Entrevista a Jorge de Saja, director de Cesfac
"Una fórmula media de pienso contiene un 60% de distintos cereales, un 20% de oleaginosas y proteínas, un 4-5% de grasas y el resto una mezcla de minerales, vitaminas, etc." Así se compone la cantidad ideal que debe consumir un animal para tener una dieta equilibrada, comenta a Interempresas el director de Cesfac, Jorge de Saja. Y es que de la alimentación del animal dependerá la calidad del alimento que consumamos, que debe tener nutrientes, proteínas, energía, etc. Cesfac, la entidad que él dirige, promueve proyectos de investigación que generen conocimiento nutricional sobre nuevas materias primas que puedan utilizarse en la alimentación.
¿Qué es lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de alimentar correctamente a nuestro ganado?
Para empezar el tipo de animal, su genética, la edad que tiene y fase de crecimiento en la que se encuentra, así como la época del año y otras circunstancias climatológicas que determinen las necesidades nutricionales que el animal tenga en cada momento.
Los animales son como las personas, tienen distintas necesidades nutricionales en distintas las etapas de la vida aunque la nutrición de los animales es mucho más equilibrada y regulada que la de las personas.
¿Cuáles deben ser nuestros objetivos?
Un pienso es una fórmula, con decenas de ingredientes, que ha de contener los nutrientes, vitaminas, proteínas, energía, etc., que cada tipo de animal necesita en cada momento. Si el animal no se alimenta de manera adecuada, el alimento que de él se genere (carne, huevos, leche, etc), no tendrá calidad suficiente ni, por tanto, valor comercial.
¿Existe una cantidad ideal que debe consumir un animal para tener una dieta equilibrada?
Sí, los nutrólogos lo tienen bien estudiado y determinado; una fórmula media de pienso contiene un 60% de distintos cereales, un 20% de oleaginosas y proteínas, un 4-5% de grasas y el resto una mezcla de minerales, vitaminas, etc.
Una de las labores de Cesfac es promover proyectos de investigación que generen conocimiento nutricional sobre nuevas materias primas que puedan utilizarse en alimentación; actualmente tenemos proyectos ya en marcha o en elaboración que estudian algas, soja, lúpulo de cerveza, etc.
¿Es recomendable que los ganaderos preparen ellos mismos el alimento para el ganado?
Para poder producir alimento para ganado, hay que tener capacidad de hacerlo bajo una estricta normativa que regula las materias primas que se pueden utilizar, el análisis de riesgos y puntos críticos y la normativa de higiene y seguridad que se refiere a las instalaciones y procesos, así como unas exigencias de etiquetado muy superiores en rigor, por cierto, a las que se refieren a la alimentación humana.
Cualquier operador que cumpla estas exigencias puede producir alimento para animales aunque la experiencia demuestra que al ser este un negocio de volúmenes y bajos márgenes comerciales, solo los operadores más profesionales son capaces de mantenerse en el mercado y entre estos operadores encontramos, eso sí, muchas industrias de pienso pero también muchas cooperativas ganaderas o incluso muchos ganaderos de cierto volumen que producen para autoconsumo.
¿Debe ser distinta la alimentación de ganado lechero y de ganado destinado al sector cárnico?
Sí, porque son distintas las necesidades y los periodos de desarrollo de uno y otro animal.
¿Cómo está afectando la crisis al sector?
La industria de la alimentación animal es un sector muy grande pero puramente de intermediación entre la producción primaria agrícola (de que somos su mayor cliente cuantitativa y cualitativamente) y la producción ganadera (de la que somos su mayor proveedor). Si hacemos bien nuestro trabajo permitiremos el mantenimiento de los dos sectores y que, en última instancia, el consumidor tenga alimentos sanos, seguros y a precios razonables. Por supuesto una situación como la actual en la que por un lado, nuestros clientes se enfrentan a una menor demanda de los consumidores y a una guerra de precios a la baja por parte de los canales de distribución comercial y en la que, al mismo tiempo, nuestros proveedores se enfrentan a una baja rentabilidad y a una volatilidad de precios, nuestra industria no puede dejar de verse afectada.
Con todo, el sector está haciendo un esfuerzo para hacer de la crisis una necesidad de mejora y ello, redimensionando el sector (cierto que no en las mejores circunstancias), optimizando sus procesos productivos e incrementando la investigación en materias primas alternativas. España ha pasado a ser en el 2009 el primer productor industrial europeo de alimentación animal y creemos, según los estudios de la propia Confederación, que hay margen para crecimiento en determinadas especies como la acuicultura.
Cesfac está trabajando para mejorar el marco regulatorio de nuestras empresas e intentar contribuir a una mejora de su competitividad.