La industria cárnica rechaza el informe sobre las hamburguesas por su falta de rigor
31 de enero de 2013
La realidad es que los sulfitos son un aditivo perfectamente regulado en su aplicación a los productos cárnicos, y por lo tanto se emplean en las cantidades establecidas en la normativa. Su uso es especialmente importante en productos microbiológicamente muy perecederos como las hamburguesas para asegurar la seguridad alimentaria y la estabilidad microbiológica de los elaborados.
Anice considera, que al contrario de lo que se afirma en el informe, los sulfitos decoloran la carne y, por lo tanto, su utilización no tiene razones comerciales sino que se emplean por responsabilidad, para garantizar la seguridad de los productos puestos a disposición del consumidor. Asimismo, considera claramente improcedente asegurar que su consumo en “grandes cantidades” puede generar problemas de salud. Para la organización resulta evidente que cualquier producto, ingrediente o alimento ingerido en grandes cantidades, por inocuo que pueda ser, puede provocar problemas de salud.
Por otro lado, para la elaboración de dicho informe se han utilizado técnicas analíticas de detección molecular (PCR o Reacción en Cadena de la Polimerasa) que detectan partes infinitesimales o trazas de proteínas o ADN. Por ello, la misma Unión Europea establece en toda su legislación relacionada con la salud y la seguridad los necesarios niveles de tolerancia en la detección analítica. No tiene ningún sentido por lo tanto, según la organización, hablar de fraude comercial por la detección de determinadas proteínas o ADN perfectamente aptos para el consumo.
Por todo ello, desde Anice se quiere apelar a la responsabilidad de medios y organizaciones en la información al consumidor, y reclama profesionalidad y rigor periodístico a la hora de publicar o redifundir informaciones como ésta que siembran una desconfianza injustificada y producen un importante perjuicio social y económico y cuyas consecuencias son:
- Alarmar de forma totalmente injustificada al consumidor, contribuyendo a implantar una inexplicable cultura de desconfianza y rechazo a los productos alimentarios.
- Desprestigiar a la industria cárnica, que trabaja continuamente, de acuerdo con la exigente legislación nacional y comunitaria sobre la materia, para mejorar los procesos de producción, los controles, la selección de proveedores y la seguridad de las materias primas.
- Desprestigiar a las asociaciones de consumidores que hacen un trabajo serio y responsable para defender los legítimos intereses de la población en su relación con la compra y consumo de alimentos sanos y seguros.