Nueva técnica para comprobar la eficacia de la vacuna de la fiebre aftosa en cerdos
Investigadores del INTA de Argentina y del Conicet presentaron una nueva técnica serológica que sirve para evaluar anticuerpos en cerdos y medir la respuesta inmune de la vacuna contra el virus de la fiebre aftosa. Se trata de un avance tecnológico que reemplaza pruebas más costosas y permite conocer la protección que tienen los animales frente a una cepa de campo. Este desarrollo nacional, que ya se aplica en laboratorios especializados de todo el mundo, fue publicado recientemente en la revista científica Plos One. “El objetivo fue desarrollar técnicas serológicas para evaluar diferentes aspectos de la respuesta de anticuerpos contra el virus de la fiebre aftosa en cerdos vacunados”, destaca Alejandra Capozzo, investigadora del Conicet en el Instituto de Virología e Innovaciones Tecnológicas (IVIT) del INTA y a cargo de la investigación.
El virus de la aftosa representa un riesgo latente para todos los países con actividad ganadera. La nueva técnica serológica demuestra que es posible contar con una nueva forma de hacer los tests de Elisa para reemplazar la seroneutralización, una técnica para la detección de anticuerpos frente al virus. En este caso, con la novedad de que utilizaron partículas virales purificadas que pueden prepararse a partir de cualquier virus de campo.
“La puesta a punto de la técnica de ELISA permite evaluar la eficacia de vacunas nuevas”, detalló Mansilla y agregó: “Se trata de varias técnicas asociadas destinadas a medir distintos aspectos de la respuesta inmune como la maduración de la avidez, entendida como la fuerza de pegado que tienen los anticuerpos”. Son técnicas que demostraron buenos resultados. “Son de sencilla aplicación y de utilidad para países con bajos recursos donde el virus es endémico”, destaca Capozzo.
En la actualidad, se aplica la prueba de seroneutralización o neutralización vírica, considerada prueba de referencia para la valoración serológica. Asimismo, se trata de un ensayo “difícil de estandarizar, engorroso e inadecuado para ser utilizado a gran escala”, indicaron las investigadoras.
Además, implica la manipulación de virus vivos, lo que resulta en el riesgo de un brote. Un aspecto más que relevante para las regiones libres de virus de la fiebre aftosa, donde los virus vivos solo pueden manipularse bajo condiciones estrictas de bioseguridad. Por esta razón, desarrollaron los test Elisa ya que usan virus inactivados, son de alto rendimiento y fáciles de implementar en cualquier laboratorio.
En la investigación publicada “se buscó correlacionar las pruebas de neutralización con los ensayos serológicos de Elisa, siendo este tipo de test más sencillo de hacer y de estandarizar así como de armonizar entre laboratorios”, indica Mansilla. “El problema no es el ensayo en sí mismo, sino la partícula del virus”, advierten las investigadoras y detallaron que, “si esta pierde integridad, lleva a medir anticuerpos que no están relacionados con la protección”.