Fachadas ventiladas: Nuevos retos para el sector de la construcción
Uno de los mayores avances hacia la industrialización se ha producido en las fachadas: la fachada ventilada. Se trata de un sistema de aislamiento del exterior donde se crea el "Efecto chimenea", el cual es debido al calentamiento del paramento exterior y provoca una variación de la densidad de la capa de aire del espacio intermedio con respecto al aire ambiente, con el consiguiente movimiento de ascensión. El efecto aislante consigue que en invierno se limiten los peligros de condensación y las sensaciones de baja temperatura. La temperatura interior no oscila bruscamente a pesar de las interrupciones de la calefacción por la noche o de las puntas de las oscilaciones de la temperatura exterior invernal.
El sistema de fachada ventilada parte de una estructura autoportante contra forjados, con un aislamiento acústico-térmico incorporado en la fabricación y cuya cualidad más relevante es su capacidad para ahorrar tiempo de ejecución en obra y reducir considerablemente los costes. Ello se consigue gracias a una colocación en seco, rápida, que no se ve afectada por los efectos atmosféricos, que no requiere instalación de grúa fija o redes perimetrales, y que limita los residuos generados y su tratamiento.
El sistema está concebido sobre una estructura metálica que añade al conjunto una serie de ventajas adicionales, como son la compensación de pequeños problemas de verticalidad y permitir las dilataciones y contracciones de diversos materiales.
El sistema de fachada ventilada industrializada permite la adaptación a cualquier tipo de revestimiento exterior permitiendo una total libertad en cuanto a combinaciones y acabados, dotando al arquitecto de gran libertad para dar al edificio su toque personal sin modificar la estructura y cerramiento del edificio.
La industrialización del sector es la solución para superar los nuevos retos en la construcción.