UPA denuncia el cierre de más de 700 granjas lácteas en 2019
Más de 700 granjas lácteas echaron el cierre en España en 2019. Así lo denuncia la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), para quien los bajos precios que perciben los productores españoles de leche de vaca son “insostenibles”. Éstos se situaron en los 0,33 €/L, un 5,7% menos que la media europea y hasta un 11% por debajo de lo que se paga en Francia.
A falta del cierre del dato de diciembre, hasta noviembre de 2019 renunciaron a la producción láctea 680 ganaderías en España, lo que supone el abandono de dos ganaderos al día. “En el año entero, más de 700 granjas habrán cerrado”, advierten desde UPA, ahondando el problema del despoblamiento de la España vaciada.
En los próximos meses se renegociarán los contratos entre ganaderos e industrias, “un momento en el que los industriales deben reflexionar y ofrecer mejores condiciones a sus proveedores”, ha señalado el secretario de Ganadería de UPA, Román Santalla.
La tímida subida en los meses de noviembre y diciembre es insuficiente, a juicio de UPA, y se debe básicamente a la mejora de la materia grasa y de la proteína que impulsan algunas industrias y, en especial, las industrias queseras; así como a la irrupción en el mercado español (en especial en el mercado gallego) de la nueva industria láctea Inleit, que está demandando leche para su nueva planta y que está ofreciendo contratos un poco por encima de la media que pagan las industrias tradicionales.
La crisis de rentabilidad que sufren los ganaderos se recrudece mes tras mes, y es que el incremento de los costes de producción actuales y los que se prevén en subida de costes de la alimentación y las fuertes inversiones que tienen que acometer los ganaderos en medioambiente, reducción de emisiones y la gestión en materia de cambio climático, suponen “la tormenta perfecta” para los ganaderos.
UPA ha pedido a las industrias que abran una negociación efectiva con los ganaderos y con las organizaciones de productores en la que los nuevos contratos tengan en cuenta todos los factores de incremento de los costes. La organización, que también se ha dirigido a la gran distribución, le ha planteado la necesidad de que la cadena de valor de la leche y de los productos lácteos refleje la realidad del incremento de costes y sustente su futuro sobre la base de unos precios rentables para los ganaderos.