Más de 200 expertos de América y Europa impulsan en Madrid un cambio definitivo en la forma de abordar la seguridad vial
Aunque la inauguración oficial tuvo lugar el 16 de junio, el pasado día 15 comenzó en Madrid el I InterCISEV, un encuentro que reunió –entre ponentes, asistentes y expositores- a más de 200 profesionales relacionados con la seguridad vial para intentar dar un nuevo enfoque a las políticas viarias aplicadas hasta el momento en los países de America Latina y Caribe, los más castigados por la siniestralidad asociada al tráfico viario.Un enfoque que pasa por adoptar las medidas ya probadas con éxito en diversos países para, después, profundizar de una manera sistematizada, reglamentada y coordinada en la capacitación de los responsables de intervenir en los planes de infraestructuras, de concebir los ejes de la gestión y el control del tráfico, de formar a los conductores, de educar a los más jóvenes, de concienciar a la población, de potenciar en las empresas la seguridad de sus trabajadores, y por supuesto, de aquellos que tienen la responsabilidad de configurar los marcos legales en cada Estado.
Este es el gran reto de la primera edición del InterCISEV, un encuentro que tiene su referencia directa y punto de partida en el Congrego Ibero-Americano de Seguridad Vial (CISEV), y que nace con la intención de celebrarse cada dos años de forma alterna al propio CISEV, cuya última edición tuvo lugar el pasado otoño en México. En el contexto mencionado, la primera sesión técnica del encuentro, el martes 16, puso el punto de mira en las administraciones y en la capacitación de su personal. En ella participaron expertos de la talla de Enrique Medri, presidente del Consejo Nacional de Seguridad Vial de Perú, y sus homógolos de Argentina, Felipe Rodríguez; Chile, Gabriela Rosende; Colombia, Yazmín Gaitán; o el viceministro de Transportes de Cuba, Óscar del Toro, sin olvidar el entorno urbano, representado por Liliana Bohórquez, responsable de la seguridad vial en Bogotá. En representación de España, estuvo en la mesa Mónica Colás, subdirectora general de Políticas Viales de la Dirección General de Tráfico.
En la segunda sesión de trabajo se abordaron las políticas de educación y formación que están desarrollando los gobiernos de los países Iberoamericanos. En este caso, los participantes de la mesa redonda representan tanto a los usuarios y víctimas como a las entidades públicas y privadas implicadas en la reducción de la accidentalidad. Entre ellas, Aesleme, la Federación Iberoamericana de Víctimas de la Violencia Vial, Fundación CAVAT (Ecuador), TRAPFOL-IRSA (Argentina), la Subsecretaría de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Por su parte, la tercera sesión de trabajo se reservó a la presentación de Buenas Prácticas y Experiencias de Éxito en capacitación, educación y formación vial, seguridad vial laboral y otras temáticas relacionadas. Participaron en este capítulo instituciones públicas y privadas, empresas, investigadores y profesionales de los ámbitos de la docencia, la investigación o la gestión que hayan puesto en marcha iniciativas exitosas en esta materia en cualquier punto de la región iberoaméricana.
Hubo también una sesión dedicada a la labor de control ejercida por la policía de tráfico. En ella se analizó su papel en la mejora de la seguridad vial, la necesidad de formación de este colectivo profesional, así como la necesidad de fomentar el uso de herramientas informáticas que faciliten y hagan mucho más efectivo su trabajo. La formación de los profesores de autoescuelas y de los propios conductores tuvo su espacio de debate en la sesión 5. Por su parte, las dos sesiones últimas se centraron en la importancia del vehículo y la infraestructura como elementos de aprendizaje continuo de los conductores y en la necesidad, cada vez más evidente, de introducir la seguridad vial como estrategia en el ámbito empresarial. La seguridad vial laboral es aún una asignatura pendiente no solo en Latinoamérica, sino también en buena parte de Europa. Para exponer todas estas cuestiones, las mesas de debate contaron con expertos procedentes de uno y otro lado del Atlántico: representantes de los gobiernos de toda la región ibero-latinoamericana, presidentes y directores de organizaciones relacionadas con la seguridad vial, así como consejeros delegados o directores de importantes empresas del sector.