Un envase de máscara de ojos, trabajo entre Francia y EE UU
La máscara de pestañas Curl Bounce de Maybelline, destaca por su impactante diseño y su decoración texturizada que evoca la malla de un altavoz Bluetooth. Para este doble lanzamiento –con referencias para Estados Unidos y para Europa– L'Oréal confió en Texen y ha supuesto una estrecha colaboración entre los equipos de la marca y los de Texen en Estados Unidos y Francia.
Para la validación de las etapas clave: la armonización de los procesos de decoración, los múltiples ensayos, la fabricación de los moldes y la automatización de las operaciones industriales... este proyecto debe su éxito a las sinergias tanto humanas como industriales. Esta fuerza es un elemento importante de la cultura 'One Texen'. El proceso de desarrollo del producto se gestionó a nivel local y luego se duplicó a nivel internacional bajo la mirada de un equipo especializado. Esta organización permitió que el desarrollo se llevara a cabo en un plazo comparable al de un proyecto local. En el contexto de la colaboración virtual, los métodos de gestión y validación de riesgos demostraron su viabilidad.
Texen pilotó este proyecto transatlántico desde Francia (desarrollo de los moldes, puesta en marcha de los procesos de decoración, automatización industrial, centralización de las etapas de validación...). A continuación, la producción se puso en marcha de forma paralela en Francia y Estados Unidos, bajo el control de los equipos locales de la marca.
El principal reto era crear un acabado idéntico entre las dos partes del producto —botella y tapón— transformadas mediante dos procesos diferentes. Se realizaron multitud de pruebas y ajustes tanto en el efecto de la textura como en la decoración.
Por último, Texen fabricó el rascador y se abasteció de la brocha con sus proveedores en Estados Unidos y Europa.
El Curl Bounce de Maybelline existe en dos versiones con dos decorados diferentes, una versión en crema y una edición resistente al agua, en Estados Unidos y en toda Europa.
