Comida para bebés: un recién llegado a SuperLock
Suecia es el mercado principal de Silvia Wulff, una empresaria danesa y madre de dos niños que vende comida orgánica ya preparada para bebés. En su equipo cuenta con dos famosos chefs daneses, que apuestan por el uso de ingredientes de alta calidad, así como un sabor y una textura superiores. Esta comida para bebés, que se comercializa bajo la marca Lovemade, se produce a nivel local, algo único en su categoría. La gama está formada por ocho variedades, a las que seguirán más.
El lanzamiento de la comida para bebés Lovemade ha sido un éxito. Los productos están disponibles en unas 700 tiendas de Suecia, y tanto consumidores como vendedores coinciden en que los productos son únicos. Silvia Wulff optó por la solución de envasado SuperLock de RPC Superfos, con una capacidad de 215 ml y un diámetro de 95 mm. Según ella, esto ha sido parte del éxito.
Por su propia experiencia, sabe lo irritante que puede llegar a ser dar de comer a un bebé si el recipiente es demasiado estrecho: “A la hora de proporcionar a los padres una mayor facilidad de uso, el diámetro es importante. El tarro SuperLock tiene el tamaño justo, haciendo que resulte fácil remover, meter la cuchara y sacar la comida del bebé. Además, la tapa de rosca evita los problemas a la hora de abrir y volver a cerrar el tarro”.
Adecuado para esterilización en autoclave
Como el tarro SuperLock cuenta con etiquetas de barrera al oxígeno, ofrece un periodo de conservación prolongado. Esto significa que es posible colocar el producto en las tiendas a temperatura ambiente, junto a productos de la competencia que se venden en envases de cristal. Aunque, en general, en el mercado de la comida para bebés predominan los envases de cristal, Silvia Wulff asegura que este envase tiene todas las propiedades que busca para los productos de Lovemade.
“El plástico pesa poco, lo cual es bueno porque se traduce en la reducción de los costes de transporte y del impacto ambiental. También valoro que el tarro SuperLock sea adecuado para la esterilización en autoclave. De esta forma, podemos garantizar un periodo de conservación apropiado y, al mismo tiempo, garantizar productos puros y naturales, evitando la necesidad de aditivos o conservantes. Además, el tarro puede volver a utilizarse en casa muchas veces, lo que añade valor a nuestro producto”.