El CSIC imprime en 3D pantallas de protección individual para el personal sanitario
Un equipo interdisciplinar de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), integrado por químicos, físicos, biólogos e ingenieros, ha comenzado a producir pantallas de protección individual para el personal sanitario de Madrid, elaboradas mediante la técnica de impresión 3D. El objetivo es ayudar a paliar la escasez de los elementos que forman los equipos de protección individual (EPI), con los que los sanitarios y personal asistencial de las residencias de mayores se protegen del contagio de la pandemia de COVID-19, causada por el coronavirus SARS-CoV-2.
La fabricación aditiva (o 3D) tiene la ventaja de que no es necesario fabricar un molde, como ocurre en la fabricación por inyección, lo que permite disponer del producto final en poco tiempo y reproducirlo cómodamente. Aunque la fabricación por inyección permite mayores tiradas, la impresión por 3D es más ágil a la hora de rediseñar el producto final. Además, la impresión por filamento no requiere rellenar el producto por completo, lo que da más ligereza al producto final y ahorra en material, según indican los investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de Polímeros (ICTP).
Este equipo de institutos está agrupado en la plataforma temática interdisciplinar FAB3D del CSIC, que puede ofrecer varias impresoras de fusión de filamento, filamentos de una gran variedad de polímeros (PLA, ABS, Nylon, CPE, policarbonato, HIPS, TPU95 y elastómeros), algunos filamentos de grado médico (ABS, PLA, PCL), capacidad para fabricar filamentos, para escaneado óptico para obtener modelos 3D y software de diseño 3D.
El objetivo de la plataforma de fabricación aditiva FAB3D es crear la colaboración público-privada necesaria para la implantación de las tecnologías de fabricación aditiva en la Industria 4.0 mediante la coordinación de la investigación del CSIC con empresas y otros grupos de investigación. La fabricación aditiva tiene importantes desafíos para cada aplicación industrial concreta: la calidad de las piezas fabricadas, la falta de materiales de impresión, el posprocesado térmico y superficial y la mejora de la productividad. Estos retos podrían superarse con la ayuda coordinada e interdisciplinar de distintos grupos del CSIC.