Miguel Ángel Mora, responsable del departamento de Ingeniería 3D de Grupo Solitium, desmiente algunas de las ideas preconcebidas sobre la fabricación aditiva

1. La impresión 3D es cosa de makers. “La fabricación aditiva ha evolucionado tanto en menos de un lustro, que reducirla a tecnología maker sería ignorar todo el desarrollo que firmas como HP han protagonizado”, critica Mora. Y no le falta razón. “En 2017 HP lanzó una tecnología propia de fusión de polvo, llevando a otro nivel el sinterizado por láser o SLS, y poniendo en el mercado equipos de alta producción que, aunque de momento no pueden sustituir en muchos casos a los de fabricación tradicional, permiten a las empresas que los usan entrar en nuevas líneas de negocio basadas en criterios como la personalización, el desarrollo de series cortas, etcétera”, apunta Mora. Lo que nos lleva al siguiente mito…

2. La impresión 3D sólo sirve para prototipado. “Falso”. Así de tajante se muestra el responsable del departamento de Ingeniería 3D de Grupo Solitium cuando se le enuncia esta leyenda sobre la fabricación aditiva. Y no es para menos, porque “en algunas aplicaciones concretas, la impresión 3D está compitiendo directamente con capacidades de producción muy similares a las de una inyectora, y con la versatilidad que ofrece un equipo que permite no estar desarrollando moldes”, explica el ingeniero. Por tanto, sí que hay tecnologías 3D que ofrecen la posibilidad de plantearse una producción a gran escala y la fabricación de pieza final y no sólo de prototipos, como las que utilizan empresas como Podoactiva y Microdental, que gracias a los equipos MultiJet Fusion de HP 3D, ofrecen, en el caso de la primera, plantillas personalizadas con estudio biomecánico, y en el caso de la segunda, férulas, moldes y guías adaptadas a las necesidades de cada paciente.

Plantilla impresa en 3D.Tec

3. Sí, pero… los prototipos tridimensionales no tienen buenos acabados. “¡Mentira!”. De nuevo, Miguel Ángel Mora se revuelve ante una sentencia que no refleja la realidad. El responsable del departamento de Ingeniería 3D de Grupo Solitium cree que este tipo de frases se dicen “porque las piezas no salen de las impresoras 3D como salen de las inyectoras, es decir, no salen con un acabado brillante y con un color determinado”, pero puntualiza que “las piezas fabricadas en aditiva son perfectamente procesables después de su impresión: se pueden pintar, se pueden bañar en metal, se pueden lacar, etcétera. Hay que valorar, por tanto, si el hecho de añadir un proceso posterior de acabado a una pieza merece o no la pena en términos de costes y si es viable o no”. Lo que nos lleva al siguiente mito…

4. La impresión 3D es cara. Otra de las invenciones que parece querer poner en jaque a esta tecnología. La fabricación aditiva no es cara per se, “pues hay un amplio abanico de opciones, tanto en máquinas como en alternativas de financiación”, asegura Mora, “todo depende de lo que necesite la empresa que quiere invertir”. Además, y tal y como recuerda el responsable del departamento de Ingeniería 3D de Grupo Solitium, “la fabricación aditiva permite realizar estudios de costes por cada cliente y validar, en cada caso, el equipo o la tecnología que necesita para evitar que realicen desembolsos injustificados”.

Entre las múltiples opciones de financiación, fabricantes de la talla de HP han lanzado el ‘Try and Buy’, que permite un periodo de gracia para tantear el equipo y comprobar que cumple con los requisitos antes de comprarlo, y distribuidores como Grupo Solitium cuentan con un amplio abanico de alternativas de financiación y renting para los equipos que vende. Además, Solitium también aporta formación, servicio técnico y los servicios de ingeniería 3D, que ayudan a entender mejor la tecnología y orientan a los clientes en su mejor uso.

5. La impresión 3D es una tecnología compleja. “En realidad, la parte complicada reside en el diseño de las características de un prototipo o de una pieza, para lo que hay que saber usar CAD u otros softwares”, explica Mora. Una capacidad técnica que a veces las empresas no tienen entre sus filas, pero que pueden desarrollar si cuentan con los recursos necesarios. “Como me dijo un cliente, siempre debemos hablar de capacidades y recursos. Las capacidades las tenemos, pero todas están dedicadas a proyectos actuales, con lo que al final todo es cuestión de recursos”, cuenta el responsable del departamento de Ingeniería 3D de Grupo Solitium, quien asegura que para la mayoría de las empresas implantar la fabricación aditiva en sus procesos de producción pasa por contar con un partner tecnológico que les ayude y oriente. En este sentido, Grupo Solitium cuenta con sus Servicios de Ingeniería 3D, que sirven justo para asesorar a los clientes en la implementación de esta tecnología en sus procesos de fabricación y ayudarles para cubrir todas sus necesidades.