La última bocanada de aire del sector cunícola
¿Qué ha sucedido? ¿Cómo se puede explicar la situación que vivimos? De hecho, buena parte de ésta se debe al hecho que la piel de conejo se exportaba a China a buen precio, lo que ayudó a mantener las cotizaciones a un nivel aceptable para el conejo en la lonja. Todo ello, permitía asumir el incremento de coste que afectaba a los piensos.
Sin embargo, los mataderos de conejos han puesto en el mismo saco a la piel y la carne del animal. Este ha sido el gran error. Y que además, nos ha crucificado. Así, se ha valorado menos la carne de conejo, una situación que, no podemos obviar, ya le interesaba a los mayoristas y a las grandes cadenas de distribución.
Ahora que la piel se ha desvalorizado, en lugar de aplicarse la lógica e incrementar los precios de venta al público de la carne de conejo, los mataderos han sido incapaces de llegar a un acuerdo y establecer un precio mínimo de referencia. Un precio que permitiera al sector seguir con su actividad. Hace algunas semanas, como ya denunciamos desde JARC, Carrefour ofrecía el conejo entero a 3,75 euros el kilo, claramente por debajo del precio de coste. Y durante la semana del 23 de agosto, Eroski lo ofertaba a 3,99 euros el kilo. No olvidemos que el coste de producción del conejo se cifra en 4,17 euros el kilo y si nada cambia en el mercado de cereales, nadie descarta que aún vaya a peor.
Solo para que sirva de comparación. En Francia, Carrefour fue multada con 20 millones de euros por aplicar este tipo de prácticas. Pero aquí se permite todo. Las grandes empresas pueden hacer y deshacer a su conveniencia y ninguna Administración se atreve a decirles nada o a sancionarles por aplicar este tipo de estrategias que no hacen sino enterrar a nuestro sector y malmeter las economías de muchas explotaciones familiares que deben sus ingresos a esta actividad.
¿Y quién lo paga? Pues como siempre, el sector primario que ve como no se respeta el precio de la Llotja (lonja) de Bellpuig (Lleida, Cataluña), considerada de referencia para el conejo. En la actualidad, los mataderos catalanes miran hacia Madrid porque cotiza muy por debajo de Bellpuig y así se pueden ahorrar 0,18 euros el kilo cuando liquidan la carne a los productores. Hemos llegado a un punto en el cual, el hecho de regular la oferta y la demanda, propias de cualquier mercado, ya no sirve para nada ni tiene ninguna importancia. Ahora, el objetivo es vender barato y bajo oferta, semana sí, semana también.
Y para acabarlo de arreglar, en septiembre nos espera el aumento del IVA. ¿Adivinan quién lo pagará? Si nadie pone remedio pronto, al sector ganadero en general y al del conejo en particular le queda poco tiempo de vida porque se le acaba el aire. Cuando ya no esté, nos traerán la carne de otros países, la pagaremos a precios muy diferentes y con unas garantías sanitarias que no tienen nada que ver con lo que nos piden a nosotros, hoy en día. Pero entonces, ya será tarde para lamentarnos.