Nuevos parques lúdicos, diversión sofisticada
23 de febrero de 2009
Lo primero, el niño
El diseño de los espacios urbanos condiciona las experiencias de los usuarios. Los ayuntamientos son conscientes de que éste no es tema menor y de que ofrecer una buena oferta lúdica pasa por ponerse en el lugar de los pequeños. De la tendencia a afrontar estos proyectos con una actitud empática nos da cuenta Jordi Gregori, director comercial de Juegos Kompan, con quien reflexionamos sobre la evolución de los municipios en torno al concepto de parque infantil: “Hoy los municipios buscan juegos con gran valor lúdico, adaptado a las distintas edades y cada vez más se piensa conceptualmente en los usuarios finales, los niños. Se incrementan las ideas temáticas y sobre todo hay gran exigencia en la calidad y durabilidad de los materiales para su mantenimiento. También se otorga una gran importancia a la seguridad. Que los niños jueguen con riesgo controlado y seguros”.
Jugar para madurar
El juego es imprescindible para la maduración del niño en todos los ámbitos y etapas de su desarrollo, encontrándose vinculado a aspectos evolutivos muy relevantes, como el desarrollo de la inteligencia o cognitivo, el desenvolvimiento motor y la capacidad de relacionarse, esto es, la dimensión afectivo-social. El juego, representación simbólica de la realidad, está ligado tanto a la diversión, evasión, fantasía y creatividad, como a la adaptación al medio y a la tradición cultural, al tiempo que al aprendizaje y a los procesos madurativos, así como a la expresión de emociones, constituyendo un eficaz vehículo de comunicación.
El concepto de juego hace referencia a las actividades lúdicas que el ser humano practica a lo largo de su vida y que le sirven para entretenerse y relajarse pero también como entrenamiento de otras actividades. El juego se caracteriza por ser una conducta natural, siempre ha existido, y es universal a los seres humanos y común a otros animales, constituyendo un medio de aprendizaje espontáneo; a través de él se ejercitan las competencias intelectuales, físicas, sociales y emocionales.
El juego es placentero, espontáneo e innato, libre y voluntario. Jugar constituye un fin en sí mismo, exige la participación activa del jugador, y está relacionado con actividades que no son propiamente juego, como la imaginación y la creatividad o la resolución de conflictos y la asunción de responsabilidades. La espontaneidad e improvisación hacen del juego un acto creativo, en el que existe tensión y emoción, y confieren al acto lúdico una motivación añadida, la incertidumbre y el azar, incitando con ello a la resolución; tal como afirma Piaget(1), la actividad lúdica constituye un medio para la estructuración del pensamiento. El niño, cuando juega, se sumerge en un mundo paralelo y mágico y encuentra en el juego un vehículo de expresión a través de su continuo mensaje simbólico. Además, por su posibilidad de repetición, el juego perpetúa el patrimonio cultural de la especie.
(1) Jean Piaget (Neuchâtel, Suiza 1896 - Ginebra 1980). Psicólogo, filósofo y biólogo suizo creador de la epistemología genética y famoso por sus aportes en el campo de la psicología evolutiva, sus estudios sobre la infancia y su teoría del desarrollo cognitivo.La urbanización galopante del suelo plantea el reto de repensar los parques, de reflexionar sobre la necesidad de crear espacios de evasión, micromundos camuflados entre el cemento de la metrópoli
Explorando los detalles
El propio terreno constituye en ocasiones un elemento perfecto para proporcionar experiencias dinámicas y favorecer las habilidades espaciales de los pequeños; aprovechar los desniveles y accidentes del terreno para crear pendientes por las que el niño pueda rodar o escalar es una propuesta al alza.
La vegetación constituye también un importante recurso para el paisajista a la hora de diseñar estos espacios pues, además de mejorar la calidad del aire, puede ser utilizada, según la especie escogida, como mitigador del viento o del ruido, para proteger del excesivo asoleo, incluso como factor educativo, pues la observación de la vegetación proporciona al niño información sobre los ciclos vitales y estacionales de las plantas.
Y, cómo no, el agua y la arena. La posibilidad de manipular elementos naturales y transformarlos estimula la creatividad del niño; jugar con barro hará las delicias de los más pequeños, así que un arenero y una fuente o arroyo, son elementos que los diseñadores de parques no descuidan. Estas zonas son las más tranquilas del parque; alejadas de los espacios para el juego físico, están protegidas del ruido y suelen incluir mesas o bancos, invitando a la concentración.
Otras posibilidades de los nuevos parques lúdicos son las propuestas que proporcionan experiencias sensoriales. En un primer momento éstas se centraron en lo táctil, pero ahora van más allá y buscan la estimulación visual, auditiva e incluso olfativa…
Para los niños más mayores los elementos de juego deben incrementar su complejidad y, en cierta medida, su riesgo, aunque controlado; a los preadolescentes les gusta mostrar sus habilidades de equilibrio y coordinación, por lo que los equipos tridimensionales para trepar son una de las opciones ideales para ese período vital.
Otras posibilidades de estos nuevos parques lúdicos son las propuestas que proporcionan experiencias sensoriales. En un primer momento éstas se centraron en lo táctil, pero ahora van más allá y buscan la estimulación visual, auditiva e incluso olfativa…
La importancia de la adecuación
El gerente de BDU, Jordi Sabaté, nos habla de la importancia de trabajar un proyecto conociendo la actividad o uso que tendrá el espacio. “No es lo mismo -explica- el patio de una escuela, que requiere equipamientos que den cabida en un breve espacio de tiempo, la hora del patio, al mayor número posible de niños, que un parque entre las casas de la ciudad, que va a tener un uso a partir de las 5 de la tarde, o bien parques de fin de semana, situados en las afueras de la ciudad, en los que hay que buscar que el niño no lo tenga visto en diez minutos, colocar juegos individuales, por ejemplo, tirolinas…”. Sabaté comenta que a la hora de diseñar un espacio lúdico “hay que tener en cuenta cosas como si hay escuelas alrededor, de qué edades son los escolares, si se prevé que sea una zona cerrada o no, etc.”
La orografía, la climatología, las horas de luz o los hábitos horarios marcan también el uso y, por tanto, el diseño de los parques. “Los países nórdicos -explica Fanny Colomer, responsable de marketing de Colomer- apuestan por juegos de madera tratada que resistan las bajas temperaturas, mientras los países del Mediterráneo se decantan hacia el color y una estética trabajada, sin dejar de lado los estándares de calidad y seguridad. EE UU, por su parte, prefiere la durabilidad y los juegos antivandálicos, juegos de gran formato con bajadas de HPE.”
Jordi Torrijos jefe del Servicio de Paisaje y Verde Urbano del Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès, en Barcelona, también nos habla de las diferencias entre culturas y argumenta que “en los países mediterráneos hay pocos juegos de agua si comparamos con otros países de nuestro entorno”. En el mismo sentido se manifiesta Jordi Sabaté: “En Alemania, Finlandia, Francia o Inglaterra -comenta- jugar con agua en invierno y andar descalzo en el parque es lo más normal del mundo; en España la madre se pone histérica si el niño se moja…”. Otra diferencia reside en el tipo de pavimento, “mientras en España -explica Torrijos- se ha impuesto el caucho, en el norte de Europa se eligen materiales naturales como la arena o la corteza triturada”.
Los expertos opinan
Los paisajistas y fabricantes de equipos de juegos entrevistados para la elaboración de este reportaje resumen así la evolución del concepto de parque lúdico y arrojan algunas pinceladas sobre sus tendencias. Para Fanny Colomer, “los cambios más importantes en el sector de los parques infantiles se centran en las nuevas líneas de diseño, más minimalistas, y en que cumplan las nuevas normativas vigentes de seguridad, así como en parques que respeten el medio ambiente. Por otro lado, el mercado ha evolucionado hacia nuevos sectores de la población que ven la importancia de ejercitarse en los nuevos parques biosaludables donde las personas mayores pueden hacer ejercicio al aire libre y disfrutar de estas instalaciones.” El responsable comercial de Juegos Kompan, por su parte, afirma que “el futuro pasa por incrementar calidades en los materiales HDPE y en introducir la tecnología en el juego; en Kompan hemos lanzado Icon, el primer juego electrónico e interactivo para espacios públicos; un juego con luz y sonido y con capacidad para muchos usuarios simultáneamente”.
Jordi Torrijos describe así el parque del futuro: “La tendencia es hacia grandes áreas con usos diversos: para jugar, para realizar actividades escolares, como lugar de encuentro para jóvenes. Serán diseños más completos e integrados paisajísticamente, espacios para generar aventura al tiempo que seguros, y se buscarán entornos naturales y, en la medida de lo posible, no vallar el área de juego. También veremos parques temáticos, que se aprovecharán como símbolo de identidad de la ciudad en la que se encuentren”.
Propuestas innovadoras: jugar y aprender
Urban Treehouse New York, Estados Unidos. Esta sorprendente instalación de 1.800 metros cuadrados ofrece a los niños una nueva perspectiva sobre los ciclos naturales y urbanos, animándolos a la interacción con los elementos expuestos. La construcción se compone de vigas de acero soldadas, fragmentos de conos de tráfico y un depósito de agua elevado.
El escenario propone a los pequeños visitantes experimentos como el reto de levantar unas bolsas de basura que comparan la proporción de la basura diaria de la ciudad de New York (20,40 kilos por su alto consumo y reciclaje limitado) y la de Tokio (2,9 kilos por sus embalajes reducidos y el reciclaje intensivo). Los niños también pueden aprender sobre animales salvajes o jugar con tubos de alcantarilla y cables. El New York Times explica en un extenso reportaje sobre la instalación que “esta construcción ofrece a los niños experiencias prácticas y divertidas con las que pueden aprender las nociones de reducción, reciclar, reusar y repensar”.
Para saber más:
Planificación y diseño: parques infantiles es una novedad de la editorial Links Books (www.linksbooks.net). La publicación da cuenta de las últimas tendencias en parques infantiles a través de espectaculares ejemplos y ofrece a diseñadores y paisajistas interesantes recomendaciones para su trabajo.
Riesgo bajo control
Mediante la actividad lúdica el niño progresa en el descubrimiento del mundo que le rodea, ya desde los primeros momentos de la vida, éste aprende a través del juego y va desarrollando conceptos de causa-efecto y prueba-error. Será, además, su propio cuerpo el mayor centro de información con el que cuente: los receptores sensoriales captan los estímulos y cada nueva información es codificada e integrada a la memoria, así que cualquier actividad lúdica puede servir para proporcionar al pequeño nuevas percepciones, que le irán enseñando cómo funciona el mundo exterior.
Trabajar la psicomotricidad y la estimulación sensorial desde los primeros momentos de vida del niño, contribuye al establecimiento de conexiones neurales -sinapsis- que definirán los procesos cerebrales que el pequeño utilizará a lo largo de su vida. En esta inmensa red de cableado, las conexiones más utilizadas serán potenciadas y reforzadas, mientras que las utilizadas con poca frecuencia se eliminarán, por el principio de economía que rige la naturaleza. Qué conexiones sobreviven y qué conexiones mueren vendrá determinado, en parte por los genes heredados y en parte por las experiencias vividas por el niño y los estímulos recibidos.
En España, las madres tienden a llevar al parque a sus hijos calzados y tratan de evitar que los pequeños se mojen, mientras que en los países nórdicos las mamás permiten al niño experimentar con el agua durante el juego, incluso en invierno, lo cual supone una fuente de conocimiento del medio exterior. Lo mismo ocurre con la información proveniente de la planta de los pies. Antes de que el niño comience a andar ha necesitado la información que recibe de la planta del pie y estructuras profundas (articulaciones) para lograr coordinar movimientos y lograr el equilibrio. El movimiento físico y el estimulo sensorial del bebé a través de los pies descalzos es factor de aceleración de maduración, del desarrollo propioceptivo y del desarrollo intelectual del niño.
Uno de los elementos en los que se ha hecho más hincapié en los últimos años en materia de seguridad ha sido en el pavimento. Fanny Colomer explica que “los suelos antiimpacto que amortiguan la caída se han ido imponiendo poco a poco, primero la loseta de caucho reciclado y después el pavimento continuo también de caucho reciclado con distintos colores y diseños, que permiten personalizar cualquier área de juegos”. Con respecto a la seguridad de los equipos de juego Colomer declara que “en el momento de platear el diseño de un nuevo juego, lo primero que se ha de tener en cuenta es la seguridad del usuario; que no se puedan producir atropamientos ni caídas por altura. Después se ha de pensar en que el niño lo pueda disfrutar y en incorporar distintas opciones de juego; juegos con entidad propia, colores atractivos y formas nuevas”.
Los espacios lúdicos se conciben hoy como entornos de disfrute para todas las edades. La estimulación de los sentidos, el valor al alza de los espacios amplios o la recreación de atmósferas, son algunas de las tendencias. Es la ciudad humanizada
Nuevas necesidades: los seniors
La esperanza de vida aumenta y un nuevo segmento poblacional, los llamados seniors, reclama productos y servicios que cubran sus necesidades. Los ayuntamientos, sensibilizados con esta realidad están equipando espacios públicos con estos aparatos para realizar ejercicio físico moderado y adecuado a las características físicas de esta franja poblacional. Se trata de equipos cuya fabricación han asumido, desde el primer momento, los fabricantes de mobiliario urbano y juegos infantiles. Los ejercicios que estos aparatos proponen ayudan a prevenir y aliviar enfermedades cardiovasculares o artritis y, en general, su objetivo es lograr mejorar la calidad de vida de los mayores al tiempo que fomentar lugares de encuentro y diversión para todos. Además, los nuevos hábitos sociales colocan al abuelo y al nieto en disposición de compartir horarios y, por qué no, parque.
Tendencias.
El valor de lo abstracto
A veces ocurre que llegamos a un parque y observamos con sorpresa un objeto, supuestamente lúdico, cuya forma indefinida unida a nuestra condición de adultos nos impide identificar. Incapaces de evocar un referente en nuestro disco duro nos preguntamos cosas como “qué es eso” y, sobre todo, “para qué sirve”, o “a quién se le habrá ocurrido plantificar eso ahí”…, y demás observaciones críticas por el estilo. Tras concluir que aquello no tiene objeto, finalidad ni uso, vemos a nuestros vástagos abalanzarse ipso facto sobre aquellos elementos con los que nosotros no sabríamos por donde empezar a interactuar. Parece que entre diseñadores y niños se hubiera establecido un íntimo lenguaje, un código para nosotros indescifrable pero que los pequeños interpretan, eso sí, a su antojo. El arquitecto-artista puede colocar un puñado de tubos amorfos pintados de verde y los niños verán un bosque encantado.
La idea, aún embrionaria, de incluir el elemento artístico en los parques destinados a los más pequeños cobra forma. Tal vez resulte que son precisamente los niños quienes más valoren las expresiones artísticas y mayor provecho puedan obtener de ellas para su desarrollo, y del arte abstracto en particular. Sugerir es la clave. Al niño le bastan propuestas sugerentes e incitadoras para activar todos sus resortes imaginativos; en ese punto el juego se torna aún más enriquecedor. La naturaleza es irregular, de hecho el niño es más receptivo a las formas irregulares que a las uniformes, he aquí que el parque al aire libre ofrece innumerables posibilidades que hoy comienzan a considerarse.
Como hemos visto a lo largo de este reportaje el parque se diversifica. Sus nuevos usos abren la puerta a una nueva manera de entender el disfrute de los espacios al aire libre en estos momentos en los que se tiende a actividades 'indoor'.
Los espacios lúdicos se conciben hoy como entornos de disfrute para todas las edades. La estimulación de los sentidos, el valor al alza de los espacios amplios o la recreación de atmósferas para el sosiego en un nuevo concepto de ciudad que pone de relieve la imperiosa necesidad de hallar espacios agradables en su seno, que rompan el estado de alerta permanente en que vivimos, son algunas de las tendencias. Es la ciudad humanizada. Crece el esmero por encontrar el equilibrio entre una dotación de elementos seguros al tiempo que divertidos, educativos pero no encorsetados, sólidos e innovadores, capaces de proporcionar experiencias motrices y sensoriales, lo cual resulta especialmente interesante para niños con algún tipo de discapacidad. Para ellos también, pero no sólo para ellos, la accesibilidad constituye un elemento clave a la hora de diseñar espacios de juego.
Pero el futuro aún nos depara sorpresas. Una vez explorada y explotada la recreación de ambientes, los parques zonificados o los dirigidos al segmento señor, el juego tomará la ciudad y llegarán las calles lúdicas, en las que el transeúnte encontrará a su paso propuestas para el recreo. Ya comienzan a verse circuitos biosaludables en paseos y avenidas, y en las afueras de la ciudad. Se habla también de parques personalizados, en los que los vecinos intervengan en su diseño a través de propuestas y sugerencias. Y hasta de introducir tecnologías electrónicas en los juegos del parque…, (¿pero no se trataba de ofrecer alternativas a la videoconsola, y darse una cura al hartazgo de ubicuidad?)
Si antaño, por diferentes circunstancias (de seguridad, de densidad de tráfico…), la calle era un espacio público apropiado par el despliegue lúdico del niño, que incorporaba con libertad a sus juegos los elementos y situaciones de la vida en la ciudad, hoy las grandes urbes ofrecen una menor disponibilidad para la expresión lúdica en sus calles, por lo que los municipios deben reflexionar sobre cómo abordar el juego urbano. La limitación y el control de los espacios y tiempos de juego, en definitiva, la oferta de juego prediseñado, es un hándicap que los encargados de diseñar espacios públicos para jugar deberán compensar. Nuestros niños y jóvenes se están socializando en centros comerciales y demás espacios de ocio acotado; habilitar espacios públicos de mayor libertad es prioritario para todos. Entre tanto, los peldaños del portal, la farola de la esquina, el tobogán de toda la vida y el tridimensional surrealista servirán. Y es que el niño transforma lo que sea en material lúdico; porque para él, todo, la vida en sí misma, es juego.