Océ colabora en la creación de software sostenible
16 de agosto de 2010
Es un hecho que los dispositivos electrónicos desperdician gran cantidad de electricidad cuando se mantienen encendidos con el único objetivo de mantener su conectividad, cuando en ese tiempo podrían estar en reposo. Y si bien es cierto que la energía necesaria para mantenerse en contacto es pequeña, también lo es que la energía consumida por las impresoras y PC de una oficina en ese estado equivale a la de un ordenador de escritorio a pleno rendimiento. Por ello, un proxy de baja potencia, tal y como se describe en el nuevo estándar, es clave para manejar las tareas fundamentales de red, permitiendo, así que el equipo esté “en reposo” cuando no esté activo. Concretamente, la norma provee la arquitectura general de un proxy, además de los requisitos claves para “cazar” protocolos de selección. En este caso, el manejo del tráfico entrante puede requerir la generación de un paquete de respuestas, provocando una activación del sistema, o directamente ignorarlo. Asimismo, los proxies también se encargan de la generación de paquetes de rutina, de modo que los datos se intercambian entre un host y un proxy cuando el anfitrión entra en reposo y cuando se activa.