VN37 - Eneo

ENOLOGÍA del brazo es sometida a procesos de limpieza automática entre muestra y muestra, y entre muestra y reactivo, de manera de evitar la contaminación por arrastre de materia, fenómeno conocido como carry-over. Una vez que la mezcla de muestra y reactivo ha sido dispensada en la cubeta de lectura, es el mismo brazo quien se encarga de la homogeneización, a través de un sistema de aspiración y descarga convenientemente adaptado para evitar la formación de burbujas que pudieran alterar la lectura de la absorbancia. Una vez homogeneizada la mezcla, se procede a realizar el seguimiento espectrofotométrico de la reacción. Para que las enzimas o el reactivo colorimétrico puedan ejercer su función en tiempos relativamente cortos es necesario mantener las cubetas de reacción a una temperatura constante e igual a 37 °C. Esto se logra a través de sistemas de calefacción por circulación de aire, mucho mejores en eficiencia y seguridad que los antiguos calentadores por agua. La gama de analizadores Miura asegura así una temperatura de reacción de 37,0 ± 0,1 °C. Un detalle a tener en cuenta es que, mientras el sistema de calentamiento de las cubetas asegura la homogeneidad de temperatura, los reactivos suelen mantenerse en condiciones de refrigeración para asegurar su conservación, elevar su vida útil y mantener así la estabilidad de las calibraciones. Este salto térmico se resuelve técnicamente a través de un sistema de precalentamiento de la mezcla de muestra y reactivos en el brazo robótico, de manera de asegurar que al entrar en la cubeta estén muy cerca de la temperatura óptima. Un detalle diferencial entre los distintos tipos de analizadores automáticos es que la cubeta de reacción puede ser desechable o reutilizable, según si el analizador posee o no un sistema automático de vaciado y lavado de las cubetas. Software de cálculo Finalmente, pero sin restar importancia al resto de funciones, todos los analizadores automáticos se completan con un software que comanda el equipo y a través de una interfaz permite al usuario realizar operaciones rutinarias como: posicionar reactivos y muestras, ejecutar calibraciones de los distintos parámetros, pasar controles de calidad y analizarlos estadísticamente, ejecutar uno o más análisis sobre una o varias muestras a través de la confección de listas de trabajo, revisar resultados actuales y anteriores, generar reportes e imprimir informes. Esta interfaz permite que, una vez cargada la lista de trabajo y posicionados las muestras y reactivos necesarios, la presencia del operador ya no sea necesaria. De esta manera, queda liberado para otras cuestiones dentro del laboratorio y la bodega. Así, se optimizan tiempos y se mejora la gestión diaria del personal y sus actividades. Esta función es el factor diferencial de un sistema automático frente a los espectrofotómetros tradicionales e incluso los semiautomáticos. LA IMPORTANCIA DE LA ELECCIÓN DE UN ANALIZADOR Si bien el funcionamiento de cualquier analizador es relativamente sencillo, no todos los analizadores son iguales por dos motivos principales. En primer lugar, la fiabilidad y precisión de cada analizador dependerá de la calidad de los materiales empleados en la fabricación de las piezas clave (pistón cerámico, aguja del brazo robot, cubetas, lámpara, filtros, fotómetros). En segundo lugar, no cualquier analizador químico automático puede ser empleado para el análisis de muestras tan complicadas como el vino. Por caso, se debe tener en cuenta que los sistemas de homogeneización y los tiempos de reacción son muy diferentes en el campo de la enología respecto al diagnóstico clínico y, así, su aplicación directa está lejos de ser tan fácil como parece. Por lo tanto, el cliente debería confiar sólo en aquellos analizadores de probada respuesta en enología, los únicos capaces de poder brindar resultados fiables. n TDI introdujo en el mercado español el primer analizador químico secuencial: el VPI, que con las limitaciones propias de la época, permitió a los laboratorios de las bodegas realizar análisis rápidos, precisos y económicos sin grandes inversiones TDI fue y sigue siendo una compañía pionera en la investigación y el desarrollo de analizadores y reactivos para la analítica en enología. Los más de 38 años de experiencia nos dejan un saber hacer acumulado que, no solamente nos avala como proveedores, sino que nos permite asegurar el correcto funcionamiento de todos nuestros analizadores para la aplicación enológica. Si posee una necesidad analítica y desea saber cómo resolverla, no dude en comunicarse con nosotros vía mail (info@t-d-i.es), a través de la web www.tdianalizadores.com o de nuestras redes sociales, y juntos podremos encontrar la mejor solución. n 36

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