Curvadoras piramidales (VENUS) y de doble regulación (MARS)

La historia de Curvaser es la de tantas empresas nacidas de la iniciativa de un fundador y cimentada por el trabajo y la constancia, ideas transmitidas a la siguiente generación que ha sabido mantener el espíritu inicial y llevarlo a un estado superior con las vistas puestas en la mejora continua y el servicio al cliente. En este 2023, la firma celebra su 35 aniversario.

En 1988, Ernesto Serrano creó Curvaser. Serrano era un profesional que había trabajado durante 30 años en Talleres Tejero y tenía un profundo conocimiento del sector de la maquinaria para corte, deformación y punzonado de tubos, perfiles y varillas. Al crear Curvaser, Ernesto Serrano tenía claro cuál era su objetivo: ofrecer un muy alto grado de especialización para ofrecer al cliente una propuesta diferente a lo acostumbrado, la posibilidad de adquirir una solución con un eficiente servicio post-venta.

Curvaser cuenta con maquinaria propia para el curvado de perfiles.

“Mi padre aprovechó la experiencia adquirida en Tejero, firma hoy ya extinta, para abrir la representación de esta empresa en Barcelona, por lo que Curvaser ya nació con la vocación de especialización en este sector del tubo y, luego, de la varilla. Entonces era un ámbito que estaba huérfano de un proveedor de maquinaria de este tipo”, explica Ernesto Serrano, hijo del fundador de la empresa, y director, junto a sus hermanos Javier y Diego, de Curvaser.

Los inicios fueron difíciles, como toda aventura empresarial. “Mi padre se estableció en Barcelona para crear la empresa y toda la familia se trasladó allá y luego, con los años, abrimos sede en Zaragoza, porque somos de aquí y porque, además, desde el punto de vista logístico es un lugar más eficiente para atender el resto de España”.

De izq. a dcha.; Javier, Ernesto y Diego Serrano, los tres hijos del fundador que hoy llevan las riendas de Curvaser.

La maquinaria de Curvaser se destina al corte y deformación de tubos, perfiles y varillas. La firma distribuye equipos de firmas alemanas (RSA, THOMAN, TRANSFLUID) e italianas (EASYDUR, OMP, VARO, AMI, IMM, MACRI, CBC, OMCG y BB SPRING). De todas estas firmas, Curvaser es distribuidor exclusivo para España y de algunas para Portugal.

A lo largo de todos estos años, ha habido grandes evoluciones en el ámbito de la maquinaria y la principal de ellas ha sido “el paso de ser máquinas hidráulicas a eléctricas, así como el apoyo que supone el uso de softwares para su integración en la industria 4.0. Todo ello supone una gran ayuda en el aporte de datos para la toma de decisiones”, subraya Ernesto Serrano.

Pero en el uso de la maquinaria la parte fundamental son los utillajes, que también fabrica Curvaser, quien realiza el diseño y la fabricación de estos elementos. “El utillaje es un elemento crítico y determinante. Yo siempre pongo el ejemplo de un taladro, por muy bueno que sea, sin buenas brocas no se hacen agujeros. Aquí es igual, una buena curvadora con mal utillaje no curva. Y sin el conocimiento adecuado, tampoco obtienes buenos resultados”, sostiene Ernesto Serrano.

Junto al software empleado, la calidad del utillaje es el elemento determinante para conseguir un buen curvado.

Una de las razones que explican el éxito de Curvaser es la diversificación de su oferta. Las posibilidades de curvado de perfiles, tubos y varillas que ofrece abarcan casi todo el espectro del sector industrial, con presencia también en el de la construcción. Aquí, el curvado de perfiles para la fabricación de ventanas, muros cortina, cerramientos especiales como los de piscinas o grandes estructuras es una de las grandes facetas donde las curvadoras adquieren todo el protagonismo.

Para este tipo de trabajos, Curvaser ha desarrollado maquinaria propia, de geometría piramidal (VENUS) y de doble regulación (MARS).

“VENUS -explica el director de Curvaser- cuenta con tres rodillos motrices y permite curvar en vertical y horizontal. Tiene accionamiento eléctrico, lo que garantiza que el rodillo curvador actúe con una precisión muy elevada”.

Curvaser desarrolla maquinaria propia destinada al curvado de diferentes perfiles.

Una característica de estas curvadoras es que permiten realizar trabajos en monopasada, es decir, que con un solo pase por los rodillos se pueda obtener una pieza buena. “Podemos contar con los dedos de una mano -y nos sobraría alguno- las empresas que pueden ofrecer esta garantía, solo algunas firmas alemanas y nosotros. Con nuestras curvadoras podemos garantizar una variación de tan solo entre un 3 y un 4 por ciento en un radio 1000, incluso menos. En este tipo de trabajos hay que tener en cuenta la deformación del material y nuestras curvadoras tienen la capacidad de corregir estas variaciones y obtener piezas ajustadas a lo que se demanda en plano”, asegura Ernesto Serrano.

Para obtener estos resultados resulta esencial contar con softwares y controles que permitan tal precisión y automatización de las operaciones. Curvaser desarrolla sus propios programas informáticos para su maquinaria y así tener un control absoluto de todas las variables que pueden darse en el curvado. Así, sus curvadoras operan con el software ‘Bending Profesional’, con gestión de dos ejes para el modelo VENUS  o de tres para MARS. Permite hasta 100 velocidades ajustables para cada eje y una precisión de posicionamiento de 0,02 m/m.

En cuanto a los controles, integran un control numérico computerizado interpolado, CNCi, capaz de manejar todos los ejes de la máquina al mismo tiempo y expandible para operar hasta 16 y más ejes. 

Curvaser cuenta con servicio técnico propio para las puestas en marcha de la maquinaria y para la formación en el manejo de la maquinaria. “Para estas nuevas máquinas preferimos formar a operarios que no tengan experiencia en el curvado, sin vicios adquiridos. Con VENUS y MARS la obtención del curvado se obtiene mediante el uso del software. En la calidad de la curva sí influye el utillaje empleado y la pericia y experiencia del profesional que lleva muchos años tocando los rodillos, pero el curvado lo hace la máquina, lo que facilita su labor”, explica Ernesto Serrano.

En el ámbito del cerramiento, los clientes de Curvaser son curvadores que trabajan para grandes o pequeños fabricantes.

Las curvadoras de Curvaser permiten hacer todo tipo de trabajo, desde piezas muy pequeñas, como perfiles de aluminio para iluminación, hasta el curvado de grandes perfiles para muros cortina. En el ámbito del cerramiento se han hecho muchos trabajos para cubiertas de piscina. Sin embargo, la presencia de Curvaser también se ha dejado notar en obras singulares, como esculturas urbanas, en Barcelona, o los tubos de la estructura que soporta la techumbre de la T4 del aeropuerto de Barajas, en Madrid, que fueron curvados con maquinaria vendida por Curvaser. “Esta obra fue muy compleja -recuerda Ernesto Serrano- porque cada tubo es diferente, en series que se van repitiendo. Los transformadores tenían que suministrar los tubos para cada bloque conforme se procedía en el montaje y luego volver a empezar con el siguiente bloque. Además de los tubos, realizamos también la matricería para conformar las uniones para éstos”.

Una línea de negocio muy importante para Curvaser es la reparación de maquinaria y también la readaptación de maquinaria usada para darle una nueva vida con nuevos ajustes y utillajes modernos.

“Para nosotros, esta línea de negocio es muy importante. En el momento de vender una máquina nueva, el cliente muchas veces quiere que nos quedemos con la usada. Para vender luego esa máquina estamos obligados, por Ley, a ofrecer seis meses de garantía. La única manera de obtener un beneficio es ofrecer un plus a esa máquina, con una actualización o un cambio de tecnología, como, por ejemplo, pasar de un sistema hidráulico a otro eléctrico para generar un valor añadido. Esta es una parte de la facturación muy importante para Curvaser”, indica Ernesto Serrano.

Como explicábamos al inicio de este reportaje, Curvaser ha cumplido en 2023 35 años de actividad desde que el fundador de la empresa, Ernesto Serrano, diera el paso. Sus hijos mantienen la llama y el espíritu de la empresa, como segunda generación y ya hay una tercera en ciernes que promete continuar con la saga. Para Ernesto Serrano el secreto de esta historia de éxito es sencillo: “trabajo y constancia, es lo que me enseñaron. Y visto el resultado, este era el camino. Seguramente hay otras maneras, pero esta es la que hemos tenido y hemos puesto en práctica y es en la que confiamos”.

Curvaser sigue creciendo y apostando por la profesionalización. En la actualidad, la empresa tiene una plantilla de 25 personas entre sus sedes de Barcelona y Zaragoza y cuenta con una red comercial y de distribución que cubre todo el territorio nacional y que sigue creciendo.

En cuanto a proyectos, “estamos trabajando en decisiones estratégicas de futuro, tanto desde el aspecto tecnológico, como de producción y humano”, asegura Ernesto Serrano. Sin duda, son grandes noticias para una empresa familiar que con mucho trabajo y confianza en sus posibilidades se ha hecho un nombre como un referente en una labor tan especializada como es el curvado y conformado de tubos, varillas y perfiles.