"Unos 1.500 centros de estas características serán un referente como 'Smart stations'"

La movilidad en todas las ciudades del mundo camina hacia un nuevo modelo digital, conectado y sostenible. El transporte público avanza impulsado por las nuevas tecnologías, que transforman el concepto del viaje y abren una amplia gama de posibilidades para prestar un mayor y mejor servicio al usuario.

El reto ahora es implantar todos estos desarrollos de I+D para proporcionar las máximas comodidades y prestaciones tanto al viajero como al público que acude a las estaciones para ofrecerle una experiencia armonizada con sus intereses actuales y futuros. Y es en infraestructuras como las estaciones donde más se podrán ver los grandes cambios que trae consigo la innovación.

Al igual que en alta velocidad o el despliegue de grandes redes ferroviarias en los cinco continentes, nuestro país vuelve a estar a la cabeza en este campo. Unos 1.500 centros de estas características serán un referente como “Smart stations”. El objetivo es dotar de los avances digitales para ampliar su cobertura más allá de ser un punto de llegadas y salidas. De esta forma, se convertirán en centros comerciales y sociales, con muchas más opciones para el usuario que contará con numerosos servicios adicionales de entretenimiento, información, etc.

Otro de los grandes hitos es que España ha sido el país que ha publicado la primera norma a este respecto, adelantándose así en una de las áreas que mayor impulso tendrá en los próximos años. En ella se define este nuevo modelo de estaciones y su conexión con la plataforma de ciudad inteligente. Un estándar que nace por la evolución y cambios que se están produciendo en las costumbres de los usuarios en estas terminales de transporte con el fin de hacer de ellas un espacio nuevo enfocado hacia las personas y sus necesidades en el mundo actual.

Este nuevo concepto de estación tiene numerosas ventajas, ya que se presenta como una plataforma estratégica donde se optimizan los procesos y todos los recursos de espacios y equipamientos. También consigue crear una mayor interacción con el cliente que verá una notable mejora de la calidad y tecnificación en la prestación de servicios. Asimismo, se aumenta la eficiencia ya que se facilitan las actuaciones de ahorro de costes de operación y se agiliza la atención de incidencias, entre otros muchos beneficios.

Para la implantación de todas las ventajas de la tecnología en este campo es importante contar con el apoyo de las ingenierías. Las consultoras españolas, con gran experiencia en el diseño de redes de transporte urbano en los cinco continentes, están llamadas ahora a poner su experiencia y saber hacer en el desarrollo de estos nuevos entornos.

Su papel se presenta esencial para alinear los objetivos del cliente con la normativa (interna/externa) y las distintas soluciones disponibles, así como definir los equipos y sistemas (telecomunicaciones, procesamiento, analíticas, megafonía, cartelería digital, CCTV, alimentación eléctrica, refrigeración, etc.), así como las actuaciones necesarias para convertir las estaciones actuales en enclaves inteligentes con sus centros de control locales y centralizados correspondientes. Una labor para que estas plataformas cumplan con los requisitos técnicos establecidos que garanticen su funcionamiento, la ciberseguridad y su gobernanza IT. Además, en un contexto de liberalización, contribuirán a que los gestores de infraestructuras asuman en las estaciones los servicios que antes no se ofrecían o estaban centralizados en un solo operador.

Este apoyo no sólo es importante en el despliegue previsto en nuestro país, sino que traspasará fronteras. Las ingenierías tienen ahora una nueva oportunidad para exportar su capacidad para conseguir que la tecnología en las estaciones de viajeros vaya más allá del cobro de billetes, así como en la presentación de información pública de la llegada y salida de trenes. Sus proyectos se centrarán en que estos edificios se enfoquen no en el continente sino en el contenido y a la prestación de unos servicios que atraigan más público y usuarios, manteniendo siempre los criterios de sostenibilidad y confort actuales.

Estas empresas pueden aplicar los conocimientos adquiridos en los proyectos nacionales que habilitarán la implantación de estas tecnologías en estaciones de todo el mundo.