Entrevista a Francisco Paramio, presidente de Fenie
¿Cómo llega la Federación a su 35 aniversario?
Fenie llega a su 35 aniversario en un año complicado por la situación económica general que vive nuestro país. Las pymes están sufriendo la recesión con una enorme intensidad, por los problemas que se derivan de la escasez de trabajo, la falta absoluta de financiación para emprender nuevos proyectos y la morosidad en que incurren los clientes de los que ya están en marcha o se han concluido. Además, la ausencia casi total de actividad y el retroceso del consumo están complicando más si cabe la situación de nuestras empresas que, a día de hoy, tienen un horizonte muy difícil en los próximos meses.
No obstante, miramos el futuro con optimismo porque estamos involucrados en muchos proyectos e iniciativas y estamos convencidos de que nuestra profesión tiene un enorme futuro por delante. El potencial técnico, la pluralidad de campos que abarcamos y el propio desarrollo en el que estos están envueltos, ya se hable de Energía, Eficiencia Energética, Telecomunicaciones, Redes Inteligentes, etc., son una buena prueba de ello.
¿De qué nivel de representatividad sectorial disfruta ya Fenie?
Fenie integra a 55 asociaciones provinciales de toda España. Aunque hay algunas provincias –muy pocas– que no están integradas, casi todas forman parte de la Federación y el nivel de representación de cada una de ellas oscila entre el 70 y el 80 por ciento del colectivo de instaladores. Podríamos decir que somos la voz única de un colectivo que reúne más de dos decenas de miles de empresas y que gozamos de una representación que nos permite hablar con total autoridad en nombre de ellas.
¿Cuáles son las principales inquietudes sectoriales que están centrando la actividad de Fenie actualmente?
Fenie ha reforzado su apuesta por el exterior. Estamos involucrados en una labor para persuadir y convencer a las empresas instaladoras de la conveniencia de emprender iniciativas y proyectos fuera de nuestras fronteras. En un momento en el que la actividad en el mercado interior está bajo mínimos, una de las salidas para nuestras empresas puede ser apostar por realizar trabajos en el exterior.
Además, Fenie trabaja desde hace tiempo en un proyecto para la Certificación Voluntaria de Empresas, que queremos que sea un elemento acreditativo que permita paliar el vacío que podemos sufrir con la ausencia de los carnés. Un proyecto avalado por los departamentos ministeriales y con el apoyo también de Aenor, que permita a las empresas instaladoras acreditar sus cualidades y su capacitación.
La eficiencia energética es otro de los ámbitos en los que centramos esfuerzos, con un ambicioso proyecto consistente en una Ciudad Energéticamente Sostenible, pero también con iniciativas más modestas y ya consolidadas como el Proyecto eDOCEO, que presentará su Tercera Edición coincidiendo con el próximo certamen Matelec, en octubre. Son sólo algunas de las líneas de trabajo, aunque seguramente las más significativas.
¿Dispone de algunos datos que reflejen la incidencia que está teniendo la crisis en el mercado nacional de las instalaciones eléctricas y de telecomunicaciones?
Disponemos de datos, aunque son demasiado generales para otorgarles una gran representatividad. En todo caso, sí puedo decirle que la incidencia es muy grande, debido en principio a nuestra gran dependencia de la construcción y, sobre todo, a la conjunción de los tres factores que le mencionaba antes: escasez de trabajo, falta de financiación y elevada morosidad.
¿Cómo está incidiendo la compleja situación económica que vive nuestro país en la profesionalización del sector?
Estamos ante un sector que necesariamente tiene que ser muy profesional: primero porque el desarrollo tecnológico obliga continuamente a la evolución en nuestro trabajo, nos impone una adecuación a normativas y reglamentos que exigen muchas horas de formación continua y especializada; y segundo porque son ámbitos muy técnicos y en el que influyen en gran manera factores como la seguridad. No olvidemos que hablamos de energía, que todos nuestros trabajos están relacionados con la electricidad y son trabajos en tensión y que el riesgo en caso de accidente se eleva sobremanera por ese factor.
Además, la multitud de alternativas exigen también mucha formación y mucha especialización.
¿Qué grado de internacionalización están logrando las empresas instaladoras españolas? ¿Hay aún mucho margen de crecimiento en esta línea de actuación?
Como le comentaba antes, es una de nuestras principales preocupaciones. Y sí, es verdad que hay un enorme margen de crecimiento porque son todavía muy pocas las empresas que hacen trabajos fuera, que salen al exterior con frecuencia. Lo que sí es cierto es que aquellas que lo están haciendo están obteniendo buenos resultados y, en poco tiempo, si es que no lo son ya, serán aquellas compañías que se sitúen a la vanguardia de la instalación en nuestro país.
En este sentido, Fenie está ultimando la organización de sendos foros que, centrados en la Eficiencia Energética, van a tener lugar a principios del otoño en Perú y Guinea Ecuatorial y que permitirán en Lima y Malabo, respectivamente, estrechar los vínculos comerciales, las posibilidades de acuerdo bilaterales y proporcionar también a las empresas instaladoras un mayor conocimiento de esos mercados.
¿Encuentran muchas dificultades nuestras empresas a la hora de abrirse paso en el mercado exterior? ¿Les pueden ayudar desde Fenie de alguna forma?
Las dificultades son numerosas, desde la más obvia que puede ser el problema del idioma allí donde el castellano no es la lengua de origen, hasta los trámites y las especificaciones técnicas y normativas del lugar en cuestión, pasando por los diferentes procedimientos administrativos, la contratación de personal capacitado y en el que las empresas puedan confiar, etc. En el pasado Congreso, Diego Herrero, responsable técnico del Departamento de Relaciones Internacionales de la CEOE, nos informó pormenorizadamente sobre ellas, hizo un recorrido por las mismas y fue prolijo en los detalles, pero también animó decididamente a iniciar la aventura a quienes están pensando en emprenderla, porque al final, son más las ventajas que los inconvenientes.
¿En qué regiones del mundo se está logrando una mayor penetración? ¿Qué es lo que más se valora allí de nuestro know how?
América Latina, el continente africano o el Este de Europa son algunos de esos lugares, pero no los únicos ni mucho menos. Fundamentalmente, lo que se valora de las empresas españolas es su profesionalidad y el conocimiento de la profesión. Estoy seguro de que nuestras empresas instaladoras están casi siempre a un nivel superior del que gozan las compañías de origen en esos países y además de valorarse lo que le mencionaba hace un momento, también se tiene en cuenta nuestro alto grado de especialización.
En los foros que celebraremos en Perú y Guinea podremos contrastar todos esos factores con las administraciones y los empresarios de estos dos países y darles una información muy precisa de lo que pueden hacer las empresas instaladoras españolas.
¿Se está trabajando de alguna forma en crear centros formativos en esos países para expandir nuestros conocimientos?
Ese es el objetivo. Uno de los principales problemas con los que se encuentran las empresas instaladoras a la hora de salir al exterior consiste en la formación de los profesionales con los que tenemos que trabajar, que muchas veces no alcanzan el grado de cualificación necesario. Por eso creemos que es fundamental esa labor. Los foros también se presentan como una oportunidad para iniciar las conversaciones necesarias para que esos procesos puedan desarrollarse.
En los tiempos actuales hay conceptos como el de la sostenibilidad o el de la eficiencia energética que cobran cada vez más protagonismo. ¿Cómo se está trabajando en ellos desde el sector de los instaladores?
Son una de las apuestas más nítidas en el horizonte para nuestras empresas. Los recursos son limitados y los energéticos no lo son menos, de modo que es importante incidir en la necesidad de utilizar las tecnologías que reduzcan más el gasto y que otorguen una absoluta prioridad a la cuestión de la Eficiencia. Por un lado son una posibilidad y una alternativa para las empresas instaladoras, que son especialistas en materia energética y pueden convertirse en los verdaderos asesores del cliente final. Por el otro, son una necesidad y para nosotros es una obligación profesional y también un compromiso ético con la sociedad en la que vivimos, estar absolutamente al día de todo los progresos que en Eficiencia Energética se van logrando.
¿Qué últimos avances se han logrado en materia de nuevas tecnologías de redes inteligentes y generación distribuida?
Los hábitos de consumo de energía están cambiando y eso está originando transformaciones muy importantes en los sistemas eléctricos, como por ejemplo la introducción de pequeñas centrales de generación distribuida en las ciudades. Cada vez es más importante compaginar la demanda y la producción a nivel local y cada vez es más importante también predecir con la mayor precisión el consumo, para que la producción se ajuste a él.
Las redes inteligentes abarcan los retos inmediatos que plantea el consumo de energía en este sentido, entre ellos una generación más sostenible, el almacenamiento de la energía o la conversión de los edificios en pequeñas centrales de generación. El papel ahí de las empresas instaladoras es imprescindible, porque somos nosotros quienes debemos realizar la adaptación a un modelo basado en la innovación.
¿Dónde se va a celebrar el XVI Congreso Fenie? ¿Se pueden adelantar algunas de las novedades que tendrá este encuentro?
Aun no hay sede designada para el XVI Congreso, aunque a la vuelta de algunas semanas estará decidido, seguramente después de la próxima la Junta Directiva, que es la reunión de todos los presidentes de asociaciones integradas en Fenie. Para conocer las novedades tendremos que esperar a la elaboración del programa, que es tarea de la Comisión Organizadora, pero sí es muy previsible que giren en torno a los principales asuntos que ocupan a la Federación en la actualidad.