Tintas con bacterias para imprimir en 3D materiales ‘vivos’
Ingenieros de la ETH - Escuela Politécnica Federal de Zúrich han fabricado una tinta con hidrogel que incorpora bacterias vivas. Con ella se pueden imprimir estructuras en 3D que aprovechan la capacidad de los microorganismos para degradar contaminantes, como el fenol, o para producir celulosa de interés médico.
Los avances en impresión 3D y el metabolismo tan variado que ofrecen las bacterias, capaces de degradar muchos compuestos y sintetizar otros, han permitido crear una nueva tinta con microorganismos. El estudio lo presenta esta semana en la revista Science Advances un equipo de científicos de la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich, en Suiza y lo recoge la Agencia Sinc (Servicio de Información y Noticias Científicas).
Impresión 3D con un nuevo tipo de tinta que contiene bacterias vivas. Ilustración: Bara Krautz.
Una de las especies seleccionadas ha sido Pseudomonas putida, un microorganismo que degrada el fenol. Esta sustancia tóxica la utilizaron los nazis en los campos de concentración, y hoy en día se vierte al medio ambiente por los residuos industriales.
Por su parte, Acetobacter xylinum se ha empleado para formar celulosa bacteriana, un compuesto prometedor para usarlo como sustituto de la piel, tras una herida o una quemadura, o como recubrimiento de tejidos durante los trasplantes de órganos.
La tinta en la que se incorporan estas bacterias está fabricada con un hidrogel que les proporciona un medio adecuado para sobrevivir y estar funcionales. El conjunto se libera en forma de filamentos para ir construyendo los objetos en 3D. De momento se han presentado láminas en forma de máscara o de camiseta y estructuras enrejadas con diversas formas para demostrar la versatilidad de la técnica.
La tinta que contiene bacterias también se puede imprimir en una superficie tridimensional compleja, como la cabeza de esta muñeca. Foto: Laboratorio de Materiales Complejos / ETH Zurich.
Los métodos usados hasta ahora para crear materiales similares se basaban en la inyección de las bacterias en el objeto, pero después de que ya estaba impreso. “Cargar las bacterias directamente en la tinta permite un mejor control de las formas, composiciones y propiedades del objeto, y también garantiza una incorporación uniforme de los microorganismos”, destacan los autores.
M. Schaffner et al. ‘3D printing of bacteria into functional complex materials’. Science Advances, 1 de diciembre de 2017.