Día del Libro: de los primeros en arcilla a los impresos a la carta y con tecnología inteligente
Desde sus orígenes, el libro se ha convertido en el emisor de cultura de la sociedad. Una herramienta necesaria para transmitir el conocimiento y hacer del mundo un lugar mejor. Se cree que el primero nació en el IV milenio a.C. en una antigua civilización mesopotámica y desde entonces no ha dejado de evolucionar hasta día de hoy.
Con motivo de la celebración del Día Internacional del Libro el 23 de abril, Canon, como especialista en impresión, reúne distintos momentos de la historia del libro, todos ellos muy vinculados a los avances tecnológicos que han hecho posible su difusión y crecimiento.
1. Los primeros libros: arcilla, papiro o cera
Los libros no nacieron en papel. El primer elemento utilizado para describir acontecimientos o narrar historias fue la arcilla. Concretamente, fue empleado por el pueblo sumerio que usaba tablillas de barro para realizar inscripciones, ya que, tras secarse, éstas quedaban intactas. Siglos más tarde, los egipcios utilizarían el papiro. Similar al papel, pero más grueso, se producía a partir del extracto de la planta acuática Cyperus papyrus.
Avanzando en la historia, llegaría al pergamino. Gracias al uso de este formato, promovido por la civilización griega, se conservan cientos de libros históricos. Este material fue utilizado posteriormente en innumerables ocasiones y, junto al empleo de otros materiales preciosos como joyas engarzadas en oro o plata, dieron forma a auténticas piezas de arte como los códices o manuscritos. Estos no fueron los únicos formatos que dieron vida a los libros, el uso de ceras o maderas de distinto origen también tuvo su protagonismo.
Hoy, gracias a tecnologías de impresión de vanguardia, es posible imprimir sobre multitud de materiales. Existen libros en algodón, madera o incluso algunos se han atrevido a replicar a los sumerios, ya que actualmente es posible imprimir sobre piedra.
2. Y llegó la revolución: la imprenta
El libro vivió su momento de esplendor con la llegada de la imprenta moderna. Gutenberg perfeccionó las técnicas de impresión existentes en el siglo XIV gracias a la invención de su sistema de móviles metálicos, que incluía cada una de las letras del abecedario. El primer libro impreso fue la Biblia y, dada la perfección de su configuración, es considerado por los historiadores como uno de los libros más valiosos del mundo. La Universidad de Sevilla cuenta hoy con una de las copias originales de esta obra maestra.
Una pieza que marcó un antes y un después para la humanidad, ya que supuso el paso de la Edad Media al mundo moderno. Con este invento, llegó la producción masiva de los libros. Se calcula que en el siglo XV se produjeron más libros que en todos los períodos anteriores de la historia donde todos ellos eran, laboriosamente, copiados a mano.
3. Libros por doquier
La revolución de los libros llega en el siglo XX. Y es que, anteriormente, los libros solo podían ser disfrutados por algunos privilegiados ya que, debido a su elevado coste, solo eran accesibles a las clases más altas de la sociedad.
Gracias al avance tecnológico, esta situación cambia por completo. Los libros llegan a las bibliotecas, escuelas y a las casas de todos los rincones del mundo, con independencia de dónde se publiquen sus primeras ediciones.
La tecnología de impresión ha sido el gran aliado del libro. Las impresoras han evolucionado por completo, desde el uso de la electricidad, pasando por la inyección de tinta, la explosión de color o el uso de la tecnología láser, hasta llegar a la impresión digital actual.
4. Obras literarias digitales
Desde hace unas décadas, las hojas de los libros pasaron de pasarse de manera física a hacerlo a través de dispositivos electrónicos. Actualmente, conviven los libros digitales con los tradicionales. No obstante, estos últimos también han vivido su propia revolución.
Las soluciones de tecnología de impresión digital permiten dar vida a los libros en apenas 24 horas. Esto facilita enormemente la labor a las editoriales, ya que pueden publicar casi bajo demanda. Además, los lectores pueden disfrutar de las obras literarias del momento sin que tengan que enfrentarse al árido “no hay stock” en las librerías. Y, por supuesto, esta agilidad en los procesos de producción favorece que los nuevos títulos lleguen al mercado mucho antes que en años anteriores.
5. Póngame un libro, por favor
Y, por último, llegamos a los libros a la carta. Actualmente, Canon cuenta con varias soluciones, entre las que se encuentra la Variopint iX, que permite a las editoriales producir los libros al gusto del consumidor. Estas impresoras de vanguardia dan la posibilidad de reducir el stock tanto a las propias editoriales como a las librerías, ya que permiten imprimir bajo demanda en un máximo de 48 horas.
Esta tecnología revoluciona el concepto de los libros físicos y permite producir de manera más sostenible, atender las actuales demandas de personalización y acortar los tiempos, imprimiendo casi en tiempo real.