Entrevista a Pilar Vázquez, directora general de la Fundación Ecolum

El 23 de julio, con las vacaciones de verano acelerando el día a día con tareas que no se pueden postergar, Pilar Vázquez nos atiende por teléfono. Con la convicción, la seguridad y la naturalidad que da creer en lo que hace, la directora general de la Fundación Ecolum nos cuenta los avances logrados en la recogida y reciclado de luminarias, lámparas y también de aparatos eléctricos. Como es habitual, se expresa de forma clara, concisa y directa, pero sin brusquedades; como diría un aficionado al fútbol, corto y al pie.

Nosotros tenemos que recoger cada año un porcentaje de productos al final de su vida útil respecto a la puesta en el mercado de los años anteriores. Y en 2023 superamos por poco el objetivo marcado, lo cual está muy bien. Creo que, entre otros factores, es muy importante la labor de nuestro director comercial y de su equipo, que lo que hacen es crear las condiciones adecuadas para recuperar mayores cantidades de residuos.

En este sentido, hemos cambiado un poco el sistema. Hemos mejorado las gestiones que hacemos con las empresas, que son las que nos aportan los residuos. Tanto a nivel doméstico, con los puntos limpios, como con las empresas instaladoras, que son las que más volumen de residuos nos aportan, así como con los distribuidores de material eléctrico. Ahora estamos más cerca de ellos. Desde luego, la labor de concienciación que hacemos a través de medios de comunicación y de redes sociales también es importante. Todo esto da como resultado que quienes tengan residuos nos llamen más para que iniciemos su gestión, que es lo que nos permite que podamos incrementar nuestras recogidas.

Por supuesto. La labor de concienciación que hacemos la aplicamos en los mismos productores, a los que les ofrecemos una jaula en sus fábricas para que depositen en ellas los desechos de fabricación. Luego vamos a los instaladores, que son quienes realizan la mayor aportación de residuos. También incidimos en los distribuidores de material eléctrico, porque no podemos llegar a todos los instaladores, ya que muchos de ellos son pequeñas empresas, por lo que tratamos que depositen sus residuos en las instalaciones de los distribuidores de material eléctrico y así poder centralizar un poco la recogida.

En cuanto a los clientes particulares, les informamos de los puntos limpios fijos y también de los móviles que prestan servicio en pequeños municipios para que así puedan depositar en ellos todos esos aparatejos que ya no sirven y con los que no sabes muy bien qué hacer. Así que los animamos a que los agrupen y los lleven a los puntos limpios para que los podemos recoger.

Estamos empezando con el proyecto, tenemos mucha ilusión puesta en él, como en todos los proyectos que lanzamos. Como tú bien dices, no es un proceso fácil, ya que debemos trabajar con valores medios a lo largo del año son muchos miles las recogidas que hacemos y es imposible hacer el cálculo de todas, así que la primera labor es categorizarlas y a partir de ahí empezar a trabajar.

Para nosotros es muy importante calcular esa huella de carbono que se genera con el reciclaje, porque lo que queremos es compararla con la que se genera cuando no se recicla. Para mí, este proyecto tiene dos objetivos principales. Por un lado, tratar de reducir nuestra huella, algo que ya estamos haciendo buscando que se reduzcan los kilómetros a recorrer desde los puntos de recogida hasta las plantas de reciclado. En este sentido, cuantas más plantas de tratamiento autorizadas estén funcionando, mejor ya que se reducen los kilómetros recorridos. Y por otro, queremos es tener una comparativa entre ese proceso, el reciclado, y la huella de carbono que genera no reciclar, lo que conlleva iniciar de nuevo todo el proceso de fabricación.

Bueno, pues para nosotros ha sido una constatación de algo que intentamos, que es trabajar en equipo y que el equipo esté muy unido. Somos una empresa pequeña, donde todos tenemos que saber hacer de todo porque hay bajas, hay vacaciones...

Para nosotros, el trabajo en equipo es muy importante, y esto solo lo consigues cuando hay una unión entre todos los que trabajamos en la empresa. Además, creo que venir a trabajar con una sonrisa es agradable para quien la tiene y también para sus compañeros.

Sí, cuidamos mucho la conciliación familiar, tenemos personas que viven cerca de las oficinas, otras que viven lejos... y facilitamos que ante cualquier problema puedan teletrabajar. Todo eso genera muy buen ambiente. Y hay una solidaridad que se constata, ya que nos ayudamos unos a otros de forma constante y natural.

Ante esta realidad decidimos medir este parámetro. A mí, como buena ingeniera, me gusta medir todo en números y pensé que sería interesante hacer una encuesta sobre el clima laboral y ver qué sale. Así que estamos muy satisfechos. De hecho, nuestra idea es realizar otra evaluación con nuestros proveedores y productores, para ver si ellos también están contentos con la labor que realizamos y conocer cómo les tratamos.

Pues mira, la verdad es que es un proyecto que, como te expliqué cuando nació, está muy vivo y al que le vamos dando nuevas perspectivas y que, por supuesto, sigue adelante. Estamos muy orgullosos de él.

Hasta ahora hemos trabajado principalmente con quince empresas, aunque cada vez se van incorporando algunas nuevas, pero estas quince nos han mandado bastantes muestras de sus productos actuales, lo que facilita su futuro reciclado.

Te recuerdo un poco lo que hacíamos, que es analizar qué porcentaje de reciclabilidad tienen los distintos materiales que componen estos productos. Y además también analizamos la durabilidad y la reparabilidad de esos productos; por ejemplo, si son fáciles de desmontar, que es algo que favorece mucho el proceso de reciclaje. Que sean fácilmente desmontables hace que sean más reparables y que su vida útil se incremente.

Además, la vigente ley de residuos es clarísima. No se trata solo de recoger más, sino de producir menos residuos. Una forma clara de producir menos residuos es aumentar la durabilidad de los productos. En ese sentido, cada vez que una empresa nos manda un producto para analizar, les damos una serie de recomendaciones relacionadas con el ecodiseño y también en la utilización de materiales que sean más reciclables, intentando evitar aquellos componentes que no se pueden reciclar. Un ejemplo muy claro es el de la tornillería: si es posible desmontar una luminaria con una única herramienta todo el proceso es más sencillo, rápido y efectivo.

Por tanto, cada vez más empresas se suman al proyecto y los resultados continúan mejorando, así que sí, creo que vamos por buen camino.

Creo que somos pioneros en algo que a las administraciones les encanta: ponemos en contacto al fabricante con el gestor de residuos, que eran dos actores que hasta hace poco no se relacionaban entre sí y que tienen mucho que decirse. Así que propiciamos reuniones entre ambas partes que son súper gratificantes para unos y otros, ya que tras ellas son más conscientes de las decisiones de cada uno y de los motivos por los que las toman. Ahora estamos trabajando en ver cómo los plásticos que proceden del reciclaje puedan ser utilizados en la fabricación de nuevos aparatos eléctricos y electrónicos.

Todo ello lo que pretende es hacer realidad la tan deseada y necesaria economía circular.

Sí, se está avanzando. En primer lugar, porque al hacerlo se logra un importante ahorro y eso es algo que motiva mucho a los ayuntamientos. Puede ser que este cambio no se esté realizando a la velocidad que todos desearíamos, pero no siempre hay fondos para hacerlo todo de golpe.

Además, no solo se trata de incorporar los leds, sino que también se apuesta por las ventajas que aportan las nuevas tecnologías, que permiten que los sistemas sean más inteligentes, que las horas de encendido y apagado se correspondan con las necesidades reales de iluminación artificial, que también redunda en los ahorros.

También se están introduciendo cambios en la iluminación interior, en la que no solamente se busca unos ahorros energéticos, sino facilitar una mejor calidad de vida. Creo que la evolución que ha protagonizado el sector de la iluminación en los últimos años ha sido básica, tanto para conseguir un ahorro energético como para mejorar la calidad de vida de las personas.

Bueno, no todos los fondos que hay se utilizan. Lo cierto es que los tiempos, los plazos, a veces nos aprietan demasiado y no se consiguen fondos disponibles. Pero a pesar de ello, sí se están utilizándose estas ayudas para muchos cambios de luminarias.

En cuanto al aprovechamiento de estas ayudas, dependen mucho de a las convocatorias lanzadas por las comunidades autónomas. Nosotros lo notamos muchísimo. Cuando una determinada comunidad saca un plan de ayudas para cambios de iluminación, de repente en pocos meses tenemos muchísimas recogidas en esa zona de luminarias que han sido sustituidas. Como es lógico, no todas las comunidades lanzan a la vez esas convocatorias; además, también hay otras ayudas que se convocan para otros sectores.

Me gustaría destacar que hace poco se han hecho públicas las ayudas del IDAE, que también son muy importantes, ya que se centran en el ahorro energético, con lo cual van muy enfocadas a cambios de iluminación de municipios. Otro punto interesante de esta convocatoria es que son accesibles para ayuntamientos con poca población, que también merecen iluminación inteligente, nueva, eficiente y con menor consumo energético.