¿Qué está pasando en el sector porcino de España?
El sector porcino español está viviendo una época muy dura, no sólo por la gravedad de la misma sino por lo inesperado de su presentación. Después de que el ganadero español hiciera los deberes y solventara con nota el reto del bienestar animal, se esperaba tener tranquilidad en los mercados para que la reducción general en la cabaña en la Unión Europea espoleara el marcado. Así ha sido durante 2013 y sólo durante la primera mitad del 2014, a todas luces insuficiente para compensar las pérdidas de años anteriores y el gasto por el bienestar.
La situación actual del sector porcino en España hay que contextualizarla en el seno de la Unión Europa y en el mercado mundial de productos de cerdo. Cronológicamente hablando la tormenta perfecta en la que se encuentra el sector empezó a desencadenarse en 2013 por los movimientos en el mercado ruso. A principios de 2013, las Autoridades rusas detectaron ciertas irregularidades en las plantas y mataderos españoles que estaban autorizados a exportar a Rusia. Estas irregularidades consistían en falta de cumplimiento de las normativas específicas de la Unión Aduanera (Rusia, Bielorrusia y Kazajistán) en materia de sanidad animal que en ciertos aspectos es más restrictiva que la de la Unión Europea. Ello desembocó en el cierre casi total de los mataderos e industria españoles a la espera de demostrar el cumplimiento de la normativa de la Unión Aduanera. Después de muchas negociaciones entre el Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente y los Servicios Oficiales Veterinarios de Rusia y de que los operadores españoles invirtieran tiempo, esfuerzo y recursos económicos en el cumplimiento de los requisitos, se estuvo a punto de conseguir a principios de 2014 la reapertura del mercado. Desafortunadamente, se declararon los primeros casos de PPA en Lituania y posteriormente en Polonia, lo que ocasionó el cierre del comercio de carne y productos de porcino de Rusia con la UE. Las negociaciones para la reapertura del mercado comunitario por motivos sanitarios nuevamente se vieron perjudicadas por el cierre político que Rusia efectuó a la UE, EE UU, Canadá, Australia y Noruega como respuesta a las sanciones económicas por la crisis de Ucrania. En resumen, el sector porcino español está soportando un triple cierre del mercado ruso que suponía nuestro segundo destino de exportación en mercados terceros.
Después del cierre político de Rusia en agosto de 2014 es cuando el sector más se ha resentido. El incremento de competencia en mercados terceros ha hecho que el valor de los productos exportados disminuyera, tirando hacia abajo del precio de lonja. Ni la falta de cerdos en el continente americano por los brotes de DEP ha podido eliminar oferta de mercado.
Los grandes beneficiarios de la coyuntura global en el mercado de la carne de porcino han sido Brasil y China. Como dos potencias importantes de producción (el 5º y el 1er productor, respectivamente) se han hecho con buena parte del mercado ruso dejando poca capacidad de maniobra al resto de los países que no han tenido más remedio que centrarse en los mismos destinos (sobre todo de oriente) incrementando así la competencia de venta.
España en 2014 ha conseguido un récord en las exportaciones, principalmente a países terceros superando en más de un 10% las mejores cifras de 2012, pero con el hándicap de la pérdida de valor añadido. El mercado de la Unión Europea se ha convertido en un mercado muy pesado con dificultades de colocar producto en mercados ya saturados. Uno de los detonantes de esta pesadez en el mercado interno es el crecimiento de producción que se ha producido en muchos Estados miembros, entre ellos en España, que hace más complicado mantener precios cuanto la demanda escasea y se incrementa la oferta.
Por ello, hay países que están pidiendo muy fuertemente medidas de mercado. Principalmente, el almacenamiento privado por parte de Dinamarca y Francia. Desde el punto de vista de España, lo ideal sería que reintrodujeran las restituciones a la exportación para ganar competitividad en mercados terceros y así empujar el precio hacia arriba. El almacenamiento privado cuando la lonja ha comenzado a reaccionar es complicado que beneficie al productor sobre todo porque en el momento de la salida del producto (verano) distorsionaría el precio de mercado.
2015 va a ser un año más complicado que 2014, con la inseguridad de cuando abrirá Rusia. En ese positivo caso, está claro que el panorama del año cambiará por completo para bien.
