Las condiciones meteorológicas han marcado la calidad de los trigos españoles en la última campaña
Los rendimientos cerealísticos de la última campaña fueron bajos en la zona Noroeste y en el Centro del país y medios en el Noreste y en el Sur, según los resultados de la Encuesta de Calidad de los Trigos Españoles 2017 presentados por la Asociación Española de Técnicos Cerealistas (AETC) durante la celebración de la edición XXIX de sus Jornadas Técnicas en Valladolid, los pasados 7 y 8 de noviembre.
La dura sequía que golpea a nuestro país desde hace meses tuvo efectos severos en todas las zonas productoras de cereales durante la última campaña. La peor parte se la llevó Castilla y León, donde se concentra la mayor superficie de España dedicada al cultivo del trigo.
El otoño fue relativamente lluvioso en todo el territorio pero, al llegar el invierno, las lluvias escasearon y el trigo sufrió. Con la llegada de la primavera, las precipitaciones en algunas zonas del Noreste y del Sur contribuyeron a producir una cosecha media. Sin embargo, en la mayor parte del Centro y del Noroeste del país, la sequía se hizo fuerte hasta el final del ciclo del cultivo.
Según el coordinador de la encuesta, Ignacio Solís, “un año más, la calidad de los trigos españoles es muy desigual, en función del clima y de las variedades cultivadas en cada zona. En el sur, la calidad de los trigos duros ha sido buena debido a la reconversión varietal que se ha producido en los últimos años y a unas condiciones climáticas adecuadas en la parte final del ciclo de cultivo”.
Sin embargo, “en el centro y en el norte de España los trigos blandos han sufrido por la sequía durante el invierno y la primavera y la calidad ha sido en general baja debido al peso específico y a la degradación. En los secanos los agricultores están optando por variedades cada vez más productivas con cosechas que se clasifican en los grupos 3, 4 y 5, mientras que en el pequeño porcentaje de la superficie triguera que se cultiva en regadío los productores prefieren variedades y manejo que les permitan conseguir partidas del grupo 1 y 2”.
Trigo blando
Se recogieron 497 muestras de trigo blando para la elaboración de la Encuesta, lo que supone una muestra cada 3.364 has. La climatología, un año más, ha sido determinante en el desarrollo de este cultivo, tanto en términos productivos como cualitativos. Otoño e invierno se han caracterizado por temperaturas similares a la media histórica y bajas precipitaciones; al final del invierno llegaron las lluvias pero fueron insuficientes, y en primavera las temperaturas estuvieron por encima de la media y las precipitaciones fueron escasas. Las lluvias de febrero y marzo en la zona sur han salvado una parte importante de la cosecha y la calidad. Sin embargo, en el noroeste, la fuerte sequía primaveral ha contribuido a que la campaña haya sido muy pobre en cantidad y en la calidad.
La superficie sembrada se reduce en un 8,1% respecto a la campaña 2015-2016, alcanzando las 1.672.045 has. Castilla y León mantiene su posición dominante como comunidad con mayor superficie sembrada (algo superior al 50% del total del país) y alcanzando el 39% de la producción, lo que supone una notable diferencia respecto al año anterior, en el que se alcanzó el 57%.
Sin embargo, a diferencia del año anterior, estos datos se traducen en un mal rendimiento en Castilla y León, casi un 23% inferior a la media del país, lo que nos informa de que la cosecha se ha visto afectada por las inusuales condiciones meteorológicas.
En cuanto a semilla certificada, se mantiene la tendencia al alza iniciada en los últimos años, no solo en términos porcentuales, superando por primera vez el 30% de la semilla certificada empleada, sino también en términos totales, incrementándose en un 22% la venta de semilla certificada con respecto al año anterior. Artur Nick, Marcopolo y Camargo son las variedades con mayor producción de semillas certificadas, aunque Camargo y Artur Nick invierten sus posiciones con respecto a la campaña 2015-2016. Navarra, Cataluña y Andalucía continúan con un alto porcentaje de superficie de siembra con semilla certificada, mientras que en Castilla y León, aunque la certificación crece hasta las 27.106 t, todavía suponen un bajo porcentaje de la superficie total sembrada.
Trigo duro
La superficie de trigo duro con 424.021 has ha crecido un 4,9% respecto a la campaña anterior, con una pequeña reducción de superficie en Andalucía (un 2%) y Extremadura (9%) y aumentos significativos en Castilla-La Mancha (60%), Castilla y León (80%) y Aragón (17%).
Andalucía representa el 63,5% de la superficie total sembrada de trigo duro, y a pesar de un periodo de fuerte sequía a finales del invierno y principios de la primavera, las lluvias llegaron a tiempo en la mitad de la superficie para tener una cosecha media de 3.120 kg/has y su contribución la producción nacional superó el 68%.
Los datos de semilla certificada siguen siendo optimistas alcanzando valores cercanos al 80%. En Aragón la certificación llega a valores próximos al 60%. Las variedades Sculptur, Amílcar y Claudio son las variedades más certificadas y, junto con Athoris, suponen casi el 50% de las siembras de trigo duro. En Andalucía son Amílcar, Don Ricardo y Athoris las variedades que más se siembran y junto a Avispa y Kiko Nick alcanzan el 70% de la superficie sembrada.