El CITA aragonés lideró un estudio sobre el cabrito lechal español
20 de mayo de 2011
El estudio indica también que la venta de la carne de caprino es muy estacional y que pocos mayoristas están preparados para comercializar en piezas. Asimismo, los resultados analizados sugieren que la raza es un factor importante de variación de la calidad de la carne de cabrito, mientras que el tipo de lactancia (artificial o natural) tiene un efecto moderado y el efecto peso de sacrificio es poco importante. Por otra parte, la carne del cabrito lechal español está bien valorada por los consumidores; de hecho un porcentaje elevado de ellos consumiría más carne de cabrito si la encontrasen habitualmente en los puntos de venta, lo que representa una oportunidad para el sector, ya que es una carne con poca grasa que podría tener gran demanda, según marcan las tendencias actuales de mercado. El conocimiento de los puntos críticos en cada una de las fases de comercialización, así como la definición de los potenciales nichos de mercado, debería ayudar a subsanar algunos de los problemas del sector.
El estudio financiado por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), se ha centrado en siete razas caprinas autóctonas españolas. Dos de ellas, la Murciano-Granadina y la Malagueña, como representativas de los genotipos lecheros. Las otras 5 son razas de aptitud cárnica: Blanca Andaluza, Blanca Celtibérica, Negra Serrana o Castiza, Moncaína y Pirenaica. Las dos últimas, autóctonas de Aragón, se encuentran en peligro de extinción.
España es el segundo país productor de ganado caprino de la Unión Europea. A pesar de ello no existe en nuestro país más que dos Marcas de Calidad para la carne caprina. Es reseñable que Portugal, con una producción de carne menor que la española, tiene cinco Indicaciones Geográficas Protegidas (I.G.P.). Ello se debe en parte a que el ganado caprino no ha gozado en España de la consideración que han tenido otras especies, como el ovino.