El salón parisino apostó de nuevo por la innovación con la mirada puesta en el futuro del sector primario
SIMA sigue teniendo empaque
La importancia del mercado galo para todos los fabricantes de maquinaria es indudable. El pésimo ejercicio que cerró Francia en 2016 no fue excusa para que se registrasen más de 230.000 entradas procedentes de todo el mundo durante los cinco días de salón en el recinto ferial parisino. Bajo el lema 'Ser agricultor en 10 años' la 77ª edición de SIMA presentó grandes novedades respecto al sector digital, robótica, bioeconomía y genómica con la mirada puesta en el futuro del sector primario.
A pesar de un contexto difícil, los profesionales del sector agrícola se dieron cita una vez más en SIMA con la voluntad de contemplar el futuro de modo realista y optimista. Polo de atracción del mercado francófono, y últimamente también del asiático, logró reunir a 1.770 empresas de 42 países y 232.000 entradas, un 23% internacionales. A pesar del 3% menos de visitantes, que fue palpable principalmente los primeros días de feria, la satisfacción era generalizada.
El sector de la maquinaria agrícola necesita un mercado francés fuerte, y para ello la innovación es clave si miramos hacia el futuro. Bajo el lema 'Ser agricultor dentro de 10 años', SIMA propuso nuevas citas como el Village Start-up, una iniciativa que responsables como Paolin Pascot, presidente de La Ferme Digitale y de Agriconomie, consideró muy positiva “al colocar la innovación digital en el punto de mira del salón. Este nuevo lugar de intercambios nos permitió realizar numerosos contactos, particularmente a través de nuestros talleres (interconexión de dispositivos, distribución en las explotaciones del mañana, etc.), particularmente populares”.