La Universidad Pública de Navarra acogió la jornada y el workshop para analizar este mercado
Expertos de 5 universidades debaten sobre las oportunidades de la impresión 3D en la salud
El evento, celebrado en el campus de Arrosadia de Pamplona, se enmarca en un ciclo formativo de ocho acciones que pretenden sensibilizar al tejido industrial navarro, y a sus profesionales, de las oportunidades de negocio abiertas con el desarrollo en impresión aditiva, así como de la necesidad de formación en este terreno.
Estuvo organizada por el Cluster Functional Print y ANAIT (Asociación de Empresas de Ingeniería, Estudios Técnicos y Servicios Tecnológicos), en colaboración con la Cátedra Industria 4.0 de CITI Navarra (Colegio de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Navarra) y la UPNA.
La fibra óptica como biosensor
La fibra óptica, un cable que guía la información a través de la luz y está presente en muchos hogares para servicios de telecomunicación, “también sirve para curarnos; de hecho, varias aplicaciones médicas a día de hoy usan este cable para hacer terapia o diagnosticar pacientes”. Así lo manifestó Abián Bentor Socorro Leránoz, investigador del Instituto de Smart Cities (ISC) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), durante la jornada.
La fibra óptica ya es un sensor de por sí, porque con ella se pueden medir magnitudes físicas como presión, tensión, temperatura…—explicó el investigador Abián Bentor Socorro—. Además, recubriéndola con materiales que sean sensibles a determinados parámetros, podemos hacer que la fibra óptica obtenga información acerca de las reacciones químicas que están ocurriendo a su alrededor”.
“En este sentido, podemos jugar con diferentes estructuras basadas en fibra óptica para conseguir fenómenos que nos permitan medir, con alta resolución y sensibilidad, las variaciones de la luz que se propaga en su interior —continuó el investigador—. Pero, si queremos que, además, sea sensible a un determinado compuesto químico, como puede ser una biomolécula —y por tanto, tener un biosensor—, tenemos que recubrirla con unos materiales que realicen una doble función: por un lado, que sean biocompatibles, para no degradar las biomoléculas, y, por otro, que permitan la adhesión de estas biomoléculas —véase anticuerpos o cadenas de ADN— a la fibra. Combinando una óptima generación de fenómenos ópticos con un recubrimiento adecuado de materiales, convertimos la fibra óptica en un potencial biosensor. Por tanto, somos capaces de detectar biomarcadores específicos de enfermedades e, incluso, de poder llegara diagnosticar en qué estado de la enfermedad se encuentra la persona”.
Laboratorio en la fibra
Para conseguir este fin, los materiales con los que se suele recubrir la fibra óptica (o cualquier otro soporte biosensor) se denominan materiales nanoestructurados, es decir, aquellos cuyo tamaño queda reducido al rango nanométrico y, por tanto, únicamente son visibles a escala atómica o molecular. “Estos materiales pueden depositarse sobre la fibra empleando diversas técnicas usadas en nanotecnología. Algunas de ellas son adaptaciones de técnicas que se utilizan a nivel macroscópico con impresión 3D. De hecho, también es posible modificar la estructura original de la fibra mediante técnicas muy similares a la fabricación aditiva, para luego obtener biosensores. Es lo que se denomina ‘Lab-on-Fiber’ o laboratorio en la fibra, en inglés”, ha añadido el investigador en su intervención, titulada “Biosensores basados en tecnologías de fibra óptica recubierta con materiales nanoestructurados”.
Las investigaciones, a día de hoy, son bastante optimistas, ya que colocan a los biosensores de fibra óptica como una tecnología de diagnóstico precoz complementaria a las ya existentes. “Se trataría, en definitiva, de una interesante aplicación de ingeniería biomédica, que podríamos ofrecer a los hospitales para ayudar al diagnóstico precoz y, por tanto, ayudar a curar personas”, ha concluido Abián Bentor Socorro.
La Cátedra Industria 4.0 de la UPNA, coorganizadora de este evento, es una iniciativa de la propia institución educativa y de CITI Navarra (Colegio de Graduados en Ingeniería, rama Industrial, Ingenieros Técnicos y Peritos Industriales de Navarra), que busca contribuir a la generación de conocimiento en las diversas áreas de la ingeniería del ámbito industrial.