El cobre, el antiviral que podría plantarle cara al COVID-19
Las propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas del cobre podrían convertir este metal en el mejor aliado de la ciencia y la tecnología para hacer frente a la capacidad de contagio del virus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad del Covid-19. Un equipo de investigadores de varias universidades chilenas, coordinado por el doctor Aarón Cortés, está ultimando un estudio que puede probar la eficacia del cobre para eliminar el virus. Las nanopartículas y la tecnología 3D de empresas como Cooper3D permiten además fabricar todo tipo de materiales de fibra de cobre para inactivar el virus al entrar en contacto.
Las mascarillas de Cooper3D son reutilizables, lavables y de bajo coste impresas con material que lleva nanopartículas de cobre.
Las propiedades antimicrobianas del cobre son muy potentes, comparables sólo con las del oro y la plata, pero estas son mucho más caras para trabajar a gran escala. En Chile, el mayor productor mundial de cobre, ya se conocían sus propiedades antes de la pandemia. De hecho, las primeras líneas de investigación partieron de la industria minera: “Se fabricaron calcetines y ropa interior con fibra de cobre para los mineros, porque ellos estaban expuestos durante muchas horas en ambientes muy húmedos y en un 80 % desarrollaban patologías e infecciones en los pies. La ropa con fibra de cobre tuvo un impacto muy significativo en la mejora de estas patologías”, explica Cortés. También se ha demostrado eficaz contra otros virus como Influenza o el VIH, entre otros.
Por eso es tan prometedor el proyecto de la empresa chilena Cooper 3D, referente mundial en la creación de material antimicrobiano para la impresión 3D: unas mascarillas reutilizables, lavables y de bajo coste impresas con material que lleva nanopartículas de cobre, y cuyo código se ha abierto para que quien quiera se lo pueda descargar. Desde entonces han tenido más de 7 millones de descargas (80% son de EE UU y Europa). Incluso les han contactado de varios servicios de salud de España, Italia y Francia, además de estudiantes de medicina de Harvard que están asistiendo en centro médicos de Boston.
La gran ventaja que podrían tener estas mascarillas con aleaciones de cobre es que irían desactivando el virus según éste se va depositando a la mascarilla o pasando por sus filtros, como se ha demostrado que hace con la cepa anterior al COVID-19, que efectivamente quedaba destruida al contacto con la mascarilla.
Hasta ahora, solo ha habido un estudio, el publicado en el The New England Journal of Medicine recientemente, que ha probado la duración del SARS-CoV-2 en una superficie de cobre, en concreto en una lámina. Y, según sus responsables, el virus puede quedarse ahí hasta 4 horas. Sin embargo, apunta Aarón Cortés, lo que nosotros queremos probar es cuánto tarda el virus en desaparecer de superficies o materiales que contengan nanopartículas de cobre “porque seguramente la inactivación del virus va a ser mucho más rápida”.
En Chile han surgido empresas que aprovechan las propiedades antimicrobianas del metal rojo para la fabricación de ropa deportiva y uniforme para mineros, como The Copper Company, a incluso vestuario para niños y recién nacidos, como BabyCu, innovaciones chilenas que buscan entregar soluciones a problemas globales. Ya desde antes de la pandemia se está utilizando el cobre en ese país en muchas superficies hospitalarias como las barras de las camas, los pasamanos, o en los recipientes para guardar el instrumental. Incluso se están incentivando diferentes estrategias para aumentar el uso del cobre. Ahora, con la pandemia mundial que estamos sufriendo, “lo que falta para dar el gran empujón y poder empezar el desarrollo y la producción masiva de materiales como mascarillas o vestuario hospitalario es finalmente tener ese estudio que demuestre que el COVID-19 se muere rápido al contacto con el cobre”. Y ese momento podría llegar en apenas un mes o mes y medio, antes de que empiece el invierno austral.