución a los problemas de erosión y pérdida de rendimiento de los cultivos que adolece la región usando como armas el manejo de los diferentes lenguajes y el conocimiento de las tradiciones de ambos campos es el día a día en el desarrollo sus tareas de coordinación.
Diverfarming se concibe sobre la apuesta por el cambio de paradigma de la agricultura europea en una transición hacia una agricultura más sostenible para el medioambiente y más eficiente para los agricultores gracias a la utilización de la diversificación de cultivo y las prácticas de manejo de bajos insumos.
Al mismo nivel, incluye en su seno una perspectiva de género que busca dar visibilidad al papel de la mujer dentro de un sector en el que solo el 30% de las granjas y fincas de la Unión Europea están gestionadas por mujeres (Eurostat) y que la brecha salarial se sitúa de media en un 16% de diferencia entre el salario de mujeres con respecto al del hombre (Comisión Europea, 2014).