Impresiones íntimas
14 de marzo de 2011
Países como Francia o Bélgica prestan mucha atención a los papeles más funcionales del hogar. La calidad, el diseño, las impresiones, han hecho que, más allá de su uso, estos elementos den identidad y elegancia a cocinas y lavabos. En España, no hemos llegado al nivel de esos países en cuanto a aquellos papeles ordinarios, de gran consumo, pero el diseño se ha lanzado de pleno en ellos. “En 2005, el presidente de nuestra empresa, vio un espectáculo de Circo del Sol en Las Vegas donde unos trapecistas se lanzaban por unos lienzos de color negro”, explica Lorenzo de Cárdenas, responsable en España de Marketing de Renova, cuya central se encuentra en Portugal. Y fue así, aunque en la compañía hubo quien se echó las manos a la cabeza ante la idea, como se puso en el mercado el papel higiénico negro, del que esta firma tiene la exclusiva.
Teñidos
La cosa no quedó ahí, evolucionó hacia otros colores. Tintas planas para papel de WC que lo convirtieron en un elemento distintivo más incluso de algunos hoteles. “En el de Marqués de Riscal, de Frank Gehry, hay papel blanco en las habitaciones. Pero en las zonas comunes es de colores más vinculados al del vino, como el naranja o el rojo”, explica De Cárdenas. Una de las plantas del Hotel Puerta América, en Madrid, está diseñada por el arquitecto Arata Isozaki, toda en blanco y negro. Incluso el papel es negro: “Nos han dicho que algún huésped mayor ha pedido que le cambien el papel higiénico y se lo pongan blanco, porque le da reparo”.
El color arrastra a otros aspectos de esta estrategia global de diseño, y viceversa, según explica el responsable de márketing de Renova. “No es sólo un cambio cromático. El papel higiénico de color lo hacemos con más capas (3) de lo habitual (2), con un aroma, con un canuto interior negro, con un packaging especial en plástico duro, tubos con tapa metálica”. Todo ello hace que uno de estos rollos sea 6 veces más caro que otro convencional.
Papel y tinta
El papel utilizado para ser sometido a un proceso de tinte o de impresión en estos productos de uso doméstico es tissue. “A diferencia del papel de impresión-escritura, este tissue no lleva ningún elemento para mejorar su revestimiento, o resinas. Se trata de que sea más suave y absorbente”, explica el responsable de Marketing de Renova, Lorenzo de Cárdenas.
Las tintas son acuosas, solubles. Pueden ser aplicadas de manera directa o en cuatricomía. “Deben ser tintas que no migren, para evitar que destiñan al contacto con el cuerpo. Además, deben ser aptas para el contacto con la piel y, en caso de las utilizadas para rollos de cocina, aptas para contacto con alimentos”.
En cuanto a la aplicación de las mismas, en el caso del papel tintado, el color es ‘en masa’. Se aplica tinte en los ‘pulpers’, unas grandes vasijas con hélices en que se mezclan las fibras de papel y el agua hasta un 28%. En cuanto a los papeles impresos, la impresión se realiza en la fase de transformación de los ‘jumbos’ de papel al producto terminado, sea papel higiénico o rollos de cocina, con un grupo de impresión añadido a las máquinas habituales de transformación de papel”.
Estampados
“Hay una tendencia en los hogares, al menos en Occidente, a que lugares privados como el cuarto de baño y la cocina, pasen a ser cada vez más públicos”, añade. La impresión en papel de cocina y de baño ha existido desde hace años en esta multinacional, con motivos florales o discretas cenefas. La innovación llega con la ruptura de esa discreción a partir de 2009, con estampados de gran tamaño: astronautas, melodías musicales, fórmulas matemáticas o frases para proteger el planeta. Así, hasta casi una treintena de diseños que se combinan en un mismo pack y se renuevan cada seis meses: “Para que siempre sea entretenido comprar papel higiénico, que es el patito feo de la cesta de la compra”.
Según explica De Cárdenas, estos cambios en la impresión de rollos de cocina “no ha requerido de aplicaciones tecnológicas mucho más sofisticadas que las existentes. Sólo hay que hacer que los clichés estén bien distanciados unos de otros”, para que las ilustraciones no se solapen o queden cortadas. No existen máquinas específicas para este tipo de trabajos, sino un grupo de impresión que se incorpora en la maquinaria habitual del proceso de transformación.
Gramajes para resistir
Las limitaciones o condicionantes radican en el gramaje del papel, que tiene que soportar unas cantidades de tinta más altas de lo habitual —en el caso del papel teñido— y un acabado que garantice que la impresión no sea borrosa. “Tenemos que conseguir dos cosas especiales para el papel con impresiones: que las fibras sean capaces de absorber la tinta sin extenderla, que no se produzcan borrones, y para eso necesitamos un papel con unos acabados en que las fibras no estén tan deshilachadas; y un gramaje superior para que las tintas y la impresión no rompan el papel ni lo rasguen en absoluto”, explica el responsable de marketing de Renova. Así, para el papel impreso el gramaje es de 2 capas de 21 gramos, y para el tintado 19 gramos por cada una de las tres capas.
En cuanto al papel utilizado es tissue. “La materia prima es papelote —explica el responsable de marketing—, que puede venir de dos partes: papel recuperado que se desperdicia en la industria gráfica, las oficinas o los hogares; o el papel procedente de fibras de árboles, normalmente eucaliptos o coníferas”. Más que un cambio en las materias primas, que vendrían a ser las mismas que hace unos años, la evolución se ha producido en el producto final: “Los padres de otra generación utilizaban el papel del Elefante, incluso en las gasolineras había listines telefónicos. Hoy encuentras papel de cuatro capas con micropartículas incorporadas, diseño...” y una alta dosis de color.
Lo que sí ha requerido es más información de cara al consumidor, preocupado por si el papel destiñe —pregunta cuya respuesta es negativa y que corroboran los test de migración de tintas— y porque estos papeles impresos no irriten la piel, por lo que son sometidos a test dermatológicos y ginecológicos. “Estos papeles, por estar pintados o teñidos, sabemos que el consumidor va a estar mucho más pendiente de temas de seguridad”, concluye.