Trésdesis Vicky: el primer brazo impreso en 3D, para personas sin codo creado por Ayúdame3D
En 2017, un viaje a Kenia para entregar 5 brazos a 5 personas motivó a Guillermo Martínez a crear Ayúdame3D, un proyecto para ofrecer prótesis impresas en 3D hechas con plástico vegetal y reutilizado, a personas que no pueden permitírselas, en cualquier parte del mundo. Antes de este viaje, Guillermo se encontró con un reto: realizar un dispositivo de ayuda mediante impresión 3D para una persona sin codo. En aquel momento, había algunos diseños de manos y brazos, pero todavía no existía nada para personas con amputación transhumeral. Nació así la trésdesis Vicky, el primer brazo mecánico impreso en 3D que ofrecía una solución para personas que no tienen codo. Con un arnés de GoPro, tubos de plástico, hilos de pescar y gomas de ortodoncia se realizó el primer prototipo de esta trésdesis. Materiales sencillos, fáciles de encontrar y que iniciaron un proceso de I+D que ha permitido que este diseño, el de la trésdesis Vicky, tenga hoy numerosos reconocimientos y premios como el recientemente ofrecido por la feria Equiplast.
Ayúdame3D está compuesto por un equipo multidisciplinar de 6 personas que dedican su vida a ayudar a personas con discapacidad o sin recursos. Producen y entregan distintos dispositivos de ayuda impresos en 3D, dando así un valor social a una tecnología que puede cambiar y mejorar la vida de millones de personas. La ONG ha abierto en Madrid la primera granja social de impresión 3D del mundo. Un espacio tecnológico de innovación, investigación y desarrollo de nuevos dispositivos de ayuda que permite dar a la impresión 3D un nuevo sentido: el de cambiar el mundo y mejorar la vida de las personas.
Es desde este hub de innovación desde donde se envían la mayor parte de las ayudas a los más de 50 países en los que Ayúdame3D trabaja. A principios de 2020, la entidad social abrió la primera aula tecnológica del Valle del Rift, en el orfanato Bamba, dirigida por estudiantes de la zona formados en impresión 3D que diseñan y fabrican ayudas para personas de su comunidad. De esta forma, se crea una red de ayuda totalmente independiente en el país. Esta aula se creó en febrero de 2020 y desde entonces las impresoras no han dejado de funcionar creando todo tipo de ayudas, desde pantallas protectoras contra el coronavirus para repartir entre las personas hasta trésdesis.
“Ayudar es demasiado fácil como para no hacerlo” es el lema de esta ONG que empezó su andadura en 2017 entregando 5 brazos impresos en 3D, diseñando un nuevo dispositivo de ayuda con materiales sencillos y desde una habitación de un joven de 22 años. Cuatro años después las ayudas entregadas han aumentado a más de 300 al año y los países en más de 50. La tecnología de impresión 3D tiene valor social y Ayúdame3D tiene el objetivo de demostrarlo cada día.