Un paseo social por La Fageda
20 de mayo de 2011
La Fageda es un ejemplo claro de como se puede crecer de forma sostenida y haciendo un bien social, incluso en una época de crisis como la que vivimos. En tiempos en los que las empresas buscan tener un ‘alma’, echar un vistazo al modelo que esta cooperativa ha implantado es un punto de partida muy recomendable. Este es el caso de una iniciativa que, desde su propia creación, fue pensada para que aquellas personas con dificultades consigan salir adelante.
Sus proyectos se centran en los lácticos, con su fábrica de Santa Pau (en Girona), y los helados, que se fabrican en su centro de Badalona. Pero este proyecto tan peculiar se inició en 1982. Albert Riera, su director de comunicación, nos explica que “La Fageda comenzó como un proyecto, pero al revés. Teníamos unas personas que nadie quería contratar, salidas del manicomio de Salt, pero no teníamos capital ni un proyecto en particular. Únicamente teníamos la mano de obra. A partir de aquí buscamos un negocio y una financiación”.
Y los primeros en ayudarles fueron el Ayuntamiento de Olot, que les ofreció un local con muebles de segunda mano, con luz y teléfono. El porqué del nombre nos lo explica de nuevo Albert Riera: “Cristóbal Colón, el fundador de La Fageda, era un enamorado de la Fageda d’en Jordá y, a pesar de que comenzamos en la ciudad de Olot, en 1987 nos trasladamos al parque natural donde se encuentra la finca que ahora ocupamos”.
Venciendo a la crisis
Pero además de ser un proyecto social, destinado a que las personas con enfermedades mentales tengan un lugar de trabajo, La Fageda es un negocio que obtiene buenos resultados. Ocupan a 276 trabajadores, de los cuales 160 sufren discapacidades psíquicas, tienen una facturación de casi 11 millones de euros y entre 2009 y 2010 aumentaron en un 10% sus ingresos. Son unos datos para estar orgullosos, más en un tiempo de crisis que han notado menos que muchos otros sectores.
Respecto a estos buenos resultados, Riera comentó que “la evolución esta siendo muy positiva y más en la época difícil en la que nos encontramos. También intentamos no comenzar proyectos nuevos si no sabemos de donde saldrán los fondos. El secreto es trabajar mucho y que la suerte te pille trabajando”. Pero trabajar no es lo único que hacen, ya que para vencer a la crisis también es importante “ser coherente con tus ideas, porque así la gente que trabaja en La Fageda ve que hay una autenticidad, trabajan con mayor ahínco porque ven que su esfuerzo no sirve para enriquecer a una persona en concreto, sino que hacen que mucha gente sea feliz”.
A pesar de ello, esta crisis no ha sido un camino de rosas. Desde la cooperativa admiten que “hemos tenidos algunos fracasos. Por ejemplo, ahora el vivero que tenemos lo estamos transformando en un proyecto de horticultura. Si algo no funciona se debe cambiar, pero hay que pensar en el trabajo bien hecho y al mismo tiempo no perder el concepto de porqué estamos aquí, de cual es nuestro objetivo”.
Y, en los últimos tiempos, buena parte del mérito de este éxito se lo han ganado las redes sociales. Eso es porque La Fageda no realiza publicidad pagada y gracias a Twitter y Facebook han conseguido aumentar sus impactos considerablemente. Ya que, como afirma Riera, “las redes sociales han sido una forma fantástica de comunicar sin un coste directo. Además también nos ha servido para recuperar el contacto con todas estas personas que estuvieron en nuestra cooperativa y crear una comunidad fuerte. Como volver a encontrarse con ‘viejos alumnos’ que estuvieron aquí años atrás”.
Consolidar un negocio creciente
Para los próximos años, los objetivos son buscar alternativas a los proyectos que no han funcionado y, sobre todo, “consolidar el proyecto de los helados es muy importante y tenemos que ampliar la línea de producción para hacer frente al volumen de ventas y encontrar una salida para el nuevo producto de horticultura”. Y relacionado con lo que mencionado, hay que poner atención al siguiente comunicado:
La fábrica de helados de La Fageda de Badalona ha cumplido un año, consiguiendo vender 60.000 tarrinas y facturar 250.000 euros, cifras que se consideraban idóneas en el momento de comenzar el proyecto, con una inversión de 300.000 euros. Por otro lado, se han mantenido los 8 puestos de trabajo de personas con discapacidad intelectual que provenían de la antigua fábrica de helados Bodn, además de los 3 profesionales que también forman parte de la plantilla. Todos ellos se han convertido en socios y, por lo tanto, en copropietarios de la cooperativa La Fageda con sede en Santa Pau.
La previsión para este 2011 es llegar a los 700.000 euros de facturación, lo que representa casi triplicar las cifras de la anterior campaña. Esto será posible gracias al acuerdo de distribución con las cadenas Bonpreu, Caprabo, Condis, Eroski, Sorli Discau, Spar, Valvi y Novavenda, entre otras. Este acuerdo también supone triplicar los puntos de venta en Cataluña, único mercado donde opera La Fageda.
Bajo la marca ‘La Fageda’ y la submarca ‘Gelat de llet (Helado de leche)’ se producen las variedades: yogur de granja, chocolate con trocitos de chocolate, vainilla con nueces de macadamia, yogur con frutas del bosque y nata con fresas. Tanto la leche, como el yogur y la nata provienen de la granja de la cooperativa en Santa Pau, lo cual garantiza, junto con los otros componentes, la mejor calidad en las materias primeras. Esta temporada también se inicia la comercialización a la hostelería a través de bandejas de 2,5 litros que se distribuyen a través de la casa Dispuig.
Dando responsabilidad a quien la necesita
No se engañen, La Fageda no es una entidad caritativa. Se ayuda a personas con discapacidades psíquicas y enfermedades mentales, pero no se les sobreprotege ni se les trata como a niños. Su objetivo es que sus trabajadores se sientan orgullosos de su trabajo y se les exige que lo realicen de forma correcta. En este sentido, Riera explica que “trabajan como todo el mundo, cobran su sueldo y tenemos un equipo terapéutico de trabajadores sociales, educadores, psicólogos, y hacemos un estudio muy concreto a cada trabajador para que cada persona tenga un trabajo casi a medida para que cada persona pueda hacer su trabajo”.
Pero eso no excluye una exigencia y una responsabilidad, ya que “no creemos en la caridad o en el “haz lo que puedas...” porque no es terapéutico. Lo terapéutico es sentirte útil, traer un sueldo a casa, sentirse valorado. Cuando ves que cuando el producto que tu haces lo compran y está al lado de las marcas más conocidas, esto tiene un resultado muy positivo”.
De hecho, que la cooperativa sea una entidad sin afán de lucro, comenta Riera, “es porque queremos que nuestro proyecto sobreviva. El hecho de que los trabajadores sean socios y por tanto, copropietarios, da también un estímulo que provoca que estos consideren el proyecto más suyo. Da otro tipo de dinámica”.
Un modelo a seguir
El éxito que ha conseguido La Fageda ha sido seguido por otras entidades, empresas o emprendedores, que han querido seguir el camino social, sin dejar de ser un negocio rentable. Por esa razón, a causa de las muchas peticiones de asesoramiento que recibían tanto de nuestro país como del extranjero, la cooperativa ha puesto a disposición de quien lo requiera el llamado 'Modelo La Fageda'.
Esta guía, que llevó cerca de un año prepararla, ha servido para empresas que quieren iniciarse en el camino social, como explica Riera: “En los últimos años nos hemos dado cuenta que mucha gente nos venía a preguntar cómo lo habíamos hecho, si les podíamos ayudar, acompañar. Incluso ha habido muchos contactos con empresas que ahora quieren tener ‘un alma’ e invertir en temas sociales. Nos dimos cuenta que habíamos recorrido un camino que podía servir a la gente y, tras un año de preparación, conseguimos terminar un texto para enseñar a quien lo necesite a comenzar un modelo de empresa social. De hecho, creemos el texto no está concluido y posiblemente sólo con él no puedes comenzar una empresa social, ya que son una guía, un conjunto de pistas de cómo conseguirlo”.