Asaja lamenta la decisión del parlamento europeo sobre el uso de fitosanitarios en las superficies de interés ecológico
Asaja lamenta que el pleno del Parlamento Europeo (PE) haya desautorizado a la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo (COMAGRI) y se haya posicionado a favor de la prohibición del uso de fitosanitarios en las Superficies de Interés Ecológico (SIEs) sin evidencias científicas. Asaja quiere recordar que las Superficies de Interés Ecológico, según la nueva PAC, son aquellas superficies de cultivo que se encuentran en barbecho o están sembradas con cultivos fijadores de nitrógeno (leguminosas) y nada tienen que ver con los cultivos ecológicos.
Con la decisión adoptada por el pleno del PE se ratifica la propuesta de la Comisión Europea sobre la simplificación del Greening que pretende prohibir el uso de pesticidas en las Superficies de Interés Ecológico. Desde Asaja lamentamos profundamente la decisión de la Eurocámara ya que no supondrá, como apunta la Comisión, simplificación real alguna, sino todo lo contrario. La limitación de uso de estos productos de protección implicará una dificultad añadida para los productores que quieran disponer de las SIEs productivas, incluido los barbechos, y de plantaciones libres de malas hierbas, hongos, parásitos, plagas, etc.
Esta decisión, tomada tanto por el PE como por la CE, pone de manifiesto que los dos órganos europeos han tenido más en cuenta las presiones ecologistas ante las críticas vertidas desde el nacimiento del Greening, que los criterios y evidencias científicas. Desde Asaja, consideran que tanto el Parlamento como la Comisión han olvidado e ignorado la contribución positiva que hace el uso responsable de fitosanitarios y productos para la protección de plantas y cultivos, incluyendo la agricultura de conservación, activo importante en la lucha contra la erosión del suelo.
Como conclusión, desde Asaja creen que esta prohibición de uso de productos fitosanitarios en las SIE, sin evidencias científicas que la avalen, tendrá unos aspectos negativos para los más de 22 millones de agricultores europeos puesto que atentará contra la viabilidad económica de las explotaciones, tampoco ayudará a combatir la deficiencia que sufre la UE en la producción de proteínas y, por último, actuará en contra de la agricultura de conservación.