Entrevista a José Francisco Pérez, profesor de la Universitat Autònoma de Barcelona
25 de febrero de 2011
En términos de productividad, ¿cómo afecta a una explotación porcina el paso de la lactación al destete del lechón?
La intensificación de la producción porcina provoca la instauración forzada de periodos de lactación cortos para los animales, entre 21 y 28 días normalmente. Esto conlleva un destete muy temprano, que aboca al animal, de forma brusca, a una nueva situación en la que ha de consumir pienso, con frecuencia seco, y agua para beber. En estas condiciones, los lechones muestran un periodo inicial de anorexia o bajos consumos, que afecta su crecimiento y predispone a diarreas, reduciendo la productividad y aumentando la mortalidad. En este escenario, se produce una elevada utilización de antimicrobianos con fines terapéuticos.
En el marco de Expoaviga 2010, aseguró que la fase del destete es posiblemente la más crítica de la vida de un lechón. Además de pasar de consumir leche, debe empezar a ingerir un alimento seco, a base de ingredientes de origen vegetal, entre otros. Básicamente, ¿qué tipo de técnicas aconseja a fin de facilitar la ingesta de pienso, por parte del lechón?
Los lechones destetados con 28 días de vida se adaptan mejor al destete que si éste se hubiera producido antes. El hecho de incorporar ‘creep feed’ durante la lactancia también les ofrece la posibilidad de familiarizarse con el pienso. Aquellos lechones que consumen más pienso durante la lactancia, algo que hacen en mayor medida a la que ganan edad, son los que mejor se adaptan tras el destete. Además, los lechones son sensibles a la palatabilidad del pienso. Al igual que la mayoría de los omnívoros, los lechones aprecian de manera innata los sabores dulces, como la sucrosa, y el sabor umami. Los productores conocen bien lo apetecibles que resultan ciertos ingredientes como el arroz, el plasma animal, el hidrolizado de mucosa intestinal o la harina de pescado para los lechones. Este es un factor a tener en cuenta, cada vez más, a la hora de formular la alimentación de estos animales, y no solo durante el destete sino incluso a lo largo de todo el ciclo productivo.
La producción porcina, cada vez más intensiva, acorta los periodos de lactación e inicia antes la fase del destete. Ello da lugar a un menor consumo de alimento y pérdidas de peso por parte de los lechones. Foto: Martin Boulanger.
En general, ¿qué ingredientes debe tener un pienso para que los lechones lo asimilen con mayor facilidad?
La pregunta resulta pertinente ya que, hasta ahora, hemos hablado únicamente sobre aspectos de apetecibilidad del pienso. En particular, la capacidad digestiva del lechón tras el destete se halla comprometida por el consumo reducido de alimento. En el capítulo de nutrientes se ha sugerido reducir los niveles de calcio (Ca), para mitigar su efecto buffer en el estómago, y proteína, a fin de disminuir la fermentación proteica. Para esta última, se han descrito buenos resultados cuando se incorpora parte de ella con ingredientes de origen animal. El resto de la ración se puede conformar a base de aportes crecientes de cereales, entre los que cabe apreciar aquellos en los que el almidón se digiere con facilidad, como el arroz, la avena descascarillada o los cereales cocidos. El añadido de ingredientes lácteos resulta interesante por motivos obvios, al proceder de la lactación; pero también por su contenido en lactosa, carbohidrato que en parte fermenta en el tracto digestivo promocionando una colonización microbiana estable.
Durante el destete, se separa al lechón de su madre. Este hecho le genera un estrés, así como neofobia hacia el nuevo alimento que va a recibir. En general, ¿qué técnicas recomienda para evitar no solo el bajo consumo de nutrientes, sino también los problemas patológicos que afecten a los lechones?
Lo hemos comentado antes. Es imprescindible preparar al lechón para la nueva situación del destete, teniendo en cuenta el apetito innato del lechón y su adaptación a través del ‘creep feed’. En nuestros proyectos, valoramos diferentes estrategias para promover la rápida adaptación a la nueva dieta y el consumo del lechón tras el destete, mediante la posible programación prenatal o postnatal, el condicionamiento nutritivo o el condicionamiento social. A su vez, prevenir las diarreas es complicado. Actualmente, la situación más estable se alcanza al añadir niveles elevados de Cinc (Zn) en el pienso durante las dos primeras semanas tras el destete. En su defecto, hay otras alternativas propuestas, como la incorporación de ácidos, extractos de plantas, probióticos, etc.
En su opinión, ¿el cerdo, sobre todo los ejemplares más jóvenes, nace o aprende a elegir e incluso consumir en mayor medida unos ingredientes y descartar otros? De ser así, ¿cómo se puede estimular este consumo?
Creo que el lechón nace con un conjunto de preferencias preestablecidas, ya innatas, que como hemos descrito priman la preferencia por algunos sabores, como el dulce o el umami, o el interés por la succión de la madre. Es posible que gran parte de estas preferencias se desarrollen tras la experiencia uterina. En algunos de nuestros ensayos, hemos confirmado cómo el lechón es capaz de reconocer el olor de la placenta de su madre frente al de otras compañeras, incluso 14 días tras el nacimiento. La incorporación de aromas en el pienso de la cerda durante la gestación puede condicionar también el comportamiento de los lechones tras el destete, como han descubierto hace poco en la Universidad de Wageningen. No obstante, el lechón es capaz de aprender a lo largo de su vida temprana, como lo demuestra el ‘creep feed’, o cuando se halla en libertad mediante el contacto con su madre y congéneres (aprendizaje social) o a través de ensayo y error (aprendiendo a rechazar por consecuencias negativas, o a preferir en función de aquellas que sean positivas). Por ese motivo, es razonable pensar que para asegurar unos buenos consumos de pienso a lo largo del crecimiento, es conveniente que el lechón inicie el consumo de pienso de una forma temprana tras el destete, así como lograr que este primer consumo no provoque trastornos digestivos.
Durante la ponencia que impartió en Expoaviga 2010, también afirmó que el lechón se decanta más por ingredientes de origen animal antes que por la soja, la proteína del trigo o la patata. Esto echa por tierra las teorías que hacen de las crías del cerdo, animales vegetarianos. También explicó que prefieren los sabores dulces y desechan los amargos. En nuestro país, ¿existe suficiente información entre los productores de porcino sobre estas preferencias?
En general, la industria porcina conoce bien las principales preferencias del cerdo y las virtudes de los ingredientes de origen animal en el pienso. El cerdo es un animal omnívoro, que manifiesta sus preferencias cuando tiene oportunidad de hacerlo en la naturaleza. La prohibición de las harinas de carne en la alimentación porcina representa un contratiempo productivo y económico para la industria porcina. Otros ingredientes de origen animal permitidos, como la harina de pescado, los hidrolizados de mucosa intestinal o el plasma animal son apreciados en la alimentación de las primeras edades del lechón, ya sea por preferencia o por sus efectos postingestivos.
Según los resultados de las pruebas realizadas hasta la fecha, ¿qué balance hacen, en términos de eficacia, del ‘Creep Feeding’? ¿Y del condicionamiento prenatal, introduciendo aromas, nutrientes y aditivos durante la gestación materna?
Hoy en día, el interés del ‘creep feed’ está fuera de duda. Sin embargo, entre los resultados que más nos han llamado la atención figura la dificultad de incrementar la preferencia del pienso de ‘creep feed’ mediante el uso de aromas. En nuestros experimentos, los lechones prefirieron un pienso ‘creep feed’ simple frente a fórmulas complejas enriquecidas con aromas.
Como he mencionado antes, en nuestros trabajos y en otros se ha confirmado el reconocimiento que los lechones tienen de aromas incorporados en el pienso de sus madres durante la gestación. Sus efectos positivos cuando se aplican también en el destete parece que tienen relación con un descenso en los niveles de estrés de los animales y, en consecuencia, con un mayor consumo de pienso.
Transcurrido más de medio año desde la presentación que realizó en Expoaviga 2010, ¿han surgido nuevas técnicas más eficaces, para potenciar el consumo alimentario del lechón, que las presentadas en su momento?
Nos movemos en un terreno en el que el escenario no cambia tan rápidamente. De hecho, varios equipos trabajan en estos temas desde hace años. Nosotros todavía insistimos en las líneas de investigación que he descrito y confío que a lo largo de este año y el próximo podamos contribuir a describir mejor los mecanismos que limitan el consumo de los animales en ciertos periodos. Conocidos estos mecanismos, será más sencillo proponer estrategias productivas que resulten rentables a la industria.
Y ya para acabar, ¿en qué proyectos trabaja actualmente dentro del ámbito nutricional para el ganado, no solo el porcino?
Junto al estímulo de los consumos de pienso tras el destete, en nuestro grupo tenemos un gran interés en identificar características de la ración que ayuden a limitar la proliferación de la diarrea tras el destete. Destacaría fundamentalmente dos líneas de investigación. La primera se dirige a identificar bloqueantes de la adhesión de patógenos a la mucosa intestinal mediante técnicas in vitro e ‘in vivo’. Esta línea tiene para nosotros un carácter de investigación básica, con aspiración a encontrar aplicaciones en la alimentación de los animales jóvenes. La segunda tiene un carácter más práctico, y quizás de consecución a corto plazo, dentro de la industria porcina. Tras la retirada de los antibióticos como promotores del crecimiento, la única alternativa que ha demostrado mayor eficacia ha sido el óxido de cinc (Zn) a niveles terapéuticos en el pienso (2500 ppm). Sin embargo, estos niveles pueden ser tóxicos en aplicaciones prolongadas y además pueden dar lugar a un fuerte impacto medioambiental. En nuestro proyecto, aspiramos a encontrar estrategias de incorporación del cinc en el pienso que resulten eficaces en dosis considerablemente inferiores. Así pues, valoramos el poder evaluar nuevas fuentes de Zn más disponibles, así como identificar interacciones entre componentes de la ración que pueden estar reduciendo los efectos del Zn en el tracto digestivo.