La industria cárnica apuesta por la internacionalización y la innovación
La cifra de negocio que ha alcanzado la industria cárnica supone aproximadamente el 2% del PIB total español (a precios de mercado) y el 14% del PIB de la rama industrial, y el empleo sectorial directo de nuestras empresas, más de 70.000 trabajadores, representa igualmente más del 20% de la ocupación total de la industria alimentaria española.
Esos datos y el escenario de madurez de nuestro mercado cárnico nacional, junto a una competencia extrema a nivel nacional e internacional, hacen que tanto el mantenimiento de las posiciones como el desarrollo de nuestras empresas pasen de forma obligada por la internacionalización y la actividad exportadora, la mejora tecnológica, la innovación y la constante adaptación de procesos, productos y servicios a una demanda cada vez más exigente y cambiante y, además, moldeada por la crisis económica internacional de los últimos años.
Foto: J.M. Álvarez.
Primer balance de 2014 y expectativas para 2015
La carne de porcino, la principal producción de nuestra cadena cárnica, ha seguido una evolución apreciable, con un crecimiento en toneladas del 3,2% de enero a octubre que, de confirmarse para el conjunto del año, llevaría la producción total a unos 3,5 millones de toneladas, una cifra récord para el sector.
En el capítulo exterior se exportaron 1.078.000 toneladas de carne de cerdo, por valor de 2.550 millones de euros (estimados con los datos de enero-noviembre disponibles), lo que representa un 9% de crecimiento en volumen y en valor. Además, hay que registrar un espectacular crecimiento del 24% en despojos y también cifras positivas en productos elaborados, protagonizadas sobre todo por el 17,4% de progresión en jamones y paletas curados.
Pero lo que resulta más favorable para el sector porcino es el crecimiento de las exportaciones a terceros países en un 30% en volumen y un 33% en valor, y todo ello en un año con el mercado ruso cerrado. Además, tras el cierre de Rusia, nuestros exportadores han sabido reorientar sus ventas hacia mercados alternativos asiáticos y de otros terceros países, lo que ha incrementado su precio de venta por encima de los de casi todos nuestros competidores europeos, que han dirigido sus operaciones a la propia UE de forma más generalizada. Con todo ello, España es ya el cuarto exportador mundial de porcino con una cuota del 8% y sólo por detrás de Alemania (18%), Estados Unidos (15%) y Dinamarca (10%).
En 2014 se exportaron 1.078.000 toneladas de carne de cerdo. Foto: J.M. Alvarez.
Las otras carnes, el vacuno y el ovino, no pueden presentar una evolución tan favorable en el volumen de sacrificio, en línea con los últimos años, pero hay que señalar de forma destacada el crecimiento importante conseguido en las exportaciones de carne de vacuno también a terceros países, que abunda en la misma dirección internacional que en el caso del porcino.
Por ello, uno de los ejes estratégicos de nuestro sector para este año será seguir trabajando de forma muy intensa en el comercio exterior, para seguir mejorando nuestra estructura como país, abriendo mercados, promocionando nuestros productos y facilitando la actividad exterior de nuestros operadores.
El cierre de Rusia a las exportaciones de la Unión Europea ha puesto sobre la mesa la necesidad una implicación de la Administración española al máximo nivel para gestionar el comercio exterior cárnico como una estrategia de país, así como la necesidad de contar con unas estructuras administrativas unificadas y adaptadas a lo que requiere la compleja actividad del comercio internacional, superando divisiones competenciales que causan problemas, obstáculos y pérdida de competitividad a nuestros exportadores.
Además, hay que seguir potenciando la promoción de nuestras carnes y elaborados, la apertura y consolidación de mercados valiosos en terceros países y seguir desarrollando las exportaciones de productos de valor añadido y que nos diferencien de la oferta de nuestros competidores internacionales.
Por otro lado, se plantea una nueva situación que contribuirá sin duda a un nuevo impulso de las exportaciones de las carnes de bovino y ovino, y que se basa en la evolución positiva de la EEB (encefalopatía espongiforme bovina) que llevará hacia el reconocimiento en 2016 de España como país con status de riesgo insignificante frente a la encefalopatía.
Igualmente, asistiremos al desarrollo del nuevo Real Decreto de certificación para las exportaciones, que va a ordenar y dar garantías de permanencia en los mercados exteriores, ayudando a reforzar los sistemas de calidad y el funcionamiento interno de las empresas, mejorando sin duda nuestra competitividad.
El mercado exterior es uno de los ejes de futuro del sector, donde se tiene en buena consideración a los embutidos ibéricos. Foto: J.M. Álvarez.
La vertebración sectorial
Siempre hemos pensado que las Organizaciones Interprofesionales son instrumentos de apoyo a los sectores y por tanto su buen funcionamiento puede representar un gran activo y una baza competitiva para ellos. La participación de las Asociaciones en las Interprofesionales supone un reto organizativo, tanto para su estructura como para los operadores que las integran, pues requiere un importante compromiso de esfuerzo y dedicación que debemos de entender y asumir lo antes posible.
Durante el pasado año, el sector desarrolló y consolidó el trabajo de las interprofesionales que iniciaron su actividad, como Interporc (cerdo blanco) e Interovic (ovino y caprino), y el pasado 11 de diciembre se produjo el reconocimiento de Provacuno como Organización Interprofesional Agroalimentaria, por parte del Ministerio de Agricultura y Alimentación (MAGRAMA). Sin duda son y van seguir siendo entidades de singular transcendencia para estos sectores, sobre todo a través de las correspondientes ‘Extensiones de Norma’, que permiten contar con los recursos necesarios para desarrollar los objetivos prioritarios de cada sector.
Y, por otro lado, el año pasado también se produjo otro importante hito para nuestra representación empresarial, ya que la Confederación de Organizaciones empresariales del Sector Cárnico de España (Confecarne) fundada en 1999 por la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice) junto a la Federación Catalana de Industrias de la Carne (Fecic), incorporó también a la Asociación Nacional de Almacenes Frigoríficos de Carne y Salas de Despiece (Anafric) y la Asociación Profesional de Salas de Despiece y Empresas Cárnicas (Aprosa-Anec).
Con ello, nuestra Confederación amplía y completa su representatividad y unidad empresarial de la industria cárnica española, potenciando la capacidad organizativa y operativa para la defensa de los intereses de las empresas con mayor agilidad y eficacia, y con una sola voz, tanto en España como a nivel internacional.
La innovación, otro punto clave para la industria cárnica
Los procesos de mejora tecnológica y de innovación son otro eje fundamental para las empresas, y están estrechamente vinculados tanto a la búsqueda de mejores condiciones competitivas en los mercados exteriores, como al desarrollo de las estrategias de crecimiento en el maduro mercado nacional.
Por esto es necesario potenciar y ordenar los procesos de I+D+i en nuestro sector, crear estructuras que nos permitan canalizar esa innovación de forma eficaz y conseguir vertebrar de forma eficiente la relación de la industria con el ‘mundo de la innovación’, entendiendo como tal los centros tecnológicos públicos y privados y los departamentos universitarios de investigación. E identificando los intereses comunes, los requerimientos del mercado, las necesidades de innovación en instalaciones, maquinaria, tecnología y procesos (desarrollo de productos, formatos, envases, conservación, seguridad alimentaria, vida útil, etc.) y abordar las posibilidades de financiación, rentabilidad y retorno.
En el mercado español, la búsqueda de los nuevos nichos de mercado, nuevos productos, formatos y servicios, que son el referente de desarrollo, pasa necesariamente por la innovación y, en el complicado escenario internacional, el alto número de operadores con altas posibilidades de competencia y las cada vez más difíciles condiciones de acceso y desarrollo de los nuevos mercados de los productos cárnicos, hacen que las estrategias exteriores de nuestro sector pasen por tomar la delantera en innovación, en conseguir que nuestras industrias se diferencien cada vez más por desarrollo tecnológico y no por precio.
La innovación es la base del presente y del futuro de la industria cárnica; nuevos productos, nuevas fórmulas y nuevas oportunidades. Foto: J.M. Álvarez.
Y para terminar, hay que reseñar los procesos de modernización de normativas que afectan de forma determinante a nuestro sector. Por un lado, está la nueva Norma de los derivados cárnicos, que ha creado un marco regulatorio más acorde con las necesidades de las industrias y los requerimientos del mercado.
Por otra parte, se completa ahora la primera campaña de aplicación de la Norma de Calidad específica de los productos ibéricos, y el sector jamonero sigue con sus avances para conseguir una IGP para el Jamón Serrano, que amplíe su protección como uno de nuestros productos más emblemáticos.
Además, y en el ámbito normativo más general, nuestro sector está siguiendo con atención el desarrollo de la Ley de Mejora de la Cadena Alimentaria, que es sin duda fundamental para conseguir el necesario equilibrio en las relaciones comerciales y la eficacia en la lucha contra las prácticas comerciales desleales, así como el desarrollo de la Ley de Unidad de Mercado, que preveía reducir las normativas que dificultan la actividad empresarial y que ha cumplido su primer año de vida.