Ya se aprecian los primeros cerezos en flor en el Valle del Jerte
12 de abril de 2012
El cultivo tradicional y natural que se lleva a cabo en el Valle del Jerte también contribuye a que tanto la llegada del cerezo en flor, como la de las cerezas y picotas, protagonicen una fiesta muy especial en la que toda la población se involucra. Cada temporada, gran parte de la población se vuelca en la recogida y selección, uno a uno y a pie de árbol, de los mejores frutos.
Así pues, la aparición de los cerezos en flor supone cada año en el Valle del Jerte el punto de partida que culmina con la cosecha más especial, sus picotas, identificadas con la Denominación de Origen Picota del Jerte. Sólo hay cuatro variedades, todas ellas de características similares: Pico Limón Negro, Pico Negro, Pico Colorado y Ambrunés, esta última, la más apreciada por ser la que más tiempo madura en el árbol al sol, y por lo tanto la más dulce.
La picota es muy apreciada también por sus beneficios para la piel, puesto que la hidrata y suaviza, protegiéndola de los rayos solares y favoreciendo el bronceado, siendo además un poderoso antioxidante que contribuye a luchar contra el envejecimiento de la piel.
Las Picotas del Jerte son un producto exclusivo que se distingue por su sabor y dulzura. Son las únicas que se desprenden del árbol sin rabito, pero hay más características que las diferencian del resto: su textura carnosa y crujiente, su tamaño de un calibre de menor tamaño –comprende desde los 22 a los 26 milímetros– y su sabor más dulce y color. Y es que este producto, cada vez más cotizado dentro de la despensa española, se abre paso cada vez más en mercados internacionales, especialmente Alemania y Reino Unido.