Cada agricultor regante alimenta a una media de 155 personas al año, según Fenacore
La producción de un solo agricultor regante es capaz de abastecer de alimentos básicos a una media de 155 personas cada año, lo que supone más del doble que hace apenas 40 años, según datos recogidos por el presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Andrés del Campo.
Los datos, hecho públicos durante la conferencia 'El agua como motor de desarrollo', organizada en Badajoz por la entidad Agrobank, ponen de manifiesto la contribución de una actividad económica como el regadío intensivo en la alimentación de una población mundial que en 2050 se habrá incrementado en un 24%, hasta alcanzar los 9.500 millones de personas.
De esta forma, si como indica la FAO, para garantizar la seguridad alimentaria la agricultura deberá elevar la producción hasta un 60% en poco más de treinta años, lo cierto es que alcanzar este objetivo dependerá casi exclusivamente de la evolución del regadío que, aunque en España sólo representa el 17% de la superficie agraria útil, aporta el 65% de la producción final, al rendir hasta seis veces más que el secano.
No obstante, este incremento de la producción del regadío en un contexto con cada vez menos agua y tierra per cápita, plantea el reto de alcanzar una doble eficiencia en los sistemas de riego modernizados para no sólo ahorrar agua sino también electricidad. Concretamente, si bien es cierto que el proceso de modernización de regadíos ha impulsando en los últimos 15 años la transformación de los tradicionales riegos de superficie en sistemas de goteo permitiendo producir más con hasta un 25% menos de agua, también ha disparado exponencialmente el consumo de energía.
Por tanto, seguir avanzando en la modernización —que ya alcanza las tres cuartas partes de la superficie regada— implica adaptar los nuevos proyectos al escenario tarifario actual, además de favorecer medidas que ayuden a los regantes a paliar los actuales costes energéticos, como por ejemplo permitir la producción de energía renovable distribuida para autoconsumo en las zonas regables.
Por otro lado, este incremento de la producción del regadío también exige impulsar el desarrollo de la biotecnología, lo que hará posible desarrollar cultivos con menos necesidades de agua y mayor tolerancia a las plagas. Según Del Campo, "la agricultura de regadío, ayudada por la biotecnología, serán la base de la seguridad alimentaria en el futuro".