Trampas electrónicas para controlar la mosca del olivo
Un equipo de investigadores de la Universidad de las Illes Balears trabaja en el desarrollo de dispositivos electrónicos destinados a mejorar el control de la principal plaga que afecta al cultivo de la oliva: la mosca del olivo (Bactrocera oleae). Los investigadores de la UIB trabajan con equipos multidisciplinares de Grecia, Italia, Jordania e Israel en el marco del proyecto europeo FruitFlyNet para desarrollar un sistema de detección y localización de la mosca del olivo basado en trampas electrónicas dotadas con cámaras y sensores que registran la población de la mosca y las variables ambientales. Estos datos se envían automáticamente y sirven para mejorar el control de la mosca.
La mosca del olivo tiene un ciclo de vida aproximadamente de cinco semanas, y cuando tiene las condiciones meteorológicas propicias constituye una plaga que daña a gran parte de los frutos afectados, ya que la mosca pone el huevo en la oliva, y la larva crece dentro alimentándose de la fruta. La plaga provoca una disminución de la cantidad y la calidad de la producción, que se traducen en importantes pérdidas económicas para los productores. Para hacer frente a la plaga, tradicionalmente se ha recorrido a los tratamientos químicos que a corto plazo provocan la muerte de las moscas y las larvas, pero que a largo plazo no solo suponen un importante gasto, sino que también son ambientalmente poco sostenibles porque contaminan las zonas fumigadas y acaban matando otras especies de insectos del olivar.
El prototipo desarrollado por los investigadores de la UIB permite identificar las zonas del olivar donde la mosca está presente y, por lo tanto, hace posible obtener información actualizada de su densidad poblacional y establecer una ruta por el olivar con indicaciones sobre dónde conviene hacer el tratamiento contra la plaga. Los diferentes dispositivos repartidos por toda la extensión del olivar ayudan a valorar con un gran nivel de exactitud en qué momento la mosca se vuelve un peligro para la cosecha y la forma de actuar.
Así, el sistema permite reducir el número y el volumen de las aplicaciones del insecticida utilizado en el control de esta plaga, lo que reduce el impacto negativo sobre las poblaciones de los parásitos naturales de la mosca –que podrían ayudar a controlar la plaga–, se generan menos residuos y se ahorra dinero, especialmente en grandes fincas, donde se puede hacer el seguimiento de grandes extensiones de olivar sin tener que desplazarse.
El equipo de la UIB que participa en el proyecto europeo FruitFlyNet está coordinado por el doctor Miguel Ángel Miranda, del Laboratorio de Zoología, y forman parte el doctor Bartomeu Alorda y el señor Ferran Valdés, del Departamento de Física; el doctor Maurici Ruiz y el señor José Feliu de la Peña, del Servicio de Sistemas de Información Geográfica y Teledetección; y la doctora Mar Leza y el señor Carlos Barceló, del Laboratorio de Zoología.