57 DEPURACIÓN WEG “salva” el suministro de agua de Londres La planta depuradora de aguas residuales Ashford Common —situada en el condado de Surrey al sudeste de Inglaterra— es una de las más grandes de Europa. Con una capacidad máxima de tratamiento de 680 millones de litros por día, suministra aproximadamente un tercio del agua que Londres consume, ya que el resto lo suministran otras veinte plantas depuradoras muchos más pequeñas. WEG, fabricante de equipos eléctricos y electrónicos, colaboró con Thames Water y BGEN para renovar los motores de las bombas de gran capacidad de la instalación. La planta depuradora en Ashford de la distribuidora de agua Thames Water fue inaugurada en 1953, pero se renovó hasta principios de los años noventa, cuando se construyó la estación de bombeo. Cuando se realizó la última renovación, estas instalaciones ya tenían una antigüedad de unos 25-30 años, aseguraron en una nota de prensa fuentes de WEG. Esta enorme planta depuradora tiene cinco bombas axiales Weir accionadas por motores eléctricos de siete toneladas y media, cada una con una capacidad de bombeo de 180 millones de litros de agua al día. La estación de bombeo trasvasa aguas residuales y fluviales de los grandes depósitos de almacenamiento a la planta depuradora. Cuando los niveles hídricos son bajos, como sucedió durante la sequía del verano de 2022, se emplean cuatro de las cinco bombas. Si dos de las bombas fallasen, la situación podría ser catastrófica. Si una de estas unidades dejara de funcionar, perderían el 25 % de capacidad. Dado que esta planta de Ashford Common es tan grande, un fallo como este causaría el cierre completo de dos de las plantas depuradoras más pequeñas, puesto que la red de distribución no tiene la resiliencia suficiente. En este caso, se producirían caídas de presión y pérdidas de suministro de agua, algo que no ha ocurrido en décadas. Por este motivo, estas bombas son imprescindibles para mantener el suministro a la ciudad de Londres. GRAVES FALLOS EN LOS EQUIPOS En 2018, el riesgo de avería generó una autentica preocupación. Había dos problemas que afectaban a los motores. Por un lado, el sobrecalentamiento que causaba la degradación del aislamiento, y por otro, los rodamientos que, a pesar del mantenimiento, estaban llegando al final de su vida útil.
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