Entrevista con Alberto Pascual, presidente de la Asociación Aslan

Alberto Pascual, presidente de la Asociación Aslan, analiza en esta entrevista el crecimiento del Congreso Aslan y la necesidad de una mayor colaboración público-privada para aprovechar los fondos europeos. Destaca la importancia de la digitalización, la ciberresiliencia y el papel clave que puede desempeñar España en el panorama tecnológico internacional.

Muy bien, la verdad. Hemos ampliado el evento en el espacio y en el tiempo. En el espacio, porque este año hemos contado con todo el Palacio Municipal de Congresos para nosotros, para nuestros asociados, para nuestros ponentes, y eso nos ha permitido descongestionar un poquito el evento.

Extenderlo en el tiempo también facilita que no haya solapamiento entre contenidos, permitiendo al visitante disfrutar de todo sin tener que decidir tanto como en ediciones anteriores. Por lo tanto, hemos minimizado ese solapamiento. Creo que la acogida ha sido muy positiva; todos nos han felicitado por este cambio de formato. Además, hemos dejado una parte de la tarde libre, lo que permite a los asistentes seguir con sus actividades profesionales en un sector tan dinámico como el nuestro, que nunca para. La gente agradece poder disponer de ese espacio para seguir atendiendo el día a día de sus compañías y negocios.

Sí, este año hemos entregado 17 premios y la verdad es que el nivel ha sido altísimo. Además, llevamos ya 17 ediciones de esta entrega de premios, que surgió como una idea un tanto arriesgada, pero que ha dado resultado. Pensábamos que, si poníamos a competir entre sí a los organismos públicos, podría ser un incentivo para la mejora. En el sector privado estamos muy acostumbrados a la competencia, pero en el sector público no tanto.

Estos premios suponen precisamente ese reto entre administraciones públicas, y la verdad es que se lo toman muy en serio. Como resultado, los proyectos que se presentan a concurso cada año ganan en calidad y complejidad, lo que redunda en beneficio del ciudadano. Ese era nuestro objetivo: introducir un factor de competitividad en el sector público para mejorar el servicio al ciudadano a través de la tecnología.

Fue una noche emocionante. Arrancamos con un premio especial, porque además desde el punto de vista tecnológico lo habían ganado. Dimos un premio especial al Ayuntamiento de Paiporta porque, en situaciones muy extremas, la tecnología demostró ser una herramienta eficaz para organizar la ayuda que, desgraciadamente, tanto han necesitado en los últimos meses.

Sí. Por primera vez hemos contado con la presencia del nuevo Ministerio de Transformación Digital y de la Función Pública, representado por Óscar López en la inauguración. Antes, el protagonismo lo tenían más las infraestructuras físicas, pero ahora las tecnologías digitales han adquirido un papel fundamental.

El ministro, en cierto modo, nos retó y nos lanzó un mensaje de optimismo. Destacó que Europa y España tienen el reto de ganar soberanía tecnológica y autonomía, pero que esto solo será posible mediante la colaboración público-privada. El reto es tan grande que necesitamos alinear el sector público y privado y aprovechar los recursos disponibles. Y aquí hay un punto importante: hay dinero para hacerlo. Uno de cada tres euros de los fondos Next Generation está destinado a la transformación digital. Es una oportunidad histórica y única, pero no debemos olvidar que el horizonte final es 2026. Este año 2025 debería ser clave para aprovechar esos fondos, especialmente en un contexto de tensiones presupuestarias por la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado.

El mensaje del ministro fue muy positivo. Puso en valor que podemos convertirnos en un hub digital del sur de Europa. A nivel internacional, son conscientes de que España tiene la mejor red de comunicaciones de la Unión Europea y una de las energías más competitivas, especialmente en renovables. Esto nos ha convertido en un destino prioritario para las inversiones en centros de datos.

Nos falta algo que ya le dije al ministro: nos falta salvar la burocracia. Ahora mismo, el mayor freno que enfrentamos es la complejidad de la contratación pública. Para dinamizar realmente la colaboración público-privada y canalizar eficazmente los fondos europeos, necesitamos agilizar estos procesos. Desde la asociación, ya presentamos hace unos meses una serie de sugerencias para mejorar los acuerdos marco, los sistemas dinámicos de adquisición y, en general, todos los mecanismos de contratación del Estado. Algunas cosas se han hecho, pero queda mucho por hacer y el tiempo apremia.

Necesitábamos una asociación representativa y todo el ecosistema lo hemos construido bajo el paraguas de Aslan. Contamos con todas las categorías tecnológicas y dentro de cada una tenemos como asociados a las figuras más representativas del sector.

Ahora mismo, los retos tecnológicos no pueden abordarse en solitario. Es esencial la colaboración entre el sector público y privado, pero también la cooperación dentro del propio ecosistema tecnológico. La complejidad creciente hace que una sola compañía no pueda cubrir todas las necesidades de un proyecto de forma eficiente. Desde la asociación estamos fomentando un entorno colaborativo para que juntos lleguemos más lejos. Como dice el proverbio: “Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”. Esta es una carrera de fondo y nuestro objetivo es llegar muy lejos.

La cifra no nos ha sorprendido, hemos crecido respecto al año pasado. Hemos superado los 8.000 asistentes e inscritos, pero, sobre todo, ha sido clave el proceso selectivo que hemos aplicado en las invitaciones.

Nuestro objetivo principal es que aquí se den cita los profesionales con capacidad real de decisión sobre las estrategias de sus compañías y las tecnologías que implementan. En este sentido, hemos introducido una novedad importante en el Congreso. Tradicionalmente, este evento se ha centrado en tecnólogos y especialistas, reuniendo a los mejores expertos tanto del sector público como del privado, con foros de tendencias y un espacio de exposición donde están representadas prácticamente todas nuestras empresas asociadas, que ya suman 198.

Sin embargo, esos tecnólogos nos han transmitido que, si bien son los responsables de recomendar y ejecutar los planes tecnológicos, no son quienes definen la estrategia general de la compañía ni asignan los presupuestos para ello. En el sector privado, esas decisiones recaen en el Consejo de Administración, y en el sector público, en los responsables políticos. Por ello, hemos incorporado nuevas actividades orientadas a atraer a estos perfiles estratégicos.

Por ejemplo, hemos contado con CEOs de compañías con un fuerte ADN tecnológico, pero que también son referentes en sus sectores. Compartieron con nosotros cómo la tecnología influye en sus estrategias corporativas. Queremos involucrar más al CEO y al nivel político en este ecosistema. Además del ministro, tuvimos al consejero de Digitalización de la Comunidad de Madrid, Miguel López Valverde, entro otros representantes políticos.

También es muy relevante la presencia de CEOE. Necesitamos movilizar a los altos directivos de las empresas, y en ese sentido, CEOE es un actor clave porque tiene una conexión directa con ese primer nivel de decisión. Hemos tenido a César Maurín, de CEOE, quien ha sido fundamental para la convocatoria y para garantizar que el perfil de los visitantes no solo sea cuantitativo, sino cualitativo. Queremos que aquí estén las personas que realmente pueden marcar el rumbo de sus compañías.

Las startups tienen un papel relevante, aunque de una forma diferente. En la asociación también contamos con empresas del canal de distribución. Debajo de los grandes distribuidores de tecnología, que están ampliamente representados en el Congreso, existen alrededor de 10.000 compañías que proporcionan la capilaridad necesaria para hacer llegar la tecnología a todos los rincones de España. Representamos a este ecosistema de distribución dentro del evento.

En cuanto a las startups, algunas han estado presentes gracias a los fabricantes que las han traído para mostrar soluciones innovadoras en ámbitos como la inteligencia artificial. Nuestra intención es seguir incorporando progresivamente este ecosistema de innovación disruptiva dentro del Congreso, dándoles mayor protagonismo en futuras ediciones.

Hemos ido más allá, porque la ciberseguridad no solo es imprescindible, sino que ahora el foco está en la ciberresiliencia. La normativa NIS 2 de la Unión Europea es un avance importante en esta materia, pero no basta con protegerse: hay que garantizar la continuidad del servicio en caso de ataque.

El entorno cibernético funciona de manera similar al físico. La vigilancia y las medidas de seguridad pueden disuadir y dificultar los ataques, pero nunca los eliminan al 100%. Por ello, la resiliencia es clave. Si un ataque tiene éxito, el objetivo debe ser minimizar el impacto y asegurar que el servicio al cliente o al ciudadano no se vea interrumpido.

Esto solo es posible con herramientas específicas de continuidad de negocio y planes de resiliencia bien definidos. En la asociación contamos con empresas líderes en ciberseguridad que están trabajando en estas soluciones, tanto prestadores de servicios como fabricantes cuyo núcleo de actividad es precisamente la ciberresiliencia.

Uno de los principales retos es consolidar a España como un referente digital en Europa. Contamos con una excelente infraestructura de comunicaciones y una energía competitiva, pero necesitamos seguir avanzando en digitalización, innovación y formación de talento. Además, la cooperación con Hispanoamérica es clave. Nos unen el idioma y la cultura, y esa comunidad de 600 millones de hispanohablantes debe ser un objetivo estratégico para España.

En un contexto geopolítico complejo, Europa tiene la oportunidad de fortalecer su posición tecnológica y España puede jugar un papel clave en esa estrategia. Pero para ello, debemos superar las barreras burocráticas y acelerar la inversión en tecnología y digitalización.