La fabricación aditiva en el nuevo escenario COVID-19
Carlos Gimeno Asín, director de Innovación y Tecnología de Dynamical 3D
20/07/2020Como cualquier otra tecnología o avance tecnológico, la fabricación aditiva tiene que recorrer por completo su curva de vida hasta llegar a su total implantación y asimilación por la sociedad en general y por la industria en particular. Aunque ya hace tiempo que dejó de ser algo incipiente, todavía queda mucho trabajo por delante para que sea considerada como algo habitual en las industrias españolas. Es ahora cuando todos los que formamos parte del sector, ya sea como fabricantes de máquina, de materiales de impresión o como usuarios, estamos afrontando la escalada de su curva de vida y haciendo crecer el mercado de forma exponencial hasta que alcancemos un techo que, por potencial tecnológico y de uso, deberíamos ser capaces de situar en cotas inalcanzables para otros productos.
Son precisamente las fases de crecimiento las que marcan el devenir de las nuevas tecnologías y aplicaciones, y no el potencial que se pueda intuir en las primeras fases. La velocidad con la que seamos capaces de hacer crecer la tecnología y su mercado será determinante para posicionar la etapa de madurez en una cota más o menos ambiciosa. Y esta rapidez va a depender de dos conjuntos de factores muy diferentes: internos y externos.
Internos
Externos
Siendo pragmáticos, la situación económica en 2020 no presenta ningún clavo al que agarrarse. Según el Fondo Monetario Internacional, el PIB mundial caerá un 3% debido a la pandemia y, en concreto, se estima que la economía española lo hará en un 12,8%. Podemos decir sin miedo a equivocarnos que el sector de la fabricación aditiva no se va a ver favorecido por una situación económica que impulse las inversiones, sino todo lo contrario.
Pero veamos la situación desde el punto de vista de las necesidades que está tecnología puede llegar a cubrir. Durante el confinamiento de los meses de marzo y abril fueron muchas las empresas que tuvieron problemas de desabastecimiento de todo tipo: materias primas, componentes, transporte, etc. Es aquí donde debemos trabajar, posicionar la fabricación aditiva y mover ficha dentro del nuevo tablero de juego. La flexibilidad y versatilidad de esta tecnología aporta a las industrias una mayor independencia de diferentes proveedores y, por tanto, les permite afrontar de mejor manera las limitaciones en la cadena de suministro que provocó el confinamiento, las cuales todavía no se han recuperado y no parece que vayan a solucionarse en el corto plazo.
Además, e incidiendo de nuevo en la flexibilidad y versatilidad de la fabricación aditiva, muchas empresas que ya contaban con esta tecnología han dispuesto de la capacidad para fabricar protecciones para sus trabajadores y familiares, desarrollado así mismo una actividad completamente altruista de donación de protecciones a otras compañías, hospitales, ONG y/o donde cada entidad ha considerado. Este movimiento no sólo ha puesto de manifiesto la generosidad del tejido productivo español, sino que ha generado una gran visibilidad para las empresas que ha participado en este tipo de iniciativas, y que seguro conllevarán nuevas y mejores relaciones comerciales el futuro.
Es por ello que, a pesar de las restricciones económicas derivadas de la situación actual, y que tienen congeladas cualquier tipo de inversión, el interés de las compañías por la fabricación aditiva, así como su visibilidad, se han visto favorecidas por el nuevo escenario en el que tenemos que movernos. Por tanto, es tiempo de desplegar velas y aprovechar el momento para alimentar el interés de las compañías por esta tecnología, a la espera de que la situación económica se recupere, y podamos darle a la fabricación aditiva el empujón que le falta para dejar de ser una parte diferencial de algunas compañías y transformarse en un proceso básico de cualquier departamento de diseño, flujo productivo o equipo de mantenimiento.