VN38 - Eneo

LA VOZ DEL SUMILLER En esta línea, ¿qué debe tener un vino para llamar su atención? Creo que en la diversidad esta´ el gusto y que la heterogeneidad resulta en mayor complejidad. En mi caso, me gusta trabajar con productores que, sobre todo, se esfuerzan por reflejar el territorio y terrun~o de donde provienen sus uvas. Creo firmemente en el respeto por el medio ambiente y en una intervencio´n mi´nima (pero suficiente) para que los vinos demuestren su ma´ximo potencial, pero tampoco soy dogma´tico. Al igual que me gustan los vinos naturales sin sulfitos an~adidos, tambie´n me encantan los de cariz totalmente ‘cla´sico’, y todo el amplio abanico de vinos entre medio de los dos extremos. Sin embargo, da la casualidad de que los vinos que me suelen gustar esta´n hechos por productores pequeños y medianos que trabajan su propio viñedo, buscan una identidad clara de su territorio y tratan su materia prima con total respeto. Además, suele darse también la casualidad que trabajan con métodos ecológicos y biodinámicos. Al fin y al cabo, lo que busco son vinos equilibrados, bebibles y con identidad. No me preocupa su origen, si son Rioja o Ribera, sino que aporten algo interesante. Un ejemplo de ello es un vino del norte de Grecia que gestiono en Massal Selection: proviene de una zona poco conocida pero creo que es excelente, por eso trabajo con él. Con sus conocimientos y su experiencia profesional, está capacitado para analizar el mercado del vino en nuestro país. ¿Cómo lo definiría? Creo que el mercado del vino en España está en una fase de crecimiento y de apertura. Hace poco, en España solo consumíamos vino español, incluso el vino francés costaba… Ahora ya no es así, hay mucha demanda de vinos extranjeros, especialmente de zonas clásicas francesas, pero también alemanas e italianas. Lo que sí es cierto es que aún nos cuesta consumir vinos de otras zonas, y ya ni hablemos del nuevo mundo. Es una cuestión de desconocimiento y es normal porque somos una potencia productora, pero hay voy viendo que el interés es cada vez mayor y sé que la importación seguirá creciendo. Sí que es cierto que mi cliente es la hostelería media, alta y muy alta y en estos sectores hay más apertura y más disponibilidad. Son perfiles en los que el precio no es el factor más importante, por lo que se atreven a probar y a investigar. Además, se van incorporando perfiles ‘jóvenes’ que han vivido y trabajado fuera de España, ya sea Londres, París, Singapur… Y su forma de pensar y entender el vino es distinta, mucho más abierta e internacional. Habla de esta nueva generación que ha estado fuera y sabe qué está en tendencia en otros lugares. Vamos a darle la vuelta, ¿cuáles son los lugares que marcan la tendencia en el mundo del vino? Londres siempre es la capital, el lugar en el que todo pasa. Pero también es muy importante ahora mismo Nueva York y le siguen París, Copenhague y Tokio –especialmente en el sector de vinos naturales–. San Francisco también es un punto importante, pero su mercado es muy endogámico, apuestan mucho por el propio producto californiano y cuesta más encontrar otros orígenes. En este sentido, ¿qué tenemos que hacer para que nuestros vinos crezcan en valor en estas zonas? Esta es la pregunta que toda bodega se hace y la respuesta no es simple. Creo que no se trata de hacer una cosa muy bien, sino de hacerlo todo bien y, además, tener suerte. No basta con tener buenas uvas, hay que tener también una buena viña, procesos bien hechos, un vino de calidad, ofrecer un packaging perfecto, trabajar el marketing y la comunicación, contar con una distribución eficiente, escoger bien con quién se trabaja… No hay atajos, es necesario hacerlo todo bien. Ribalta estudió todas las titulaciones del WSET, terminando su Diploma en 2014, por el que ganó las Becas Lustau y Derouet Jameson. 50

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx