El camino fácil hacia las redes corporativas
Un router con pocos puntos de acceso suele ser suficiente para una pequeña empresa; sin embargo, el plan de red de una empresa grande o una filial puede abarcar varios miles de componentes distribuidos en diferentes ubicaciones.
Su instalación y mantenimiento significaron en el pasado una gran inversión de tiempo y de personal. Con la tecnología de nube inteligente, estos procesos no solo son mucho más eficientes en la actualidad, sino que también son más fiables y seguros. Siempre que las puertas de enlace, routers, conmutadores y puntos de conexión estén preparados de fábrica, se pueden configurar redes de gran tamaño tan rápido como sea posible para instalar los componentes in situ. Toda la lógica de la red se asigna al hardware automáticamente en la nube (fig. 1). Los productos de Lancom Systems han sido desarrollados para esta forma moderna de administración de redes. Su sistema operativo (LCOS o LANCOM Switch OS) es compatible con las redes definidas por software a través de la herramienta Lancom Management Cloud (LMC).
Lancom Management Cloud es un servicio en la nube para productos Lancom que la propia empresa o uno de sus distribuidores ofrece a sus clientes.
El usuario y el propietario de la red pueden despreocuparse totalmente del soporte técnico para dedicarse de manera exclusiva a sus actividades comerciales. La administración de la red, que puede llegar a tener un alcance global, corre a cargo de un administrador, quien la controla centralmente con todos sus componentes.
Procedimiento jerárquico: redes, ubicaciones, equipos
Las herramientas de planificación LMC se usan para definir una red de cliente paso a paso y de forma abstracta. Al principio, es irrelevante qué modelos de equipos llevarán a cabo en última instancia las funciones de red. El administrador establece, para cada cliente, una estructura de subredes que después puede administrarse globalmente con algunos comandos. Por ejemplo, es posible administrar por separado las funciones LAN y WAN o definir subredes para diferentes grupos de usuarios y funciones, como telefonía. Posteriormente, a toda la red se le asigna un rango de IP, como, por ejemplo, el espacio de direcciones de una red de clase B. Este se segmenta de forma automática y se desglosa en las distintas ubicaciones en cuanto estas son designadas. Las reestructuraciones posteriores, como la adición de nuevas ubicaciones, las lleva a cabo automáticamente la LMC reconfigurando completamente la red, si es necesario, para que vuelva a presentar un aspecto uniforme en todo su conjunto.
A continuación, tiene lugar la asignación de propiedades básicas a las subredes y su parametrización. Por ejemplo, si todos los usuarios de una subred están conectados de manera segura a través de VPN, se establecen automáticamente conexiones VPN entre todas las ubicaciones en las que existen usuarios de este tipo de subred. Esto se realiza de tal manera que, en cada tramo, dependiendo de los componentes que se utilizarán más adelante, se alcanza la máxima seguridad. Del mismo modo, es posible especificar de forma centralizada los SSID de WLAN para los routers, los ID de VLAN para los conmutadores o las propiedades de los puntos de acceso WLAN.
Tras la definición abstracta de la red, tiene lugar su concretización, primero mediante la asignación de ubicaciones reales. Para ello, tan solo es necesario indicar las direcciones postales; de la visualización se encarga Google Maps. Para redes grandes con muchos componentes, es aconsejable ilustrar la situación local mediante planos de edificios que se pueden cargar en la LMC (fig. 2). Esto no solo ofrece mayor claridad y facilidad de mantenimiento, sino que también ayuda a ubicar de forma óptima los componentes WLAN en particular.
Una vez establecida la arquitectura de red, entran en juego los equipos. Todos los componentes que se van a utilizar en la red son reconocidos por la LMC a través de sus respectivos números de serie e identificadores de nube (pin). A continuación, se asignan a las ubicaciones. Con ello, se da básicamente por finalizado el trabajo del administrador. Tan pronto como se conectan físicamente, los equipos obtienen automáticamente a través de internet la configuración específica de su ubicación desde la LMC; la red se autoconfigura, por así decirlo. En el caso de filiales que cuentan tal vez con varios cientos de ubicaciones dotadas de equipos similares, este modo automático de proceder mejora enormemente la eficiencia. Sin embargo, es posible sobrescribir la configuración desplegada de cada componente de forma individual, en caso de que sea necesario atender ciertas condiciones especiales. En esos casos, la unidad correspondiente simplemente se selecciona en el plano de situación y se abre para su edición.
Transparencia total
Alrededor del 60 por ciento de la corteza cerebral humana participa en los procesos de percepción, interpretación y respuesta ante estímulos visuales. Es por ello que las interfaces de usuario y la información sobre sistemas complejos tratan de presentarse, en la medida de lo posible, de manera visual. Y la LMC no es ninguna excepción. Las redes administradas, sus componentes, los datos de estado y las estadísticas se preparan gráficamente en cada nivel de detalle y se representan en los paneles de control para que toda la información deseada esté disponible en cuestión de segundos (fig. 3). De este modo, es posible, por ejemplo, identificar de un vistazo en el plano global si todos los túneles VPN entre las distintas ubicaciones están operativos (fig. 4).
Los equipos sin contraseña o con firmware obsoleto se pueden detectar rápidamente. Además, se ofrecen todo tipo de estadísticas relevantes, como tasas de rendimiento y errores o tráfico de usuarios. En caso de producirse anomalías, se activa una alarma para localizarlas de inmediato. Los detalles técnicos, no obstante, suelen ser de interés únicamente para el administrador. Para que el cliente también pueda realizar un seguimiento de su red, en la LMC existe el rol de observador del proyecto. El observador ve todos los paneles de control, pero no puede manejarlos. Existen otros roles que poseen derechos clasificados por niveles.
Para redes de cualquier tamaño
Una de las ventajas de Lancom Management Cloud es su escalabilidad. El tamaño de la red y la distribución geográfica de las ubicaciones no son relevantes. Las grandes filiales en particular se benefician del despliegue automático de la red. Un buen número de este tipo de clientes, como varias cadenas minoristas alemanas, ya utilizan este servicio. Uno de ellos es la cadena de calzado RENO, cuyas 300 sucursales alemanas se conectaron en red con la tecnología Lancom.
Los productos de Lancom Systems han sido desarrollados para esta forma moderna de administración de redes. Su sistema operativo (LCOS o LANCOM Switch OS) es compatible con las redes definidas por software a través de la herramienta Lancom Management Cloud (LMC)