"El porcino blanco funciona con normalidad, tanto en las granjas como en la comercialización, y parece que 2020 acabará bien"
Entrevista a Alberto Herranz, director de Interporc
Juan Javier Ríos
19/05/2020Alberto Herranz asegura que este sector, el más importante de la ganadería española, funciona "con normalidad" a pesar del Estado de Alarma. Solo la producción de cochinillos tiene problemas, por el cierre de la hostelería, pero la mayoría del mercado funciona con ritmos normales, tanto en el trabajo de las granjas como en la comercialización, y todo apunta a que el balance de 2020 será bueno
Alberto Herranz, director de la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (INTERPORC)
Las granjas y la industria del cerdo blanco están salvando airosamente, en líneas generales, la crisis generada por el coronavirus en el mercado de la carne, que está afectando más a unos sectores ganaderos que a otros.
El director general de la interprofesional del porcino de capa blanca (Interporc), Alberto Herranz, asegura que este sector, el más importante de la ganadería española, funciona “con normalidad” a pesar de la situación creada por el Estado de Alarma. Únicamente la producción de cochinillos está fuertemente afectada por el cierre de la restauración, que es donde se consume este producto casi en su totalidad, pero la mayoría del mercado del cerdo blanco está funcionando con ritmos normales, tanto en el trabajo de las granjas, como en la comercialización hacia el mercado nacional y hacia la exportación. Las ventas al exterior sufrieron en marzo un pequeño bache por las complicaciones burocráticas en la gestión de los envíos, sobre todo hacia China, pero en el mes de abril los envíos a este país han ido recobrando la normalidad.
Las previsiones indican que el año 2020 será un buen año para el porcino en España, que seguirá reforzando su potencial de producción y consolidará su creciente protagonismo en los mercados internacionales.
Dos meses ya en estado de alarma, ¿cómo lo ha vivido el sector del porcino blanco?
No somos ajenos a la situación pero, dentro de la preocupación lógica, este sector no ha parado de trabajar, porque la prioridad era garantizar el abastecimiento a la población y, por supuesto, asegurar la salud de nuestros trabajadores y sus familias.
Entonces, ¿se ha adaptado bien el sector?
Ha demostrado su capacidad de adaptación y su fortaleza ante una situación que no habíamos vivido nunca. Las empresas han reforzado sus estrictos protocolos de bioseguridad y se ha incrementado el número de vehículos de transporte para garantizar el abastecimiento y, todo ello, sin dejar de trabajar en aquellos aspectos en los que somos un referente, como la calidad, la seguridad alimentaria, la bioseguridad, el bienestar animal o el medio ambiente. Estamos orgullos de los nuestros porque además están mostrando su solidaridad y se ha volcado con los afectados y los profesionales que luchan contra el coronavirus, realizando donaciones para equipamiento sanitario o de productos cárnicos.
¿Les ha afectado el cierre del canal Horeca?
Las granjas y empresas cárnicas están trabajado con normalidad tanto en el mercado interior, donde el nivel de oferta y demanda no ha variado, como en el internacional. No obstante, hay excepciones en productos como el cochinillo, que sí se ha visto afectado al ser un producto altamente dependiente de ese canal, o fabricantes de productos elaborados, sobre todo de jamones y paletas.
A pesar de ello, ¿piden algún tipo de ayuda a las administraciones?
Estamos solicitando medidas al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para paliar este efecto, e impulsando y apoyando otras muchas iniciativas para recuperar la actividad del canal Horeca. Es importante que, una vez finalizado el estado de alarma, se permita la reapertura paulatina, total o parcial, de bares y restaurantes, siempre que se garanticen la seguridad de clientes y empleados. Vemos necesario que se destinen ayudas económicas y fiscales que permitan reanudar la actividad a estos establecimientos y también que se activen ayudas a la promoción del consumo de los productos que más se han visto afectados.
China fue la primera en padecer la COVID-19 y ya ha mejorado su situación, ¿qué les transmiten los industriales sobre las exportaciones a ese destino?
El mercado chino ha estado muy activo en la demanda porque en enero las exportaciones aumentaron un 27% y en febrero un 33%. Para marzo aún no tenemos los datos, pero es posible que haya algún descenso ocasionado por el atasco de contenedores en destino por los problemas de personal de inspección de China, ya que estaban en plena pandemia. No obstante, parece que ese destino vuelve a la normalidad y la demanda continúa muy fuerte porque la situación de la Peste Porcina Africana se mantiene y precisan importar mucha carne y productos del cerdo.
¿Afectará esta crisis a las previsiones que tenían para 2020 sobre volúmenes de exportación, facturación o producción?
Aún es pronto, pero no parece que se vayan a ver muy afectadas en general y, con las excepciones que comentamos, tanto el mercado interior como el exterior están funcionando con normalidad.
¿Qué reflexión cree que tiene que obtener el sector cárnico de esta situación que se está viviendo?
Creo que lo más importante en estos momentos es el reconocimiento a todos esos profesionales que han hecho posible nuestro día a día, que han estado en sus puestos para que el resto pudiéramos quedarnos en casa. En la parte que nos toca, a nuestros profesionales del sector, ganaderos, transportistas, trabajadores de la industria quiero decirles que tenemos que dignificar nuestra profesión porque somos un sector que hace las cosas mejor que bien, que tenemos un modelo propio de producción reconocido y admirado en todo el mundo por sus exigentes medidas. Tenemos que ser capaces de comunicárselo a toda la sociedad, reforzar nuestra imagen ante la opinión pública, para que conozca en mayor medida todo lo que hacemos y lo que aportamos a nuestro país.