ThyssenKrupp Encasa fomenta que el Patrimonio Histórico sea de todos y para todos
26 de mayo de 2014
El carácter histórico del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico y el indiscutible respeto que este refiere supone, en muchas ocasiones, que se mire hacia otro lado a la hora de hacer de estos lugares accesibles para que cualquier persona, independientemente de su grado de movilidad o discapacidad, puedan visitar.
Por el miedo a desvirtuarlo o estropearlo, se es más flexible en el cumplimiento de normativas legales respecto a la accesibilidad, mientras que todas las demás construcciones deben cumplir una serie de leyes ineludibles.
El Patrimonio Histórico debe ser cuidado y conservado, pero para ello también debe ser conocido, puesto que es de todos. Disfrutarlo es un derecho, que a muchos les es negado, debido a las barreras arquitectónicas que se encuentran en Bienes de Interés Cultural tan diversos como, castillos, cascos históricos, catedrales, palacios, museos, etc.
España es uno de los países con mayor patrimonio cultural de, por ello y uno de los principales destinos turísticos a nivel mundial. Desde ThyssenKrupp Encasa, empresa especializada en encontrar soluciones de accesibilidad en los hogares, consideran que es posible adaptarlos a todo tipo de personas, recordando que en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística, casi 4 millones de personas viven con alguna discapacidad.
Belén Galán, responsable de marketing de ThyssenKrupp Encasa, explica que “no se trata de buscar soluciones universales, sino de hace un estudio específico para cada caso concreto en consonancia con el personal que está al cargo de velar por la conservación y mantenimiento de cada uno de ellos, y adoptar una solución específica, que respete tanto el lugar en sí, como el entorno. Siempre bajo la idea de que el Patrimonio requiere gran rigor y respeto, y con la percepción sensible del entorno y de la persona con algún tipo de discapacidad“.
Se han realizado diversos estudios para abordar estos problemas. En 2009 el Ministerio de Educación y Ciencia llevó a cabo el proyecto de investigación “Patrac: I+D+I para una cultura sin barreras“, pero se pretende que no se trate sólo de estudios y se lleven a la práctica, ya que cinco años después muchas personas con problemas de movilidad, siguen sin poder disfrutar de buena parte de nuestro Patrimonio.
Sin embargo, hay ya ejemplos de adaptaciones realizadas a nivel internacional, pudiendo destacar el esfuerzo que se hizo para acondicionar el acceso a la Acrópolis y al centro histórico de Atenas, en Grecia o la instalación de la silla salvaescaleras en la Torre del Reloj, la más alta de La Meca, en Arabia Saudí o, sin irnos tan lejos, las escaleras mecánicas con las que se puede acceder al centro de Toledo.
Sea mediante rampas, instalación de salvaescaleras, etc., siempre debe primar el sentido común y la sensibilidad. Por ello que hay que evitar instalaciones que alteren el patrimonio o que resulten inútiles. La discreción resulta fundamental y por ello la accesibilidad supone también un reto a la creatividad, ya que se trata de buscar soluciones que perduren a lo largo del tiempo, y que además sean fáciles de mantener y usar.
También es fundamental tener en cuenta los nuevos usos y funciones que muchos Bienes de Interés Cultural han adquirido con el paso del tiempo. Y darse cuenta de cómo la accesibilidad, les da un nuevo valor añadido, ya que un edificio al que no es posible acceder perderá su valor e importancia en el entorno. El Patrimonio Histórico y cultural es de todos y para todos.