Buss crea “la instalación más grande del mundo” para la producción de compuestos de cable
14 de septiembre de 2010
Con esta instalación, que se extiende a través de cuatro plantas del edificio, se pueden procesar ocho formulaciones diferentes de PVC con la misma geometría de husillo y sin tener que realizar modificación alguna. Desde la puesta en marcha, la instalación ha cumplido todas las expectativas del cliente, especialmente en lo que a calidad del producto, fiabilidad, confort de manejo y tiempos de cambio de producto se refiere.
El corazón de la instalación y responsable de “la imbatible calidad del compuesto” es el amasador Buss Quantec 110 EV. Esta máquina de alto rendimiento posee un eje de amasado de 110 milímetros de diámetro y una longitud de proceso de L/D 15. El eje está concebido con la tecnología de cuatro alas (four-flight-technology). Una tecnología innovadora y probada en más de 100 instalaciones.
Gracias a la zona de entrada al husillo ampliada, es posible manipular volúmenes importantes de materiales de carga. La configuración del husillo de mezcla y amasado utilizada en esta instalación permite producir compuestos de color con elevado contenido de cargas y con una homogeneidad excelente. Para crear la presión de peletización necesaria, el compuesto de PVC se traslada a través un sistema de conducción de cascadas a una extrusora de husillo simple. La peletización se realiza posteriormente en seco o alternativamente con niebla de agua a una presión relativamente baja, evitando de esta forma puntas de temperatura en la placa perforada.
Una instalación llave en mano
La ingeniería de toda la instalación, desde el mezclador calentador/enfriador para la producción del premezclado a través de una dosificación gravimétrica para la alimentación de la línea de compounding, hasta el peletizado de la granza de PVC, el enfriado y secado para el almacenamiento y ensacado, ha sido realizada por Buss.
Con el concepto global elaborado por Buss en estrecha colaboración con el cliente, se lograron objetivos importantes como, por ejemplo, la integración de todo el sistema de compounding en la planta de producción, ahorro de tiempo para el montaje y puesta en marcha con un impacto mínimo sobre la producción existente. La ingeniería de Buss también contemplaba el control de la totalidad de la instalación, focalizando particularmente la comunicación y coordinación entre el premezclador y la línea de compounding, especialmente para la puesta en marcha, que actualmente solo dura unos pocos minutos.
