Una cadena de suministro más verde con los embalajes reutilizables de Peli
23 de julio de 2007
La empresa proporciona nuevas vías para una cadena de suministro un poco más ecológica, cambiando el modo en que se transportan productos como los artículos de electrónica o las mercancías delicadas. Para ello, ofrece a sus clientes soluciones de transporte más eficaces que consiguen reducir el impacto ambiental, al tiempo que permiten ahorrar dinero y proteger mejor los envíos.
La diferencia de las maletas Peli reside en los siguientes elementos: estructuras con núcleo de célula abierta que garantizan la solidez y durabilidad de las paredes, sellos estancos para la protección frente al polvo y la entrada de líquidos y válvulas automáticas para la compensación de presiones en los envíos aéreos o a grandes alturas. Su tecnología superior las convierte en embalajes capaces de resistir innumerables envíos reduciendo al mínimo las posibilidades de daños en la mercancía. Por otro lado, el empleo de contenedores reutilizables frente a embalajes desechables termina reduciendo con gran rapidez los gastos por envío. Los elevados costes del tratamiento de residuos en el embalaje desechable quedan prácticamente eliminados. Las empresas podrán ahorrar no sólo en materiales, sino también en gastos de mano de obra sin valor añadido, al quedar eliminada la necesidad de preparar y deshacer los embalajes.
Por la posición estratégica del país y su tradición comercial, el transporte ejerce una gran influencia en el mercado español. Conscientes de ello, gran parte de los fabricantes y los proveedores han empezado a ocuparse también del retorno de sus productos. En este contexto, ha surgido un concepto nuevo, la llamada logística inversa.
Se refiere al proceso de reintegrar productos nuevos o usados a su punto de partida en la cadena de suministro, como ocurre con las devoluciones de los consumidores o los excedentes de existencias. Para ello, se hacen necesarios sistemas de embalaje y almacenamiento que garanticen que el valor de los productos no se pierde por una manipulación descuidada.
En 1991, algunos países europeos empezaron a exigir a fabricantes y transportistas la responsabilidad en el retorno y el reciclado de los materiales de embalaje. En el 2001, la Unión Europea llevó esta exigencia un paso más adelante, con el establecimiento de un objetivo de recuperación o reciclaje de entre un 50 y 65 % de los residuos de embalaje. Las consecuencias para el resto del mundo pasan por que cualquier país que desee hacer negocios en la UE tendrá que cumplir con este requisito.
Este retorno es especialmente importante ante el incesante desarrollo de las industrias tecnológicas, ya que algunos artículos, como los equipos informáticos, suelen ir embalados en materiales difíciles de reutilizar, separar o reciclar. Los embalajes con distintos materiales complican el reciclaje y demás formas de reaprovechamiento y, en algunos casos, como en el poliestireno, los hacen imposibles. En consecuencia, el proceso de desecho resulta costoso y termina suponiendo una carga más para el sistema de tratamiento de residuos.
En este sentido, una investigación de la Universidad de Oviedo reveló hace poco que en España sólo los artículos de electrónica para el hogar generaban al año más de 150.000 toneladas de residuos, lo que demuestra la importancia de buscar formas adecuadas para la protección de los productos.