Entrevista a Casimir Alonso, consejero delegado de Océ España

La amenaza es la situación económica en la que vivimos, en la cual hemos visto algún tipo de respuesta tímida por parte de las instituciones, que de momento se ha demostrado insuficiente. En una situación de recesión económica es importante apostar por el futuro, marcado por la nuevas tecnologías digitales. El impulso que existe en nuestro país para avanzar en ella es muy grande, y lo que hay que hacer es ayudar. Por otro lado, quizás la mayor oportunidad sea que este entorno económico nos obliga a mejorar la eficiencia, la eficacia, el cuidado del medio ambiente.

Una empresa como Océ dedica entorno a un 10% de sus ingresos a I+D+i. Ese esfuerzo, que no es puntual sino continuado, da la posibilidad de tener una familia de productos actualizado que ayudan en momentos de recesión, al estar orientados a cubrir las necesidades reales del cliente. Éstos necesitan equipos que les permitan mejorar su eficacia, reduciendo el número de documentos a imprimir a base de una mejora en la calidad de los sistemas, evitando impresiones innecesarias. Por otro lado, se trata de maximizar el beneficio de las inversiones. Hoy en día tomar la decisión de invertir es difícil, y es importante que una empresa u organización que decida realizar una inversión se pague a si misma en el plazo más corto posible. Ello se consigue con productos cada vez más versátiles, que permiten con un mismo nivel de inversión diversificarse a nuevas actividades, ahorrar de forma inmediata en la manera de operar, y que por tanto no solamente abre el futuro de la empresa, sino que le permite mejorar su eficacia económica en los momentos que más lo necesite.

Internet ha mejorado enormemente la eficacia de todos, y me gustaría poner varios ejemplos. Primero permite optimizar nuestro uso del soporte papel en la información, permitiendo imprimir solo aquello que es absolutamente necesario. Si miramos diez años atrás, cuando el mercado estaba muy poco digitalizado, es sorprendente la cantidad de desperdicios que se producían a todos los niveles. Se tenían que hacer tiradas suficientemente amplias, y gran cantidad de documentos que se imprimían en las empresas nunca los llegaba a leer nadie. El simple hecho de decidir en la propia impresora si quieres el trabajo que has enviado a imprimir o no, puede llegar a reducir hasta en un 30% la cantidad de impresiones. Simultáneamente el pasar al mundo de Internet permite la impresión bajo demanda, habiéndose de editar sólo las copias de los libros que de verdad se requieran, imprimiéndose en el momento que se necesitan.

Y en prensa permite tiradas personalizadas de cualquier tamaño. Eso permite que por ejemplo un diario como el Frakfurter Allgemeine pueda estar presente en un pequeño pueblo de Andalucia porque allí hay una demanda, pero solo con la tirada necesaria para cubrir esa demanda.

Esta crisis es una oportunidad enorme para racionalizar y mejorar. En mundos como la gestión documental, en que se mueven empresas como Océ, se ha de apostar por la digitalización. Hoy en día es posible ahorrar mucho y dirigirse hacia un entorno mucho más competitivo a base de cambiar nuestra filosofía documental hacia la digitalización.